La periodista e investigadora Rosa Rodríguez Cárcela presentará su libro El Ángel de la Guarda. Culto, devoción y manifestaciones artísticas (2024) de Literatura Abierta, editorial Torre de Lis. Una publicación, a modo de manual para todos los públicos.
La presentación de la obra tendrá lugar el próximo 2 de octubre a las 20.30 horas, en la Iglesia del Santo Ángel de Sevilla. Estarán presentes el Prior don Juan Dobado y Gonzalo Sáenz, director de la editorial. En el acto podrán adquirirse ejemplares, gracias a la presencia de la Librería San Pablo en el evento.
Esta presentación coincide con la festividad litúrgica, a la que también dedica un capítulo. La Policía Nacional y Local celebran en múltiples localidades españolas a su patrón, el Ángel Custodio. “Siempre tenemos que agradecer mucho al Ángel de la Guarda, por ello es importante honrarlos y darles culto”, aclara Rodríguez Cárcela.
Esta autora ha escrito anteriormente varios libros como Arcángeles del Cielo (2022), Arcángeles de la provincia de Sevilla (2018) y Arcángeles de Sevilla (2024). Como investigadora pertenece al Grupo de Investigación en Estructura, Historia y Contenidos de la Comunicación de la Universidad de Sevilla.
“A través de este libro queremos reforzar nuestra fe y confianza en el Ángel de la Guarda, un espíritu puro, superior al ser humano y creado por Dios para ayudarnos durante toda nuestra vida terrenal, desde que nacemos hasta nuestro fallecimiento. En una época como la actual en decadencia y corrupción generalizada, la presencia del Ángel de la Guarda cobra toda su actualidad, no sólo por los grandes beneficios que recibimos de él a diario, sino porque siempre tenemos a nuestro lado un amigo fiel que nos protege del mal y nunca nos abandonará”, señala la autora.
Según ha detallado, el Ángel de la Guarda solemos relacionarlo con algo más propio de la infancia, pero no debería ser así, ya que nuestro custodio resultará de gran ayuda y un consuelo para nuestra existencia terrenal. En general, hemos oído hablar cuando éramos niños del Ángel de la Guarda, pero en la edad adulta relegamos a este importante mensajero celestial, como si fuera una cosa del pasado, y nos adentramos en el escepticismo sobre la realidad de su existencia, olvidándonos de los grandes beneficios y protección que nos ofrece y continuará ofreciéndonos durante toda nuestra vida.
El libro recopila oraciones antiguas dedicadas al Ángel de la Guarda o Ángel Custodio, el cual ha sido devocionado durante siglos por los santos, los fieles y el pueblo en general. Ejemplos de ellos son las conocidas como “Cuatro esquinitas tiene mi cama y cuatro angelitos guardan mi alma”; y “Ángel de la Guarda, mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día, no me dejes solo que me perdería”.
"En un mundo cada vez más materialista y alejado de la religión, dejamos de lado en nuestras vidas al Ángel de la Guarda porque consideramos que es algo que no podemos ver ni tocar y que la ayuda que presta no es inmediata ni tangible. Para algunos la existencia del ángel guardián es sólo una costumbre piadosa para el que la quiera aceptar; es para otros una forma de pensar antigua, no moderna e incluso ñoña, una tradición que ya no se lleva, algo que nuestras madres o abuelas nos inculcaban de pequeños", reflexiona.
“Hay personas que no creen en Dios ni en los ángeles, pero se encomiendan a su abuela difunta o a otros familiares cercanos ya fallecidos para que las ayuden; o invocan a supuestos ángeles con nombres raros o entidades para que las ayuden y lo que no saben es que están abriendo puertas a espíritus no precisamente benignos. Nos acogemos a lo sobrenatural en lo más íntimo de nuestro ser, pero no queremos aceptar la ayuda divina. Es evidentemente una contradicción del ser humano, pero así es nuestro comportamiento. Afortunadamente, también existe mucha devoción popular al Ángel de la Guarda e incluso pueblos, ciudades, gremios y colegios lo tienen como titular y patrón, como es el caso de la Policía”, continúa.
Rosa Rodríguez explica en su obra que el origen de la creencia tradicional del Ángel de la Guarda hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y su culto oficializado se instituyó a comienzos del siglo XVI. El libro explica, con un estilo divulgativo, que seamos creyentes o no, todas las personas tenemos asignados un guardián divino para protegernos. Así lo ponen de manifiesto divulgadores religiosos y tratados teológicos sobre el Ángel de la Guarda, elaborados por los jesuitas y otras órdenes religiosas como los franciscanos, benedictinos, dominicos y carmelitas. En España ha habido grandes tratadistas con obras muy destacadas, especialmente las del andaluz Marín de Roa y del aragonés Francisco Blasco de Lanuza, ambos del siglo XVII.
Santos y santas a lo largo de la historia han contado sus experiencias con el Ángel de la Guarda, el cual nunca les defraudó: los santos Agustín, Isidoro de Sevilla, Bernardo, Tomás de Aquino, Francisco de Sales, San Juan Bosco, San Pío de Pietrelcina; o las santas Gertrudis, Francisca Romana, Teresa de Jesús, Rosa de Lima, Teresita del Niño Jesús o Gema Galgani, son ejemplo de ello.
También se centra en la representación de los ángeles de la guarda en la historia del arte, en pintura y escultura, como símbolos de protección celestial y de belleza inigualable; por este motivo hacemos en esta publicación un breve recorrido por las diferentes manifestaciones artísticas en España. La imagen tradicional del Ángel de la Guarda es verlo reflejado acompañando a un niño pequeño (el alma humana) que está expuesto a numerosos peligros del cuerpo y alma. La monarquía de los Austria era devota de San Miguel Arcángel y del Ángel de la Guarda y, durante su reinado, hicieron encargos a artistas célebres para que compusieran pinturas de devoción que luego adornaban y protegían sus oratorios, salones y dormitorios. En España una de las imágenes más populares del Ángel de la Guarda es la pintura de Bartolomé Esteban Murillo, fechada hacia 1665-1666, que se encuentra expuesta en la Catedral hispalense.
Además de ángeles de la guarda de las personas, también los hay para la protección de las ciudades, los países, las comunidades o instituciones (como la Policía); se denominan ángeles custodios. El Ángel Custodio ha sido históricamente patrón de reinos y municipios en España a los que ha librado de epidemias, invasiones y todo tipo de males. Como es el caso de Barcelona, Burgos, Caravaca de la Cruz, Ciudad Real, Huesca, Madrid, Mallorca, Segorbe, Toledo, Valencia o Zaragoza.
También se han representado en estampas devocionales, que han sido tradicionalmente un elemento de protección popular. Las conocidas como estampitas han ayudado a propagar su devoción entre la gente que las llevaba dentro de los misales, en las carteras o en los bolsos. Iglesias, conventos y colegios cuya advocación es la del Ángel de la Guarda suelen disponer de estampas que se reparten entre los fieles. En los últimos tiempos curiosamente se ha trasladado el fenómeno del coleccionismo hacia este tipo de estampas antiguas.