La Hermandad del Buen Fin de Sevilla no pudo contemplar su estación de penitencia por culpa de la lluvia y tuvo que refugiarse en la Catedral, donde permanece hasta que se haga el traslado de los pasos a su templo.
Tras el chaparrón que le cayó a la hermandad y después de tener que acabar de manera precipitada, la tristeza inundó los rostros de los hermanos de la referida corporación.
El arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, trató de consolar a los pequeños monaguillos de la hermandad con unas palabras de ánimo. "Sería más bonito haber hecho una estación seguida y sin lluvia, pero estas incidencias nos dejan desanimados y nos vencen, ¿sí o no?", preguntaba a los jóvenes del Buen Fin.
Saiz Meneses continuaba señalando que "no, nosotros resistimos, como valientes. Más difícil lo tuvo Jesús, que tuvo que ir con la cruz a cuestas y luego dio su vida en la tierra. Ahora atentos a las indicaciones de vuestros padres y de los mayores y volvemos a casa. El año que viene nos volvemos a ver, aunque no podré reunirme así, ya que seguiréis para adelante".
Finalmente, el arzobispo de Sevilla dio la bendición a los "valientes" de la hermandad y se emplazó con ellos para la próxima Semana Santa.