Habría que mirar los anales de semanas santas pasadas para localizar un año en el que el mal tiempo fuera absoluto protagonista. Tal vez la de 2011 pueda parecerse a la de este año en el que la primera y única cofradía que ha pedido la venia en el palquillo de Aladro, por ahora, ha sido la de la barriada de la Constancia.
Como se preveía, ante los pronósticos que se aventuraban, el lunes se convirtió en un día más complicado que el Domingo de Ramos, dado que el riesgo de precipitaciones se mantenía prácticamente durante casi toda la jornada, con más intensidad en las primeras horas de la tarde.
Los partes que fueron corriendo de mano en mano confirmaban la presencia de las lluvias, más intensas desde las dos de la tarde, pero mejorando a partir de las 18 horas. Y así sucedió. A partir de esa hora el cielo clareó y sin lluvia.
Sin embargo, La Sed, pese a que se empeñó en querer salir, pospuso una hora la decisión y media hora más añadida al aprobarse un retraso general en todas las hermandades del día. El ser la primera del día, con salida a las 14,30 horas, hizo más complicado postergar la decisión a una hora más cercana a la anunciada mejoría. No obstante, la evidencia de la lluvia que caía a las cuatro y pico de la tarde, venció los ánimos de los cofrades de Puertas del Sur y se inclinaron por suspender.
Le siguió la Hermandad de la Candelaria. Al mismo tiempo que en Fátima, aguantaban la decisión e incluso proponiendo que se le permitiera esperar hasta las 18 horas. Antes, en San Marcos no se concedieron más margen. A la hora comprometida se anunció la suspensión de la procesión, una medida que se tomó pensando en la hora de recogida ya que se metía en la madrugada, cuando el índice de riesgo de lluvia volvía a aumentar.
Así que se rezó el Vía Crucis y se retranquearon los pasos desde del presbiterio de San Marcos hasta el pie de la iglesia. Amor y Sacrificio siguió el mismo camino que esta, del mismo modo que lo hizo el Cristo de la Viga, que fue la última en decidirse.
En la cofradía de la Catedral, la antigüedad y valor artístico e histórico del crucificado siempre han sido los factores que han condicionado a estos cofrades a la hora de salir en los lunes santos con mala meteorología.
Entre tanto, La Paz aceleró desde la salida para firmar a la hora prevista en el palquillo a las 19.15 horas. Al ser la única en la calle, concitó la atención del público que se echó a las calles para disfrutar con la cofradía de Fátima, eso sí, paraguas en mano por si acaso.
Ciertamente, el Señor de la Paz y la Virgen del Refugio se dieron un gran paseo, aprovechando la oportunidad que le han deparado las circunstancias para acaparar la atención de todos. Esto tiene un gran beneficio para la corporación, que ha ocupado todo el escaparate de la Semana Santa jerezana.
La gente, en gran número, siguió a la hermandad de forma constante, salvando así una tarde y noche que iba por el mismo camino que el Domingo de Ramos. Los palcos tuvo ‘ambientito’, no un lleno absoluto pero al menos se pudieron estrenar.
El paso de misterio presentó el estreno de la imagen de Pilatos. El arreglo floral combinó el morado y el rojo en este paso, mientras que en el palio predominaron el morado y el blanco. Se modificó el itinerario de regreso para evitar meterse en la madrugada. Tras salir de la Catedral bajó por Cruces y siguió por José Luis Díez, Plateros y Tornería para continuar por su recorrido habitual.
A grandes trazos, así fue el guión que nos dejó un Lunes Santo también para olvidar. Como dicen los oficiales de las juntas de gobierno, a nadie le desean tener que lidiar con situaciones como esta. Si se opta por suspender y no llueve, el ‘chaparrón’ lo tienen asegurado. Pero si llueve todo serán elogios exaltando el sentido común de los dirigentes. En el otro supuesto, el de que se sale y llueve, el chaparrón se convierte en temporal, con DANA incluida.