Cuarenta años después, Jerez volvió a vivir un Sábado de Pasión con procesiones. Los cortos cortejos de la Sacramental y Mortaja abocó a un tránsito rápido y en poco tiempo. El Santo Entierro sí alargó ostensiblemente su cortejo gracias a que casi todas las hermandades de penitencia, excepto una, respondieran al llamamiento que hizo el obispo y la propia hermandad.
Cuatro representaciones de hermandades no llevaron la túnica: Amor y Sacrificio, Humildad, Santo Crucifijo y Cinco Llagas. Las restantes cumplieron el ruego lanzado por el prelado.
La ‘Chacha’ fue casi detrás de la cruz de guía, otra incorporación absolutamente novedosa en la cofradía del Calvario. Fue llevada en andas por nazarenos cubiertos. Una alegoría que volvía a las calles 70 años después.
Ante la urna, el hermano mayor, Enrique Espinosa, vestido de particular; los canónigos Luis Prieto y Jose Antonio Montero Jordi, el obispo monseñor Rico Pavés y el presidente de la Union de Hermandades, Jose Manuel García Cordero. Precediéndolos, el Consejo cofrade y la Delegacion de Hermandades.
El histórico Pendón de Castilla que tiene concedido esta hermandad volvió a salir siendo portado por el mando militar de más alto rango, como ordena el protocolo para esta histórica insignia, un oficial de la Armada acompañando de la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía. La Corporación municipal estuvo encabezada por la alcaldesa, tenientes de alcaldesa, delegados y concejales de Ciudadanos, y del PP.
Un detalle, el obispo quiso recibir a la primera hermandad en el palquillo en esta jornada para la historia cofrade local, hasta donde se trasladó acompañado por el presidente del Consejo. Tras pasar la de Santiago y la de Capuchinos, ambos se incorporaron al cortejo del Santo Entierro.
La primera en pasar fue el Cristo de las Almas cuyos hermanos no vistieron túnica, algo que tendrán que plantearse si desean seguir saliendo en Semana Santa. El crucificado fue en su paso y con la música de cornetas y tambores de la banda Fundación Zoilo Ruiz Mateos de Rota. Cortejo muy corto tal y como se sabía de antemano.
En el llamador estuvo Martin Gomez, el mismo que en el paso de La Mortaja. Ayer hizo doblete asistido por sus auxiliares. La cofradía de Capuchinos fue la de siempre, sin ninguna novedad destacable solo la de salir el sábado, la vieja aspiración que desde su creación ha tenido la hermandad, cuya música fue la acostumbrada de capilla.
El no tránsito de esta cofradía por la Catedral se desarrolló como estaba previsto, el paso se quedó en la puerta de Visitación sin entrar. Lo hicieron los nazarenos que, tras el rezo de las preces correspondientes a la estación de penitencia, salieron de la catedral por Encarnación mientras que el paso se incorporó tras el cortejo cuando este alcanzó Cruces.
En cuanto al Santo Entierro, al margen de lo oficial ya comentado, fue solemne y elegante. La urna portada por costaleros no llevó música pero fue a un ritmo muy vivo como lo hizo toda la hermandad. Evidentemente se debía cumplir el compromiso de la hora de recogida, la medianoche.
El palio de la Piedad simplemente maravilloso. Todo el conjunto se armoniza en una configuración perdida en los tiempos con el duelo ante la excepcional Dolorosa acompañada por san Juan.
Andando largo y sin concesiones a la música, le dio más elegancia y más presencia si cabe. Sus históricos bordados y el conjunto en general hacen que este paso sea único en Jerez y, sin duda, en Andalucía. La banda del Nazareno de Rota ofreció un repertorio exquisito y muy adecuado.
En cuanto a hermanos, evidentemente el efecto Sábado Santo debe tener su efecto a medio plazo con más nazarenos en el cortejo tanto en esta hermandad como en las dos restantes, especialmente la de Capuchinos que se vio más corta que años precedentes.
En la Sacramental de Santiago salieron algo más de una treintena.
Se podría decir que en los palcos hubo tres cuartos de entrada. El público se vio en mejor número en las calles principales del centro, mucho menos en lugares menos transitados aunque la Carpintería estuvo muy animada para ver pasar a dos de las cofradías. Desolador el paso desde calle la Sangre, Santiago y Ancha de ida. Las salidas para Cristo de las Almas fue demasiado tranquila en las aceras. Más animada en La Mortaja, tal vez por su ubicación. Eso sí. a una hora más temprana de lo habitual el publico empezó a retirarse.
Esta es la crónica del regreso del Sábado Santo a Jerez desde que en 1983 prohibiera las procesiones el entonces obispo Bellido Caro. Tras casi un año de reuniones, planes, invitaciones y algo de polémica, salió adelante por la manifiesta voluntad de Rico Pavés y la constante insistencia en el proyecto del presidente de la Union de Hermandades.
Queda claro que la recuperación ha sido positiva pero también ha quedado claro que si el Sábado Santo quiere ganar en popularidad y seguimiento, tiene que crecer en hermandades, un objetivo muy complicado dado los muchos ‘noes’ que recibió el proyecto en sus inicios.
¿Lo de este sábado convencerá a alguna/s? Puede ser pero pocos apuestan por ello. Ahora es una labor de convencimiento que tendrá que trabajarse el Consejo. No es menos cierto que 40 años son tantos que recuperar y superar lo poquito que tenía este día entonces, ha sido relativamente fácil. No obstante, incrementarlo será lo difícil.
Todo pasó muy rápido, demasiado. Si esto tiene que cuajar hace falta más contenido. ¿Será Santa Marta la próxima en entrar? Eso se comentaba antes de Semana Santa. Una dificultad añadida es que no cualquier cofradía puede entrar en la nómina de la jornada ya sea por la iconografía o por el estilo de la corporación.
El signo de que todo había acabado fueron los montacargas recogiendo las sillas y cargándolas en camiones. El adiós tiene también un sonido y unos elementos propios que nos obligan a convencernos de que el The End, ya se ha colgado en las calles y en los sentimientos del Jerez cofrade.