Un fotomural del Capullo de Jerez, de una fotografía realizada para una entrevista publicada en lavozdelsur.es, resucita el proyecto Presencias que el fotoperiodista Juan Carlos Toro impulsó en 2016. A espaldas de la iglesia de San Juan de los Caballeros, el Capullo, Miguel Flores Quirós, luce "asalvajado", como describe Toro, en una imagen que aparecerá en un documental que está rodando Canal Sur.
Ésta, además, es la primera ocasión en la que Toro cuenta con el artista que protagoniza el fotomural, que se arrancó con unos cantes para la ocasión. "La imagen ha venido perfecta para utilizarla como atrezzo urbano para el documental", cuenta el fotoperiodista jerezano, que en 2016 empapeló la ciudad con retratos de Juan Moneo El Torta, Diego Carrasco, José de los Camarones, Manuel Moneo, Fernando de la Morena, Juana la del Pipa, Tomasa La Macanita o Luis el Zambo, entre otros artistas.
Presencias se compuso en su día por catorce fotomurales repartidos por paredes de barrios como San Miguel, Santiago y San Mateo y, fruto de la cámara de Juan Carlos Toro, un artivista que llenó Jerez de flamencos retorciéndose. “Tenemos dos patrimonios en esta ciudad. Uno inmaterial, el del flamenco, donde no se entiende muy bien qué pasa aquí. A todos se nos llena la boca, pero luego hay artistas que pasan fatiguitas dobles. Y luego tenemos un patrimonio material, un intramuros, que está totalmente abandonado. Uniendo ambas cosas, he tratado de reivindicar al flamenco de Jerez y a ese otro patrimonio al que se le da la espalda”, contaba entonces.
“Una vez escuché que el quejío es dibujar con la voz lo que siente el alma. El proyecto Presencias nació de alguna forma para dar voz en forma de imágenes a estos quejíos de los cantaores de mi ciudad”, reiteraba Toro, que resucita con este fotomural del Capullo de Jerez su proyecto de obras efímeras que, cuando menos lo esperan, vuelven a aparecer. Este 2021 se cumplen diez años de la colocación del primer fotomural del proyecto y cinco años desde que se expuso de forma completa coincidiendo con la celebración del Festival de Jerez. "Los fotomurales, siempre efímeros, duraron lo que dura un cante, pero se mantienen en la memoria colectiva", dice su autor, que colabora en El País y lavozdelsur.es.
Arte efímero
Surgen de las piedras, de los muros semiderruidos, de antiguas fachadas encaladas que hoy son un mero vestigio de lo que hubo y apenas se sostiene. Metáfora del momento actual, del cambio de un modelo que ahora exige restaurar, rehabilitar: reconstruir, (re) evolucionar. Están ahí y hay que recordarlos. Para eso, aparecen rotundos y enormes. Emergen las huellas de un legado centenario. El eco telúrico que mueve la historia de una ciudad que es tantas cosas y muchas veces parece no ser nada. Juan Carlos Toro (Jerez, 1979) tiene un sueño. Otro más. Quiere escarbar en las paredes de la memoria de un pueblo, de su antiguo casco viejo, de sus barrios fundacionales que a duras penas se sostienen, y fundir sobre esa primitiva piel otro de los grandes patrimonios, esta vez intangible, de Jerez: el flamenco. Manuel Moneo y su hermano Juan El Torta, Fernando de la Morena, Diego Carrasco, Juana la del Pipa, José de los Camarones, Sordera, Tomasa La Macanita, Luis el Zambo, El Mono, Capullo, Mercé… Sus difusos y quejumbrosos ecos se hacen protagonistas en los callejones del alma de la ciudad y se revelan imponentes y solemnes sobre esas añejas tapias y paredes de Santiago, San Miguel y La Plazuela, San Mateo... Lugares desolados que renacen a base de apariciones. Espacios que reviven a partir de Presencias místicas donde se reflejan las voces de seres únicos, inclasificables, jondos. Apariciones, Presencias, que brotan del sueño de este artista jerezano empeñado en rescatar del olvido lo que nunca debería olvidarse. Ansioso porque hoy sea presente lo que ayer fue pasado.
Texto de Paco Sánchez Múgica para el proyecto Presencias.
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