Jerez a rebosar en un Domingo de Ramos histórico

Las seis hermandades del día disfrutan de una jornada espléndida en ambiente y en el tiempo. Miles de personas ocupan las calles con los romanos del Transporte como la gran novedad

El publico amontonado para ver a la hermandad del Transporte este Domingo de Ramos.

Pocos peros hay que ponerle al Domingo de Ramos en Jerez. El ambiente por todo lo alto. En las calles no se cabía desde primeras horas de la tarde. Las salidas de las hermandades, su llegada a la Carrera Oficial, el tránsito por las calles del centro… por cualquier rincón de los regresos, todo eran muchedumbres. 

Había muchas ganas de Semana Santa. Muchas, tantas que no se recuerda un inicio de las procesiones tan multitudinario. Bares llenos, los palcos ocupados y es que el día en lo meteorológico ha sido extraordinario. 

Las seis hermandades se lucieron, cumplieron con sus respectivos cánones estéticos. Este 2023 el Consejo eliminó los cinco minutos de separación entre hermandades en Carrera Oficial. La medida bien, pero no se cumplió a rajatabla viéndose largos vacíos, una situación que sonaba más a decisión del diputado de cruz que a otra causa como, tal vez, retrasos que por cierto sí los hubo en el palquillo. 

Las Angustias, saliendo del templo. CANDELA NÚÑEZ 

Las Angustias firmó 20 minutos de retraso, comiéndose todo el acumulado. Habrá que apretar tuercas. La música en general, un notable alto, destacando el Rosario de Cádiz, la municipal de Rota, la histórica de La Puebla, las cornetas de Salud y Esperanza de Huelva que llevó Pasión.

Otro dato común. Lo de las flores en los pasos de misterio: manda el minimalismo. Lo mínimo imprescindible. ¿Un estilo más sobrio, elegante y a la vez un ahorro? Menos mal que no se vieron palios arreglados al estilo de bodas. 

Dos avisos. ¿Los operadores de telefonía no saben que además de Sevilla y Málaga hay otras ciudades con gran aglomeración de público y todo el mundo con móviles? Pues no deben saberlo o no quieren porque la conexión en la zona centro era pésima. 

Vista aérea de la salida de la Coronación.  CANDELA NÚÑEZ

Más peros sobre los palcos. Quejas de usuarios por no encontrar su palco o estar ocupado por otros pero con el mismo número asignado. Y una más. Este año los controladores de los palcos y la colocación-recogida de sillas se ha contratado con una empresa externa. Antes la gestión era directa por parte de la Unión de Hermandades. Al menos la estética ha mejorado, todos uniformados e identificados con chalecos. Se ha ganado muchos enteros en esto.  

En lo puramente cofrade, la Hermandad del Transporte brilló y mucho gracias a la consolidación de unas señas de identidad muy suyas, muy de la historia de esta hermandad con dos pasos soberbios tanto que al misterio se le ahorraron las flores de los costeros. Solo en cuatro jarras esquinadas y un elegante friso rojo oscuro en el frontal y trasera. 

El palio sublime, con orquídeas blancas, un paso que está tomando una riqueza artística al que habrá que ver para 2024. Ese año la Dolorosa llamada la Reina del Transporte estrenará el manto que le borda Fernando Calderón. 

Y por supuesto el remate este año de la guardia romana. Unos armaos jerezanos y transporteros perfectos, elegantes, sin concesiones, serios y sobre todo espectacular. Eso sí, necesitan ensayar más el paso en formación cuando procesionan. Cuestión de ensayos como hacen los macarenos.

Por cierto, que crecerá el año próximo hasta 28 soldados. Su presencia ante el misterio fue todo un espectáculo. Enhorabuena a la gente de la Merced por devolver este ingrediente tan cofrade 50 años después. 

Permítanme que señale a la del Transporte como la cofradía de la jornada, la que mas brilló, la que más gente arrastró por donde pasaba. La que centenares de personas la esperaron en calle Tornería. Y no miles porque no caben. 

La hermandad de Pasión.   CANDELA NÚÑEZ

Bandas magníficas con el Rosario de Cádiz, que estuvo inconmensurable, y no menos la de La Puebla en el palio. Todo en esta hermandad fue positivo incluso en el crecimiento de nazarenos pese a que aún no llega a lo que debería ser. El tiempo dirá. 

Sin embargo, la estampa tradicional del día la puso la Borriquita. Es el icono del Domingo de Ramos, con las rubias palmas de los nazarenos como seña de identidad. Su numeroso cortejo fue el mejor amparo para dos pasos y en un año en el que La Estrella fue la más mimada. En octubre será coronada y eso se dejó notar en el ambiente de la cofradía. Será su última Semana Santa antes de recibir ese reconocimiento canónico. 

Virgen de las Aguas. Con esta marcha clásica entre las clásicas entró La Estrella en Cristina con el acostumbrado buen andar medido y acompasado es este palio azul y oro. Ramo de flores del Nazareno para esta Dolorosa en un San Juan de Letrán abarrotado. 

La Borriquita.  ESTEBAN

La distancia geográfica la marcó la Hermandad de Pasión, que llegó desde casi la avenida Juan Carlos I. Unas once horas en las calles. Una cofradía ordenada, corta pero muy medida en todos sus aspectos y un paso que anduvo a su estilo severo sin cambios siempre de frente, con sabiduría en el mando y tras los faldones sin dejar de mencionar la buena formación musical onubense tras el paso. 

La solera cofrade se visualizó en las últimas del día dada su antigüedad. La Coronación sabe a Jerez y a los cofrades de muchos quilates que le dieron forma cuando en la ciudad se andaba en la mediocridad. 

Buen cortejo de hermanos pero no el de antaño. Se notó el cambio en el mando del paso de misterio. De frente y paso largo elegante. El del Señor Coronado en un paso del genial Guzmán Bejarano que conserva como el primer día un dorado intenso de tonalidad más oscura que delata la calidad del trabajo. 

El vientecillo que se levantó a la caída de la tarde mató a las candelerías. Una pena verla apagada en el palio de La Paz que no dejó ver los brillos y la riqueza interior de unos bordados y orfebrería de antiguo cuño. De la época dorada de Elena Caro. Al menos la cera más alta se pudo mantener encendida para derramar una tenue luz en el rostro de la Dolorosa de los Desamparados. 

El Perdón, por las calles de Jerez.  MANU GARCÍA
 

Las Angustias del Domingo de Ramos. No de otro día aunque la insinuación de que pasara al sábado fue insistente pero desde afuera porque la cofradía lo tenía más que claro. Su elegancia nazarena es su gran activo. 

La larga fina de negros penitentes ordenados, de mirada al frente, de esparto en las cinturas. De cera color tiniebla, de campanitas sonando en las manos de los más pequeños.

Una hermandad con historia y largo recorrido en la vida cofrade local. Santo y seña de la pureza en las calles. Todo para exponer en procesión a la Dolorosa del Humilladero, la Piedad, la Virgen con Cristo muerto en su regazo sobre un jardín rojo sangre de toro y de voces blancas que van anunciando su llegada. Es la música de Las Angustias. Sin más. Con ese contrapunto de negros y silencios se recoge el Domingo de Ramos.

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