"Somos tus vecinos y queremos pedirte por el bien de todos que te busques otra vivienda mientras dura esto ya que hemos visto que trabajas en un supermercado y aquí vivimos muchas personas. No queremos más riesgos". Con este mensaje se encontró Miriam Armero, una vecina de Cartagena (Murcia), que trabaja en un supermercado, durante su vuelta a casa tras una dura jornada de trabajo.
Miriam les respondió que sí trabaja en un supermercado. "Gracias a nosotros coméis cada día". "No me tenéis que venir dando lecciones de limpieza cuando soy la primera que llega a casa y no puedo darle un beso a mis hijos hasta que no me he limpiado y desinfectado".
Armero se dirige a sus vecinos para decirles que "la próxima vez, en vez de tanto aplauso de las 20:00 horas, tened un poco más de empatía por las personas que tenemos que trabajar y tenemos familia. Y en vez de dejar notas debajo de la puerta de mi casa, me tocáis el timbre y os lo diré personalmente".
La nota de Miriam concluye así: "Por cierto, gracias por hacer llorar a mi niño de diez años, que ha sido el que ha cogido la nota". El pequeño, relata esta trabajadora de supermercado, se puso a llorar creyendo que lo iban a echar de su casa.