A continuación, un resumen sesgado de la semana.
"Estamos siendo enterrados detrás del peso de la información que confunden el conocimiento con la inmediatez; la cantidad es confundida con la abundancia y la riqueza material con la felicidad. Somos monos con armas y dinero".
10 de enero. El fallecimiento de David Bowie conmociona al mundo. El lunes la noticia tiñe de gris el firmamento musical. Rara vez un músico asalta las portadas de los noticieros. Hoy ya es número uno absoluto en la lista de éxitos. El cinismo de nuestra sociedad no conoce límites. Resulta execrable tanta demagogia de plañideras a un móvil pegado. Los cantantes muertos cantan mucho mejor. Por suerte, como cantaba Triana, "el pájaro azul echó a volar en nuestros corazones en busca de una estrella fugaz".
En paz descanse, maestro Bowie.
"Eso es bueno en teoría, pero no en práctica. Majadería mayor ni se ha dicho ni se dirá, y sólo puede ocurrir a quienes, dulcificando el juicio de Rousseau, que llamaba animal depravado al hombre que piensa, le llaman chiflado".
12 de enero. Los opinólogos se frotan las manos. Ahora que los intrusos en las tertulias política han llegado al Parlamento vuelven a tener más espacios para repartirse. No obstante, los responsables de ciertas televisiones andan nerviosos: ¿cómo sustituir a sus grandes estrellas?
"Ningún mar en calma hizo experto marinero".
14 de enero. Juan Perro anuncia que ha iniciado la grabación de un nuevo álbum: "Ahora que el negocio de la música naufraga –los discos apenas se venden, la contratación pública ha sido esquilmada, la empresa privada no puede con el IVA, los derechos de autor están controlados por oportunistas– estoy en condiciones de hacer mi mejor álbum, para llevar la contraria. El tiempo lo dirá".
"Si el líder dice de tal evento esto no ocurrió, pues no ocurrió. Si dice que dos y dos son cinco, pues dos y dos son cinco. Esta perspectiva me preocupa mucho más que las bombas".
16 de enero. Un viejo camarada me llama preguntándome si puedo dejarle algo de la serie Carvalho. Sabe que tengo todo Vázquez Montalbán y también que suelo prestar libros a los iniciados en serie negra. Le respondo amablemente que no. No puedo. Estamos en diferentes ciudades. Le animo a comprarlos. Están a muy bajo precio. Le aconsejo empezar por Asesinato en el comité central. Antes de colgar le comento que Gabriel Albiac acaba de sacar una de las mejores novelas negras que he tenido la suerte de leer. Blues de invierno (Editorial Confluencias).