Cry Macho, la última de Clint Eastwood no está a la altura de su últimas películas. El veterano director y actor intenta armar una historia sobre la masculinidad, la familia y la libertad individual, valores en general ligados a la mentalidad conservadora en Norteamérica, en mitad del huracán alimentado por MeToo, la quinta hola del feminismo y la fluidez de géneros. El resultado es decepcionante, no por el planteamiento ideológico por supuesto, sino por la endeblez de la historia, su blandura argumental.
Abundan en Cry Macho las referencias algo estereotipadas al mundo residual de los viejos cowboys: vida sentimental siempre en construcción, carácter turbulento, demostración de valor frente a la muerte o la paraplejia, merodeos en tierra de frontera o retiro a los espacios amplios de la pradera y la fogata bajo la noche estrellada. En definitiva una libertad individual, egocéntrica y algo misántropa que exalta la soledad y la hermandad entre varones.
Es posible que su película, como casi todas las de Eastwood, sean un grito de viejo gruñón contra un estado de las cosas que lo sobrepasa, que no entiende. Incompatibilidades generacionales. Parece querer decir, casi implorar, que los hombres también pueden llorar, querer incondicionalmente a sus retoños, demostrar empatía y emotividad hacia los demás, incuso hacia los animales. Y todo eso sin renunciar al romanticismo de la cabalgada, el desahogo físico de la pelea o la promesa de un romance efímero. No hay nada que pueda objetarse contra esos planteamientos, el problema aparece cuando el guion recurre deslavazadamente al western clásico, pero combinado con retazos de comedia romántica y drama familiar costumbrista.
Parecen ingredientes dispares para que la historia salga equilibrada y consistente. Mike Milo, el viejo cowboy interpretado a sus más de noventa años por Clint Eastwood, acepta el encargo de un amigo con quien se siente en deuda, de traer a Texas a su hijo, adolescente en el peligroso y violento Mexico D.F. de finales de los setenta. El padre del chico, compañero de rodeos de Mike y hombre de poco carácter, pretende compensarlo por los años de abandono y rescatarlo de Leta (Fernanda Urrejola), su madre mejicana, que presenta características más masculinas que maternales, promiscuidad y ademanes de narcotraficante incluidos.
El rescate del niño en tierra hostil ya fue tratado en tono épico y pesimista por Ford y últimamente por Paul Greengrass en Noticias del gran mundo (2020), una película más conciliadora y luminosa. Mike Milo no es tan escéptico y descreído como el Ethan Edwards de Centauros del desierto (1956), ni tan solidario y altruista como el que interpreta Tom Hanks en Noticias del gran mundo. Es solo un viejo lleno de nostalgia por la vitalidad de sus mejores tiempos pero con necesidad de redimirse de la depresión y el alcoholismo a causa de la muerte de su esposa e hija. A la vejez llega a la conclusión de que la fuerza viril está sobrevalorada.
Por su parte el muchacho, Rafo, no necesita a nadie para ganarse la vida en la calle. Su gallo Macho representa las virtudes del hombre fuerte, a quien admira. No tiene rasgos de salvaje ni de perdedor y no necesita un mentor como el joven Thao de Grand Torino, o la conmovedora Maggie de Million Dollar Baby. Ambos debían aprender a enfrentarse a un mundo que los somete. Rafo descubre su necesidad de afecto al ser acogidos por la hacendosa e independiente viuda, Martha. Su drama es producto del cambio de los roles paterno-matermales. La épica se disuelve en el drama familiar.
Eastwood y sus guionistas Nick Schenk y Richard Nash —en cuya novela se basa la película— pisan terreno claramente sentimental al presentar el romance entre el viejo cowboy y la viuda. Lo subrayan con una puesta en escena almibarada acompañada por un bolero de los Panchos. Admitiendo lo inverosímil de la relación entre el nonagenario y la atractiva joven viuda, resulta difícil sustraerse a la sensación de déjà vu. Recuerda la escena romántica de Los puentes de Madison.
Sí merece reconocimiento el trabajo del reparto, del propio Clint Eastwood, Natalia Traven (Martha) o Fernanda Urrejola (Leta). Sin embargo, las peripecias de los personajes parecen impostadas y no llegan a emocionar. Algunas escenas resultan infantiles, como la pelea enla carretera con los gorilas enviados por Leta; la intervención de Macho, el gallo, en ayuda de su amo; la resolución de la escena del registro del coche por parte de los policías mejicanos ...etc.
El mensaje está claro: también el hombre blanco, viejo y heterosexual sufre y llora. Las actitudes machistas no son una buena educación para el niño, pero igualmente necesita referencias maternas conciliadoras. La tendencia a lo sensiblero y un guion errático y poco contundente hacen de Cry Macho una película claramente menor en la brillante filmografía de Clint Eastwood.
Ficha técnica
'Cry Macho' (EEUU, 2021). Dirección: Clint Eastwood. Guion: Nick Schenk, N. Richard Nash (sobre una novela de Richard Nash). Música: Mike Mancina. Fotografía: Ben Davis. Montaje: Joel Cox. Produccion; Clint Eastwood. Malpaso. Warner. Intérpretes: Clint Eastwood, Fernanda Urrejola, Eduardo Minett, Natalia Traven, Dwight Yoakam ...
Comentarios