Desde hace algunos años, las estampitas con los rostros de las imágenes titulares de las cofradías, que reparten nazarenos y costaleros, principalmente, durante la salida procesional, se han puesto de moda. Lo raro ahora es que haya alguna hermandad que no las reparta, exceptuando las que son de estricta penitencia, o las que ese detalle, por su carácter, está de más. No obstante, el fenómeno no es nuevo. En Cuaresma, históricamente, coleccionar fotitos de los titulares de las hermandades ha sido siempre un clásico.
El que haya experimentado vestirse de nazareno o ir de costalero acaba odiando la constante cantinela: "¿Tiene una estampita?". Una letanía que sin tregua demandan, sobre todo, los más pequeños que ven en ella un aliciente mayor que coger cera, afición cofrade que también practican.
Esta moda no es exclusiva de Jerez. Está muy extendida por las semanas santas andaluzas, aunque en muchas de ellas tienen también otras peculiaridades, como el caso, por poner un ejemplo, de Sevilla, donde es tradición que los nazarenos, los más pequeños, repartan caramelos.
Ahora es el tiempo en la que decenas de aficionados a la fotografía cofradiera lanzan sus ofertas para atrapar el máximo número de encargos; también en este peculiar mercado cuentan los laboratorios profesionales que pugnan, e incluso empresas que proponen software ‘de pago’ que ‘fabrican’ la versión digital antes de pasarlas a papel.
Andrés Luis García Álvarez, de 30 años de edad, aficionado a la fotografía, cofrade y costalero, es uno de los muchos que en redes sociales publicitan su oferta de producción de esas estampitas, que por su reducido tamaño recogen el rostro o medio plano del o de los titulares de la hermandad. En 2013 se enganchó a la fotografía cofrade como muchos más “y llegó un momento que pensé en las miles de fotos de besapiés, besamanos, Semana Santa y todo evento cofrade que tenía almacenado en el ordenador. Quería que tuvieran una salida para que la gente viera mi trabajo”. Así fue cómo se le encendió la bombilla, coincidiendo con que el asunto de las estampitas está en auge.
Desde ese año empezó a publicitar su trabajo produciéndolas “para nazarenos, para hermandades, para costaleros, encargos todos que me llegaban por las redes sociales”. García matiza que siempre trabaja con fotos suyas, que es lo que le interesa y le motiva, “o excepcionalmente, con alguna que el interesado me ceda porque le guste especialmente”.
Pasadas las navidades y hasta abril es la temporada alta y empieza a recibir encargos. Al cabo de estos meses calcula que la producción se cierra con “14.000 a 16.000 estampitas porque hay hermandades que me encargan en gran cantidad; te llegan a pedir hasta 3.000 unidades”. No pone límites en los encargos, desde 50 unidades hasta donde quiera llegar el interesado: “El trato es el mismo para el que me pide pocas y el que me encarga una cantidad importante”.
Andrés García le envía al interesado cuatro fotografías para que elija la que más le gusta; en un estudio fotográfico le sacan los pliegos con la cantidad que necesita, él las corta y empaqueta para finalmente entregárselas a la hermandad o al cofrade. En el ranking de imágenes más solicitadas están las hermandades de Los Judíos, El Prendimiento y La Sentencia.
Explica que “a esto se le gana poco dinero pero me sirve para mis gastos de cara a la Semana Santa”. Como costero que es invierte en un costal nuevo, una faja, unos zapatos para cargar, papeletas de sitio, los gastos habituales de un cofrade, “y si queda algo lo dedico para comprar material fotográfico. Y nada más, esto no es para que te dé de comer".