Los preparativos están en marcha e incluso aportando novedades con un objetivo claro: reivindicar el valor histórico de esta corporación. El tiempo aprieta y los plazos que tiene por delante la hermandad del Santo Entierro son demasiado justos para configurar con toda la extensión que desean su reestreno en el Sábado Santo.
Enrique Espinosa, hermano mayor, relata a lavozdelsur.es las ideas que con toda probabilidad se podrán materializar en la próxima y especial salida procesional, empezando por crear un cortejo litúrgico detrás de la cruz de guía. Harán valer su condición de hermandad pontificia sacando las banderas del Vaticano. También pondrán en el cortejo el Lignum Crucis que posee la hermandad y “se estudia sacar a la 'Chacha', como es conocida popularmente en Jerez a la alegoría del triunfo de la cruz sobre la muerte”. Abría que echar la mirada muy atrás para recordar cuando salía en procesión, tal vez más de 70 años.
¿Cómo irá? El hermano mayor adelanta que se estudia usar una parihuela o un pasito que están intentado localizar entre las hermandades jerezanas para su préstamo. Aclara que “no será como sale en Sevilla pero lo haremos lo más digno posible”. Recordar que el esqueleto o la 'Chacha', en Sevilla se conoce por la Canina, fue restaurada hace una década.
En cuanto al horario será de 17 a 0,30 horas con el compromiso de que en la medianoche estará recogido el Cristo yacente. Enrique Espinosa, en diferentes informaciones publicadas por este medio, se vino mostrando en contra de cambiar de día y dejar el Viernes Santo: “Mejor dicho, no era partidario de ir al Sábado Santo a cualquier precio”. Recuerda que se le ofreció en años anteriores diferentes fórmulas, “recogiéndonos a las diez de la noche con lo que teníamos que salir a las dos de la tarde; incluso hubo un ofrecimiento de hacerlo por la mañana”. Espinosa es contundente al afirmar que “si las condiciones que pusimos no se hubieran aceptado, no quedábamos en el viernes”.
El principio fundamental tanto del hermano mayor como de la propia hermandad era que “había que hacerlo bien; tenía claro no ir al Sábado Santo de cualquier manera”. Además, subraya, otra motivación que ha influido notablemente: “Si el obispo quería recuperar la jornada, me uno a él y a sus deseos”. El prelado aceptó las condiciones: el tema horario y el que obispo “recomendara y rogara” la asistencia de representaciones de las restantes hermandades, “con sus túnicas sería lo ideal”, desde el Calvario hasta la Catedral.
Para el hermano mayor del Santo Entierro, el futuro del Sábado Santo tiene dos vías, seguir creciendo “si lo hacemos bien” o que sucediera que el pueblo de Jerez y las hermandades no respondieran “por lo que estaríamos demostrando que no lo quiere”. Sin embargo es optimista y despeja dudas en el sentido de que “haremos todo lo posible para que sea un éxito, pero no depende solo de nosotros”.