Casi todos interpretamos la primavera como una pócima mágica que sana nuestras heridas y nos reconforta el espíritu. Nos animamos a salir más, las terrazas se llenan y las playas calientan motores para las hordas de bañistas que se avecinan. Quizá la imagen del veraneante parapetado tras sus gafas de sol con un libro entre las manos pueda ser etiquetada en estos tiempos de móviles, tabletas e inventos varios como algo romántico o demodé, pero los lectores de papel no nos resistimos a morir y es en esta época donde apetece abandonar ocasionalmente el cómodo sillón del salón por una butaca a rayas en la arena o una silla en una cafetería con vistas al paseo marítimo.
Ahora vuelve con una novela corta, La muerte y el hincha (La Caja Books, 2019), que, con apariencia de novela juvenil, se adentra en las vidas paralelas de cuatro amigos unidos por la pasión hacia un equipo de fútbol. Pasión que se transmutará en diferentes tragedias individuales cuando el club de sus amores alcance su apoteosis, como si esta no pudiera disfrutarse o el autor nos dijera que es mejor conformarse con la quimera, la ilusión, que con la realidad. Reguera vuelve a demostrar su habilidad para recrear el sentimiento íntimo del hincha y la atmósfera que rodea a los partidos, señal de que conoce bien el terreno que pisa. A pesar de ese tono lúgubre que parece anunciarse casi a las primeras de cambio, nos quedamos con esa poesía que el autor sabe sacarle al balón y a las jugadas.
Más cerca del espíritu de Adela Cortina en Aporafobia, el rechazo al pobre, Mesa acompaña a una indigente en su deambular por distintas administraciones para demostrar que el sistema tiene sus propias trampas y parece concebido contra las propias personas a las que debería tratar de ayudar. Inspirándose en un episodio real y valiéndose de documentación legislativa sobre ayudas, subvenciones y trámites diversos, Mesa no se recrea en un discurso de ataque, sino que expone la situación tal y como está, con las enormes trabas y dificultades que encierra la burocracia -aun en los tiempos que corren de digitalización y supuesta eficiencia- para las personas que se ven abocadas a depender de ella para subsistir. Y nos convence, vaya sí nos convence, demostrando que sus virtudes como escritora van mucho más allá de sus arriesgadas propuestas narrativas.
Si Sara Mesa debuta en el ensayo con esta incómoda propuesta, otra periodista, la algecireña Rosario Pérez Villanueva, que ya se había fogueado en la poesía, afronta con Las fronteras de la memoria (Caligrama, 2018) su primera peripecia novelística. Y lo hace con un brío y una soltura fuera de toda duda, fruto sin duda de muchos años de oficio en periódicos, espacios radiofónicos y gabinetes de prensa. De hecho, la protagonista bien podría ser un trasunto suyo, una periodista que, tras quedarse en paro y volver de una tormentosa relación sentimental, se ve obligada a retornar a casa de sus padres y cuidar de su abuela, afectada de alzheimer.
Por último, nos encontramos ante un libro que nace con vocación de manual de referencia para cinéfilos, investigadores cinematográficos y curiosos.
La prensa cinematográfica en España (1910-2010) de Jorge Nieto Ferrando y José Enrique Monterde (Shangrila, 2019) se estructura en dos grandes bloques: de un lado, un estudio histórico de la evolución de este sector de la prensa especializada en nuestro país, situándola en el contexto de las diferentes épocas y destacando tanto sus puntos comunes como sus diferencias.
Concebido, por tanto, como un diccionario sistematizado que no excluye el correspondiente andamiaje histórico-contextual que lo sustenta, este libro es un nuevo acierto dentro de la colección "Hispanoscope" que tan buen hacer está demostrando en la historiografía del cine español.