Desde su estudio en el pequeño paraíso de Conil, Adrián Torres (Jerez, 1982) transmite los colores de la naturaleza en sus obras. Las puestas de sol de las playas gaditanas que el artista intenta apreciar todas las tardes suponen una fuente de inspiración en sus cuadros: “Cada día los colores son diferentes, es un espectáculo de la naturaleza con una belleza infinita”. Sus obras reflejan la luz y alegría a través de un contraste de tonalidades que intenten transmitir positivismo a aquellos que lo aprecien.
Empezó desde muy pequeño haciendo comics, pero “no empezó a tocar los pinceles” hasta que entró en la carrera de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla. Siguió su recorrido especializándose en Barcelona, pero no fue hasta que se mudó a Estados Unidos cuando empezó a creer que de verdad podía vivir del arte: “Me fui a Dallas y conocí a un artista que fue mi mentor. Me dijo que podía vivir de esto, algo que yo veía imposible en España. Entonces, empecé a hacer mis primeros encargos. Esa experiencia me sirvió para ver que era posible, que si había gente que estaba viviendo de la pintura yo lo quería intentar también”.
Torres decidió volver a España y montar su estudio aquí, en Cádiz, y fue creciendo poco a poco gracias a la ayuda de las redes sociales y a su esfuerzo. Ahora es un artista reconocido en toda España, pero lo hace desde su estudio en Conil, porque, aunque existe una reconocida fuga de cerebros de la cultura andaluza a la capital, el artista tiene claro donde permanecer. “La calidad de vida que tengo aquí, con la playa al lado y toda la naturaleza, no la hay en Madrid. . Mi carrera no se ha basado mucho en el mundo de las galerías, no me hace falta estar en la capital. Creo que no sería feliz viviendo allí”.
Adrián Torres: "Pintar me ayuda a limpiar emociones negativas y a estar equilibrado"
Sus grandes referentes se encuentran dentro del impresionismo abstracto americano, también Pollock o Van Gogh son algunos pintores donde se mira. Asimismo, Torres admite que “no pinta cuando está triste”: “tengo que estar bien, contento, porque es lo que me gusta expresar en los cuadros. Si lo que quieres es expresar luz, tienes que tenerla dentro”. Además, el arte es como la vitamina para él, algo sin lo que vería muy difícil vivir. “Pintar me ayuda a limpiar emociones negativas y a estar equilibrado. Cuando llevo mucho tiempo sin pintar lo necesito para mi estabilidad emocional”, narra.
No empezó haciendo murales, pero ahora mismo, admite, es lo que “más le motiva”: “Los murales tienen un impacto social muy grande, es una obra que está en la calle que puede afectar a la vida de muchas personas, un cuadro lo tiene uno en su salón. Así lo puede disfrutar más gente”.
Empezó a realizarlos con el proyecto Riding Colors un trabajo en comunidades desfavorecidas para ayudar a través del arte. Una iniciativa que nació en 2014 cuando viajó al sur de Asia a la Fundación Vicente Ferrer. Tras la experiencia, Torres continuó esa aventura en diferentes países, principalmente en orfanatos y escuelas, para crear un entorno mejor para los niños. Después de eso empezó a emplearse en los murales más a fondo a nivel profesional, aunque sigue unido a este proyecto y planea hacer un mural en una reserva de gorilas en Ruanda.
Asimismo, el artista también realiza retratos, siempre con su particularidad de colores. Hace unos meses hizo el retrato más grande de toda su carrera en colaboración con la artista Sara Carbonero, así como un mural de dos paredes. “La vida es un aprendizaje, pero a veces este conocimiento llega a través de experiencias duras que nos causan mucho dolor. Si conseguimos ver más allá, y aprendemos la lección, podremos disfrutar más de la vida desde otra perspectiva y ser más felices”, escribía como reflexión el pintor sobre el proyecto.
En sus murales también podemos observar como el jerezano intenta transmitir un poco de la persona a través del dibujo. “Cuando el retrato me lo encarga una persona desconocida siempre intento preguntarle algo para captar la energía de esa persona y después yo traducirla a unos colores y formas”.
Acaba de sacar un nuevo proyecto con Miguel Poveda para ilustrar el nuevo álbum del cantante flamenco Diverso. El jerezano realiza un body Paint que ilustra los colores del planeta tierra para reflejar la filosofía del proyecto musical. En el Making Of, que tanto Torres como Poveda han subido a sus redes sociales, se observa el proceso de creación mientras transmite un mensaje sobre el proyecto musical del catalán: “Sin miedo, sin fronteras ni barreras. Por un planeta diverso”.
No tiene barreras a la hora de crear, se deja llevar por lo que siente haciendo un contraste entre la técnica de la línea y la mancha: “Lo que me gusta es que la gente se sienta bien cuando vea un cuadro mío, aunque sea un momento, independientemente de que entienda de arte o no. Si por un instante le ha hecho feliz, a mí me basta”