La reforma de estatutos de la Hermandad de la Lanzada, aprobada por el cabildo general de hermanos el pasado año y ratificada ahora por el obispado, incluye como novedad más sobresaliente el cambio en la advocación de la Virgen del Buen Fin que pasa a ser de Las Aguas. En un comunicado, la corporación argumenta que este cambio se sustenta “en la tradición y los textos bíblicos”.
Fue en 1969 cuando la hermandad compra esta imagen tallada por Luís Álvarez Duarte; se hace con la idea de sustituir en el paso de misterio a la actual imagen de Gracia y Esperanza. No llegó a ocurrir y se le puso la advocación del Buen Fin, imitando a la titular de la misma cofradía en Sevilla.
Ahora "el cambio de advocación aprobado tiene como objeto imbricar la misma con el título de la corporación, así como entroncar con el espíritu carmelita que desde la fundación de la misma nos es indisociable”. Explica el comunicado que la advocación de Aguas “se relaciona claramente con el agua que mana del costado abierto de Cristo”.
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