El escritor José Manuel Caballero Bonald, que ahora —el 11 de noviembre— cumpliría 95 años, no es un autor habitual en los libros de texto de la Educación Secundaria obligatoria o postobligatoria, pero tampoco en los materiales que usamos los docentes en nuestro día a día en las clases. La razón a la que los docentes casi siempre aludimos para que esto sea así tiene que ver con la dificultad de su obra, de la complejidad de sus creaciones, que casi siempre requieren un plus de comprensión que en muchas ocasiones se ha ido abandonando en el actual modelo educativo en favor de obras más asequibles.
Sin embargo, en un territorio como el que vivimos, Andalucía o Jerez de la Frontera, que son sin duda parte evidente de los suyos, la obra de Bonald adquiere un valor innegable que debe ser aprovechado, porque entre los dones que tiene la literatura, está el de presentar la intrahistoria, o la historia desde la realidad o la visión de un espectador excepcional, los hombres o mujeres que ponen su mirada al servicio de todos nosotros.
A sabiendas de este componente contextual, que no puede ni debe ser obviado por quienes enseñamos, han sido muchas veces las que he echado mano de textos o fragmentos de Caballero Bonald para trabajarlos en clase, para reconocer en los mismos los valores característicos del escritor, los elementos que han hecho de su obra una aportación singular a la literatura contemporánea en español. Por eso, cuando el Centro del Profesorado de Jerez y la Fundación Caballero Bonald me propusieron participar en el encuentro En noviembre hablamos de Caballero Bonald, Aprendizajes y desaprendizajes, no pude más que agradecerlo y ofrecer cuanto pudiera aportar de todo ello.
En cualquier caso he de decir que desde el principio supe que no era una tarea fácil llevar la obra de Bonald a las clases, pero también que en su aportación poliédrica a la literatura y las artes, había elementos suficientes para hacerle un sitio en mi currículo particular para trabajarlo con mis alumnos, una labor en la que he insistido desde más allá de 2006, que es casi como decir desde mis primeros años en Jerez de la Frontera, cuando tuve la oportunidad de contactar de lleno con el universo del escritor, reconociendo en muchas calles o en muchos paisajes, sus textos, sus relatos, sus descripciones, sus retratos humanos. Una experiencia siempre interesante y creadora, tanto como la trayectoria de coherencia y contestación de la persona a la que venía admirando.
La grata tarea de seleccionar entre sus textos y ofrecerlos a los alumnos, intentando que ellos también reconocieran en los mismos la ciudad en la que vivían, sus hombres y sus mujeres, retazos todos de su historia reciente, muchas veces todavía viva o revivible, permitió que el juego de la literatura se colara de cuando en cuando en las clases, lo mismo al tratar el artículo de opinión o la entrevista, que a la hora de comentar un fragmento narrativo que pudiera ser de interés del alumnado. Y así hasta alcanzar en 4º de Secundaria, quizás el nivel, con 2º de bachillerato, más apropiado para el acercamiento, a comparar las realidades de dos novelas que deberían ser emblemas para el conocimiento de la ciudad en la que vivimos y su historia: La bodega de Blasco Ibáñez, y Dos días de septiembre, de José Manuel Caballero Bonald. Acercarse a sus realidades, a sus historias, reconociendo los más de cincuenta años que separan a una de la otra, y hacer visible la problemática que ambas tuvieron en cuanto a distribución en la ciudad, su no aprobación por las fuerzas políticas o económicas, las realidades que recrean con el bisturí del realismo, ha sido no necesariamente una tarea fácil, pero sí sin duda un lugar en el que han crecido muchos chicos jerezanos, que quizás de esa forma han comprendido mejor la realidad actual y sus ancestros.
El escritor y profesor Manuel Bernal participa 'En noviembre, hablamos de Caballero Bonald. Aprendizajes y (des)aprendizajes' con una reflexión sobre 'La narrativa de Caballero Bonald y su proyección en la enseñanza Secundaria'. Su intervención tendrá lugar en la mesa debate que compartirá con Ana Sofía Pérez-Bustamante, que se centrará en la proyección universitaria. Será este martes a las 19:30 en la sede de la Fundación Caballero Bonald