Es un estreno muy singular; es un gesto y un signo hacia las personas que están atrapadas por la enfermedad del cáncer. El Cristo de la Expiración ya tiene colocada una melena muy especial. Está realizada con el pelo de una mujer que está siendo sometida a un tratamiento oncológico.
La hermana mayor, Carmen Alonso, explicó a este medio que la historia que rodea a esta donación es muy particular. Todo arranca en una peluquería; un peluquero atendió a una mujer que le pidió que le cortara el pelo dado que iniciaba un tratamiento contra el cáncer. El profesional procedió a la petición y cuando acabó, esta mujer le insinuó que le gustaría donar su pelo para que lo llevara el Cristo de la Expiración .
El peluquero no tenía contacto alguno con la hermandad de San Telmo, excepto una amiga que un día se acercó al establecimiento y, en la conversación, le dio una estampa del Cristo desvelando así su pertenencia a la cofradía. Sin dudarlo le contó el deseo de su clienta y esta hermana lo trasladó a la hermana mayor, que no dudó en aceptar la donación.
Días después, el peluquero llevó la peluca terminada a San Telmo y le fue colocada al Cristo, que la luce desde hace algunos días ya en su paso de salida. La hermandad mayor, Carmen Alonso, confiesa que “estaba nerviosa y emocionada al ver al Cristo con ese pelo”. Subraya que en él “va la esperanza de todas las mujeres que están pasando por ese trance”. La hermana mayor califica este estreno como el más valioso: “¿Qué tiene más valor que tu propio pelo, que te has tenido que cortar por el cáncer?”.
La melena creció en una peuqeña cantidad de pelo porque el peluquero, tras entregar la melena, le añadió un mechón de otra señora que está siendo sometida al mismo tratamiento. Alonso cuenta que no es esta la primera vez que una mujer regala su pelo por la misma causa. Han sido sobre todo hermanas, pero en esta ocasión se ha podido llevar a cabo porque llegó la peluca terminada y lista para colocársela. Y así es.
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