Algunos recuerdos de la Feria del Caballo de los años 80

Como cada año, algunas casetas de nuestra Feria del Caballo vuelven a ser criticadas. Por el contrario, otras casetas, bien engalanadas, son elogiadas y fotografiadas por jerezanos y turistas.

rumasa

 

Como cada año, algunas casetas de nuestra Feria del Caballo vuelven a ser criticadas. Por el contrario, otras casetas, bien engalanadas, son elogiadas y fotografiadas por jerezanos y turistas. El concurso de casetas –típico de la Feria del Caballo- vuelve a hablar por sí solo. Pero pocos parecen acordarse de aquellas casetas que fijas en el Parque González Hontoria fueron derribadas hace ya 30 años en época de Pedro Pacheco, con la intención de hacer una Feria de Jerez más abierta y pública, limitando a un 25% el espacio ‘reservable’ para socios.

Y es que la Feria del Caballo ha cambiado mucho. Donde antes particulares, asociados y amigos colaboraban codo con codo en el día a día de sus propias casetas, hoy la mayoría son profesionales de la hostelería. Algunos ciudadanos llegan a afirmar que en ciertos casos esto incumple con la normativa reguladora de la Feria del Caballo, pero externalizar el servicio de barra no es traspasar, lo cual sí está fuera de la legalidad. Sin embargo, sí que se siguen manteniendo en muchos casos los mensajes y las señas de identidad de las casetas.

Otra cosa que sí merece punto y aparte es la música. El ‘chunda-chunda’ predomina sobre sevillanas. Y en otro tiempo, se quejan algunos mayores, otros palos del flamenco –la bulería por excelencia- sobre las propias sevillanas. Pocos se preguntan ya aquello de si la identidad andaluza de nuestra feria está hibernada por los nuevos gustos (o por el mal gusto). La realidad es clara: el Ayuntamiento distribuye un disco homenaje a Lola Flores en una Feria dedicada a ella y hasta en sus propias casetas –como la de los Mayores-  se escucha de todo menos flamenco. ¿Habrán perdido los caseteros el disco homenaje a Lola o serán cosas de la vida moderna?