Lo que empezó hace años como por casualidad, porque estaban en el sitio adecuado, a día de hoy se ha convertido en una asistencia al nazareno organizada y asumida por la Hermandad de la Lanzada de Jerez.
De casualidad porque la sede social de la cofradía está situada en la plaza Peones, lugar de paso de numerosas cofradías en sus itinerarios de regreso, por lo que las procesiones que pasaban por allí entraban en su casa para ir al servicio o refrescarse.
Esto ha redundado hasta que este año se ha reforzado como un dispositivo, con el apoyo del Ayuntamiento y la Unión de Hermandades, por el que la cofradía entrega a los penitentes dos caramelos, agua e incluso le refresca los pies si va descalzo.
Además, esta Semana Santa ha sumado otra iniciativa, un espacio reservado en Peones para uso de la asociación Uniper de familiares de niños con enfermedades raras.
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