Once estudiantes de 4º de la ESO del centro jerezano Romero Vargas han recibido una mención honorífica en los II Premios Nacho Villamor de educación para la paz, por su cortometraje El feminismo no es hembrismo. "Todos surgió a raíz de que uno de los alumnos dijeran que los hombres no iban a la manifestación del 8 de marzo", explica la malagueña Remedios Guerrero, profesora de Filosofía y de Valores Éticos en el IES Romero Vargas.
"Surgió que un alumno dijo que los hombres no pueden ser feministas. A lo que una alumna, que es muy feminista, explicó que eso no era verdad", continúa Guerrero. Cuenta que ante la necesidad de aportar información al respecto, encomendó a la clase de Valores Éticos —alternativa a la asignatura de Religión—una investigación sobre las diferentes sociedades que ha habido a lo largo de la historia. "Les pregunté si sabían cómo eran las sociedades en la antigüedad, porque había habido sociedades matriarcales. ¿Os imagináis que hubiese sido un matriarcado el que se hubiese impuesto en la sociedad?". Y así nació la idea para dar forma a El feminismo no es hembrismo.
Primero, cada uno investigó acerca del tema y luego lo expuso en clase. Una tarea muy enriquecedora para todos, ya que como cuenta la docente, aquellos que tenían un problema con la palabra feminismo, comprendieron que el movimiento no quiere la prioridad de la mujer sobre el hombre, sino la igualdad real entre hombres y mujeres. "Finalmente, ellos mismos se han dado cuenta de que un hombre también puede ser feminista". Pero no quisieron dejarlo en un trabajo más de clase. "Vamos a imaginarnos en una sociedad invertida, un telediario...". Entre todos desarrollaron la idea, escribieron un guion y grabaron todas las escenas en casa de algún particular o en el centro escolar. "Yo he hecho como Sócrates, sacar lo que ellos llevan dentro", ríe Remedios Guerrero.
Tras recibir la mención honorífica en estos premios, los alumnos se quedan con "una experiencia que deja huella, que no se olvida". Además de que les ha ayudado a desarrollar mucho la capacidad de empatía. "Y luego para la convivencia... ahora para la clase ni la feminista que había desde un principio en clase era tan radical, ni los machistas sabían que eran machistas", concluye.
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