Antonio Rey, guitarrista flamenco: "No tienes que pedir permiso a nadie para tocar lo que sientes"

Pues, lo que son las guitarras de la producción, dos meses. Eso sí, a deshoras. Había días que me he pegado 15 horas al día con la guitarra en las manos, otros días diez, otros que 14, pero menos de eso no, porque si no, no llegaba.

Para la composición, aproveché todo el tirón de la pandemia para ponerme a componer. Y sí que ha sido un trayecto más largo. Además, yo no tengo a nadie que venga y compre la canción, que te dé la letra y llames a un arreglista, te lo graben y tú vayas a meter la voz. Yo soy el compositor, el productor musical y también el que está editando todo lo que está pasando.

En resumen, han sido dos meses y medio casi tres meses para la grabación y de composición, pues tres o cuatro años, que además es lo que yo creo que es lo que necesita una guitarra flamenca para que te pasen cosas y tú componer diferente a la anterior, porque yo te puedo hacer el mismo año dos y tres discos, pero van a estar con el mismo aire y eso no es bonito.

Pues surge un poco por necesidad y también porque hacía ya cuatro años que no me metía en el estudio.

Este es el séptimo en la calle, contando con el DVD del Palau en directo, que yo lo cuento también como una grabación que tuvimos que mezclar y masterizar. Y aunque son los mismos temas que están en Flamenco sin fronteras, con el que ganamos el Grammy Latino, también había temas de Colores del fuego (EMI, 2011), de Camino al alma (EMI, 2013).

"Me vale más que mi hija con 14 años no se aburra con mi música, sin tener idea de esto, que lo que diga un experto"

Yo he tardado cuatro años porque también no he tenido tiempo a pararme a grabar porque he estado de gira por todo el mundo, prácticamente. Incluso en la pandemia he trabajado más que nunca porque el Grammy Latino me lo conceden en 2020 y ahí me daban permiso para ir a tocar a muchos sitios y países. Entonces no tenía tiempo para grabar.

Pero creo que sí. Que hace falta pararse y tener tiempo para hacer las cosas. Porque el laberinto de falsetas y de temas tienes que ordenarlo en el puzle de tu cabeza y para eso necesitas tiempo. Te puedo decir que, a lo mejor, estaba en un aeropuerto en Dubái, en una escala de seis horas y agarraba mi guitarra y mi grabadora y ahí que me ponía o directamente me grababa con el móvil.

De todos modos, yo lo que siento es que va todo como muy deprisa. Te piden las cosas como si fuera muy fácil. Y no es así.

Claro. ¿Por qué? Pues si lo vemos desde la parte económica, lo puedes ver hasta razonable. Por ejemplo, si vas al Festival de Monterrey en México una o dos veces con Camino al Alma, el promotor va a querer que vayas con otro espectáculo para volver a ir, porque si no el público que ya ha visto eso no le va a venir y no venden entradas.

La película, realmente, va por ahí, aunque a un guitarrista no le puedes pedir que te haga un disco al mismo ritmo que un cantaor, por ejemplo, que coge letras populares o le componen los temas y se mete en el estudio y graba. Un guitarrista flamenco, en cambio, tiene que reinventarse sobre sí mismo y eso es mucho más complejo.

"A un guitarrista no le puedes pedir que te haga un disco al mismo ritmo que un cantaor"

Mira, un tema de guitarra, por ejemplo, una minera —que no es vendible para nada— puede ser como 50 temas en uno porque cada falseta son minitemas. Entonces, no acordarte de él o de Paco de Lucía, con quienes hemos vivido toda la vida escuchándolos y alejarte de ellos, es complicado.

Luego, cuando tienes el disco en el mercado, hacer algo distinto y que no se parezca a los anteriores requiere de tiempo y que te pasen cosas en tu vida para componer, porque, además, yo compongo sin letra. Yo te pongo el paisaje y tú la letra que quieras. Esto tiene, por otro lado, la suerte de que soy propietario de todo, aunque esto no lo miro desde la perspectiva económica y los derechos de autor, sino más bien como la carta de presentación necesaria para que los festivales te convoquen otra vez y tener un proyecto con el que seguir andando tu camino.

Por eso creo que, cuando tú tienes una carrera, tienes discos diferentes, estás en los festivales porque estás mostrando cosas distintas. Aunque a veces apetece mucho ver a un artista tocar por soleá y ya está, sin tener que ponerle película.

Yo creo que ya lo tenemos todos.

Jesús y yo vamos a ser vecinos de por vida. Porque me he mudado y resulta que él también se ha venido a donde yo estoy ahora. Es un pedazo de cantaor y un ser humano increíble. Y bueno, lo tengo ahí al lado y es el primero en escuchar mi disco y me orienta y yo también escucho sus cosas y es una alegría.

"Me gusta rescatar palos que se usan poco hoy en día en la guitarra"

Pues, porque tiene ocho historias. Y, además, cuando tú lo escuches, me vas a decir: "has dado con el título".

Pues no tiene que ver unas con otras. Por ejemplo, hay una seguiriya super flamenca, buscando lo que es la raíz y que canta Israel Fernández. Hay otro tema con Alain Pérez, que es una rumba, que tiene mucho que ver con la salsa y yo hago la parte flamenca y él, que es un genio, entra en la parte más salsera. Y, bueno, luego hay mis típicos temas a tres, a ritmo de fandango, con Los Makarines.

También hay un solo, que creo que siempre tiene que estar en disco de guitarra flamenca y es una minera de concierto. Me gusta rescatar palos que se usan poco hoy en día en la guitarra. Hay otro tema dedicado a México, con el que cierro el disco. Allí viví cinco años, tengo una hermana allí, mi padre se casó con una mexicana. En definitiva, creo que están plasmadas ocho historias mías, sin letra, que es muy difícil.

