Una nube de chalecos amarillos copa la intersección que conecta la A-471 con la avenida de Chipiona de Trebujena. Los camioneros de la localidad, la mayoría asociados en Cotrebu, la Cooperativa de Transporte de Trebujena, llevan haciéndolo toda la semana, desde que el lunes comenzara el paro indefinido convocado por la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional.
“Estamos todos parados, tanto los miembros de la cooperativa, como los cuatro o cinco camiones más que hay en el pueblo”, confirma Rafael Carrasco, uno de los socios de Cotrebu, quien ejerce de tesorero. La entidad, nacida en 1985, la fundaron muchos de los padres de quienes hoy día conducen sus camiones por toda la geografía nacional, sobre todo, pero también por otros países del entorno.
“El sueldo no te llega, muchas veces trabajar nos está costando el dinero”, abunda Rafael. Su compañero Pepe, también miembro de la cooperativa, lo confirma. “Hay portes que me cuestan el dinero”, añade, sumándose a la conversación. “Tengo ganas de trabajar, verme así me causa depresión, lo que quiero es trabajar”, agrega. Y responde a las palabras de la portavoz del Gobierno central, Isabel Rodríguez, quien asegura que el paro del transporte está promovido por la ultraderecha. “Yo no soy de ultraderecha, yo soy del pan de mi casa”.
En plena pandemia, durante el estricto confinamiento que se vivió en 2020, los transportistas siguieron trabajando para abastecer los supermercados. “Ahí no nos ponían límite de horas, conducid lo que haga falta, nos decían. Y ahora nos tachan de delincuentes y de marrulleros”, cuenta Pepe, quien durante esa época pasó hambre. “Una vez comí porque una trabajadora de una gasolinera me dio un bocadillo, porque me pilló sin nada, para que ahora nos traten así”, sostiene.
El gasoil, los repuestos, la cuota de autónomos, el AdBlue —un aditivo impuesto para que los camiones contaminen menos—, los impuestos, seguros sociales… “Es imposible seguir”, dice Pepe, que da varios ejemplos de la subida de precios generalizada que han sufrido. “El AdBlue costaba hace dos meses 0,30 euros el litro y ahora está en 1,05 euros más IVA. Cada goma me cuesta ahora 100 euros más que hace nada, el cambio de aceite también es más caro…”, enumera.
Durante casi una hora, pocos son los camiones que pasan por la A-471, cuando en condiciones normales son varias decenas los que cada día cruzan esta vía. Los camioneros de Trebujena se alegran de que sea así, aunque todavía critican que haya quién esté trabajando. “Hay quien no se entera”, señala Rafael Carrasco, que pide a la ministra de Transportes, Raquel Sánchez, que “no ningunee” a los transportistas. “Nos han puesto de extremistas, pero esto no está politizado, simplemente queremos tener dignidad en el trabajo”.
A Rafael, que lleva subido a un camión desde los tres años, acompañando a su padre, y que trabaja en el sector desde hace más de dos décadas, le cuesta entre 3.000 y 6.000 euros más llenar el depósito de su camión ahora, lo que hace insostenible su trabajo. “El camión se debe quedar entre el 35 y el 40% de los gastos, pero este mes al ritmo que íbamos llegaba al 80%, y ahora del 20% restante paga el resto…”, señala Carrasco, quien a pesar de todo se considera un “enamorado” del transporte. “Esto lo llevas en la sangre y nunca me he planteado dejarlo, porque es mi vida y mi trabajo, pero ya había que protestar”, agrega.
“No vamos a parar”, dice su compañero Francisco, camionero desde hace casi 20 años. “Estamos asfixiados”, sostiene. Él, que cuenta con varios camiones y dos empleados, cuenta que ha tenido que parar antes de arruinarse. “Era parar ahora y que se solucione o hacerlo en pocos meses con una deuda enorme”, reseña. A él, que su padre le inculcó el amor por el transporte, no se le ocurre hacer lo mismo con su hijo, en vista de la situación. “Le diré que estudie para sanitario”.
“Tenemos derecho a manifestarnos sin que se criminalice nuestro trabajo”, señala Álvaro Blanco, otro camionero de Trebujena que se encuentra como piquete en la mañana de este viernes. “No hay derecho a que hagas jornadas de diez y once horas y te tengas que quedar a pie de camión para que no te roben, no hay derecho que hayas pasado tu vida en un camión y ahora te tachen de extrema derecha, no hay derecho a que estés conduciendo hasta los 70 años… No creo que sea digno cómo nos están tratando”, dice, entre críticas a la ministra de Transportes, que según él “no sabe lo que es un camión”.
“Qué corta es la memoria, ya nadie se acuerda de que en plena pandemia los transportistas eran esenciales”, reflexiona Ramón Galán, teniente de alcalde del Ayuntamiento de Trebujena, quien apoya las reivindicaciones de los camioneros, junto al alcalde, Jorge Rodríguez. “Eso sí, no hay que engañar a los transportistas, no se puede defender el libre mercado y a la vez pedir la intervención de la Administración en la economía. El Estado tiene que intervenir, regular el mercado, los precios y los sectores estratégicos, pero eso no casa con el libre mercado”, señala.
La Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional, mientras tanto, sigue presionando para reunirse con el Gobierno central a través de su presidente, Manuel Hernández, quien pide “firmeza y unidad” a los transportistas, a los que se está “intentando criminalizar”.
“Gravísimos prejuicios”
Pedro Fernández, delegado del Gobierno de España en Andalucía, habla este viernes de lo “complicada” que es la situación por el paro indefinido en el transporte, que “en cinco días ya está provocando gravísimos perjuicios”.
En Andalucía hay desplegados 5.600 agentes de la Guardia Civil y Policía Nacional, que "están intentando normalizar la situación”. Fernández asegura que “se están haciendo bastantes operaciones de acompañamiento a convoyes con alimentos o materias básicas que son primordiales, y que están siendo custodiadas a demanda de las empresas operadoras que lo requieren para poder salir y llegar a destino”.
“Hay muchos conductores que no están dispuestos a operar”, señala Fernández, porque “está habiendo agresiones de forma aislada y dispersa en toda la geografía andaluza con resultados tan graves como la rotura de lunas delanteras en plena circulación del vehículo o el corte de los frenos de la articulación con el semirremolque con la cabeza tractora", abunda el delegado, quien critica que haya “vandalismo y una actividad delictiva en muchos casos que ha generado miedo”.