De Los Judíos desde la cuna
Francisco Zurita Martín, 55 años de edad, es hermano mayor del Desconsuelo desde hace siete años. En 2023 afrontará su último Martes Santo en el cargo, precisamente el año en el que se cumplen 100 años de que esta hermandad ‘estrenara’ las procesiones en ese día. Es cofrade de Los Judíos desde que nació un Domingo de Ramos, muy cerca de San Mateo, en la calle Justicia. La cercanía con la Semana Santa hizo posible que fuera bautizado ente el palio del Desconsuelo. Fue costalero de Ella y ha pertenecido a varias juntas de gobierno. Su apellido delata su pertenencia en exclusiva a esta hermandad dado que su padre es historia viva de la corporación; el que hizo posible la reapertura de San Mateo cuando este templo se caía. A Paco Zurita le gustan las letras; escribir es una de sus pasiones, lo que le ha llevado a ocupar no pocos atriles cofrades en exaltaciones, pregones y conferencias. Economista de profesión, ahora jubilado, ha ejercido de ejecutivo de banca durante más de 40 años.
¿Un Martes Santo para olvidar?
Para nada. Un Martes Santo para recordar porque después de los dos años de pandemia, ha sido el reencuentro con Jerez. Ha habido que superar dificultades pero este Martes Santo lo recordaré con mucha satisfacción. La lluvia hizo que se cambiaran los planes pero en nada deslució la jornada. Si tuviera que tomar otra vez la decisión volveríamos adoptar la misma, que fue por unanimidad.
¿Fue duro tener que dividir la hermandad en la calle?
La decisión se tomó en base a unas circunstancias por la distancia a la que estaban los pasos. Encontrarnos los dos hubiera implicado hacer la vuelta más larga. Optamos por la solución más práctica y rápida. Todo fue muy bien hasta tal punto que cuando entró el paso del Señor, el simpecado del palio ya asomaba por la calle Almendrillos. Fue una recogida de las más bonitas que recuerdo.
¿Qué consecuencias ha tenido la decisión de salir?
Ninguna en lo material. Se nos avisó la llegada del agua y tomamos la decisión de entrar en Santo Domingo el palio. Al misterio le pilló en la Carrera Oficial pero el restaurador del paso actuó rápidamente y lo secó dentro de la Catedral con sus manos expertas. Las previsiones no daban lluvia a esa hora; son las cosas que pasan en nuestra tierra y en Semana Santa. Antes nos subíamos a la torre y mirábamos a Sanlúcar por su venían nubes. Hoy, pese a los medios que existen, también se yerra. Si no queremos cometer fallos, lo seguro es quedarnos en casa. Pero no es lo más acertado después de dos años sin salir, máxime cuando las previsiones eran más o menos optimistas.
"Las críticas no me preocupan cuando llegan de personas que no me guardan afecto"
No obstante, le han ‘regalado’ críticas por la decisión de salir.
Las críticas son inherentes a cualquier decisión. Estoy curado de espanto. No me preocupan cuando sé que me llegan de personas que no me guardan ningún afecto porque son malintencionadas. Ante estas, lo mejor es quitárselas de encima. Normalmente, las personas que hacen este tipo de críticas es porque ellos mismos tienen una incapacidad manifiesta de hacer cosas. Y la manera de quitarse esa inquietud es criticar a los demás. Es verdad que me sorprenden críticas de gente que ha tenido responsabilidades y que también han tomado decisiones en algún momento de su vida en las mismas circunstancias y en la misma línea que tomamos e incluso con previsiones más negras. Mi abuela decía que ‘todo lo que se critica, cae encima’. A algunos esas críticas le caen tarde o temprano. Afortunadamente, he recibido multitud de llamadas muchas de ellas de gente muy valorada en esta hermandad, han sido de apoyo y positivas e incluso desde los que no estaban de acuerdo con salir.
En 2023 le va a tocar celebrar los 100 años de que su cofradía ‘estrenara’ el Martes Santo en Jerez.
Está previsto celebrar ese centenario y también los 125 los de la reorganización de la hermandad, en 1898. Estamos trabajando para celebrarlo. Será acorde a esas dos efemérides unidas. Hay un calendario de actos muy bonito ya preparado para el año que viene. Ya lo daremos a conocer cuando esté todo cerrado.
¿Habrá extraordinaria?
Entra dentro de las posibilidades que se barajan, pero de momento no quiero adelantar nada; será una celebración adecuada y satisfará a todos.