Gracias a Dios que está pasando eso. Estamos ya en un punto que muchas me digo ¿qué toco yo ya? ¿Intento meterme en otros estilos? Yo acabo de llegar de hacer una gira con Richard Bona y otra con Al di Meola, que son dos pilares grandes del jazz y, cuando toco con ellos, no toco jazz, primero porque no sé, y segundo porque respeto mucho ese género. Yo toco flamenco y creo que es lo que les gusta a ellos de mí.

Entonces, cuando nosotros hacemos un disco, al final vuelves al origen, que para eso soy un guitarrista flamenco. Ahora bien, estamos en un tiempo en el que tienes que poner un disco de guitarra lo más fácil posible a la hora de oírlo, para que sea agradable a las personas que no entienden de flamenco. Es más, creo que no puedes tocar solamente para guitarristas o expertos en flamenco. Yo ya no toco para ellos. No trato de que me aprueben. A mí me vale más que mi niña de 14 años, que no tiene ni idea de esto, no se aburra con mi música.

"No hago música para ser comercial, pero sí quiero que tenga un aire más actual"

Toco lo que a mí me gusta, aunque luego lo compenso, porque si hago un disco como a mí me gustaría no vendo ni uno, ni me llevo el Grammy Latino, ni hago un festival. Aunque luego en los festivales, tengo que tocar solo con mi guitarra 20 conciertos y toco por soleá o por farruca, pero el mundo discográfico creo que funciona más a través de atrapar al público con temas más fáciles de entender, no porque el público no lo pille, sino porque el flamenco es muy complejo.

Mira, te pongo un ejemplo, tú pones una seguiriya moderna, con acordes o armonías raras y transportada y metida en siete, que ahora se está llevando mucho, y ves que el público pasa del tema. Al final, buscas la bulería u otro palo donde te presten más atención.

Mi padre, Toni Rey, cuando me presenté al Concurso Nacional de Córdoba, el Giraldillo de la Bienal o al del Cante de las Minas de La Unión —que gracias a Dios en todos ellos me fue bien—, me decía "¿qué estás tocando?". Yo le respondía que una taranta que había compuesto, y me respondía que "mejor que taranta, ponle canción, porque está muy bonita, pero no tiene el olor a taranta".

Y es lo que tú dices, todos hemos pasado esa fase en la que hemos querido decir tantas cosas que no se entendía lo que hacías. Recuerdo a Sabicas, cuando venía a Madrid, en el Candela todo el mundo quería enseñarle lo que estaba haciendo y él, muy respetuoso, a mitad del tema había veces que decía "perdóname, hijico, ¿qué estás tocando? Porque no me entero de nada". Si además de todo lo complejo que tocamos, encima metemos otros conocimientos de otras músicas y lo metemos todo dentro, el guitarrista tendrá mucho conocimiento musical, pero se está olvidando de lo fundamental que es el flamenco.

"Paco de Lucía era un ser natural y su aura es inalcanzable"

Creo que está todo volviendo a su ser —dentro de que la guitarra tiene hoy en día mucho más conocimiento armónico— y a los orígenes, gracias a Dios. Por eso, siempre trato de meter colaboraciones de cante en mis discos, para que la gente lo pueda escuchar. Eso sí, yo no dejo de tocar flamenco. El aire está siempre. En la bulería, en las alegrías o en el que sea.

Yo no hago música para ser comercial. Nunca lo voy a hacer. Pero sí quiero que tenga un aire más actual, porque yo soy de los 80 y me he criado también escuchando música moderna. Además, después de llevar más de 15 años tocando solo, considero que ya no debo tener el permiso de nadie para hacer lo que yo siento.

Hay gente que toca increíble. Hay mucho y muy bueno. Pero no concertistas. No porque yo lo sea ni mucho menos, sino porque creo que es la era en la que hay menos concertistas en la historia de la guitarra y donde hay más guitarristas para tocar para el cante y el baile. Son grandes músicos, eso vaya por delante. Faltaría más. Pero echo de menos eso.

Y digo esto porque considero que para la guitarra de concierto el propio instrumento te obliga a vivir para él y luego, por desgracia, tenemos el listón muy alto y resaltar está muy difícil. Por eso, yo veo esta época de menos concertistas, pero de mayor nivel musical. Es más, en la generación anterior a la nuestra, estaba más asentado el concepto de un guitarrista con su personalidad y que tiene que hacer su carrera discográfica. Ahora no, ahora es sobrevivir y si me toca una estrella y me coge, de aquí no me muevo porque están las cosas mucho más difíciles que antes.

"Todos hemos pasado esa fase en la que hemos querido decir tantas cosas, que no se entendía lo que hacías"

Pues hasta el punto de volver loco a más de uno. Primero, porque crees que con estudio y con encerrarte y con no salir del cuarto puedes llegar a lo que él hizo. Y no lo vas a conseguir porque lo de Paco era natural. Y ahí es donde vienen los problemas contigo mismo y empiezas a obsesionarte. El que jugaba a ser Paco, caía. Porque él era un ser natural y su aura es inalcanzable.

Como te decía antes, la personalidad que existía en la generación anterior a la nuestra era más inteligente porque buscaba hacer otras cosas. Otro ritmo, otro compás, otra forma de coger la vereda. Jugaban en la misma liga, pero uno cogía por la derecha, otro por la izquierda y al final todos tenían su recorrido de forma particular.

Yo creo que en 15 días tenemos disco ya en la calle. Va a salir primero en plataformas digitales y más tarde los vamos a editar en cd, haremos los videoclips — rimero será una de las rumbas y luego la parte más jonda— y, a partir de ahí, me gustaría ir trabajando en fechas para poder presentarlo en directo.