"¿Una extraordinaria en 2023 por los 100 años del Martes Santo? Entra dentro de lo posible"
¿Es justo que San Mateo no esté en manos de la hermandad que fue la que hizo posible su reapertura?
No sé si sería lo adecuado. Entonces, cuando se decidió por abrir San Mateo, no pensamos si seríamos los gestores del templo. San Mateo la consideramos como nuestra casa, seamos o no los gestores. Ahora estamos inmersos en la tercera fase de las obras que consiste en reabrir el salón de la sacristía y otras dependencias, pero sobre todo habilitar la espadaña, que es el sueño de mi padre: volver a oírlas cuando salga el Desconsuelo. Tenemos fondos para dar marcha a las obras y será una realidad, ojalá, en 2023. Los trabajos ya han empezado. Nos sentimos cómodos como estamos ahora mismo en San Mateo. Hay una muy buena relación con el párroco Carlos Redondo. Él nos entiende muy bien y estamos encantados que haya impulsado los cultos en la iglesia. En ese aspecto estamos satisfechos; si las cosas cambiaran estaremos dispuestos a asumir lo que haga falta.
Es un atento observador y analista del mundo cofrade. ¿Cómo lo ve de forma general con sus virtudes y defectos?
Esta Semana Santa ha sido un poco loca con el reencuentro con las calles. Echo de menos ahora lo que hemos sido capaces de hacer durante dos años sin salir; echo de menos la armonía entre los propios hermanos; la union con la Iglesia y con los más necesitados. En esta Semana Santa los nervios se han desatado y hemos perdido en algo las formas. Estamos en un momento álgido por lo que la bajada de hermanos hay que analizarla detenidamente. En nuestro caso, según el cuenteo que ha hecho Daniel Carretero, hay que puntualizar cosas. Por ejemplo, en relación con 2019 hemos sacado 50 monaguillos más, que son hermanos y que no se cuentan. También hay circunstancias económicas, más hermandades…
"Jerez está llegando al punto de insostenibilidad en el número de hermandades"
¿Lo de las nuevas rema en contra de las hermandades históricas?
Cuando se funda una hermandad tiene que haber un motivo de fondo, de creación, de fervor, de evangelización en un barrio donde no exista. No podemos caer en el error de fundar por fundar. Si elevamos a hermandad todas que las que están en ‘lista de espera’ vamos a desvestir a un santo para vestir a otro…. Hay que plantarse y estudiar hasta qué punto vamos en la dirección correcta. Jerez, en relación con sus habitantes, está llegando a un punto en el número de hermandades que puede ser insostenible desde lo económico, de hermanos, de cultos, de costaleros… Siempre digo que en los barrios antiguos hay muchas cosas que hacer. No vale fundar una hermandad por fundarla, por una cuestión de protagonismo que no se tiene en la hermandad donde se ha echado los dientes.
"El protagonismo me llega a quitar la fe en la Semana Santa"
El protagonismo, la vanidad, ¿los grandes pecados cofrades?
El protagonismo es el gran cáncer que tiene nuestra Semana Santa. A mí me llega a quitar la fe en la Semana Santa. Este año le llegué a decir a uno que si hacía falta quitaba al Señor de las Penas y lo ponía a él en lo alto; le espeté que aguantara lo que Él aguantó. Este año le hemos dado una reconocimiento a un hermano que ha llevado la cruz de guía durante 27 años; va en el lugar más alejado de los pasos pero es el que está más cerca de Dios. El protagonismo llega a puntos ridículos: ¿De qué nos sirve llevar una vara más grande, un palermo cuando llevamos la cara tapada?¿Qué pretendemos demostrar con eso?
Buena parte de las críticas, los errores que cometemos en las hermandades están relacionados con nuestros vicios humanos. Todo esto hay que evitarlo porque es un cáncer no solo en las hermandades sino para la propia Iglesia, donde también existe. Esto hay que cuidarlo. Vamos a los cultos en los que el cura nos lo repite cien veces y no nos enteramos: aquí estamos para servir y no ser servidos; estamos para dar ejemplo y no para que nos alaben. Cuando nos enteremos de esto, la Semana Santa cobrará muchos enteros. Por eso dije que echo de menos aquellos dos años donde todo el mundo ha sido hermano de todos; hemos ayudado a los demás, un tiempo donde las hermandades y la Iglesia han ganado muchos enteros y nos hemos olvidado de esos protagonismo que no nos levan a ningún sitio.