Los streamers tendrán que leerse muy a fondo el Real Decreto-Ley ómnibus, en el que aparecen las nuevas formas que afectan a la propiedad intelectual en el mercado común europeo. La ley que lleva a cabo el ministro de Política Territorial y Función Pública, Miquel Iceta, redacta que los creadores de contenidos tendrán que paralizar el directo por ofrecer servicios considerados ‘piratas’, sin ninguna garantía judicial previa.
Para localizar este contenido se introducirán en las plataformas robots que permiten detectar este tipo de contenidos a través de algoritmos. Esto quiere decir que serán los buscadores y los prestadores de servicios como redes sociales los que deben “inhabilitar el acceso a los mismos o retirarlos de su sitio web durante la retransmisión del evento en directo en cuestión". Si los buscadores en cuestión, como Facebook o Google, no logran pararlo podrían exigirles responsabilidades legales.
La consecuencia de esta medida pasará necesariamente por el filtrado previo de retransmisiones con los parámetros que impongan las grandes productoras de contenidos y los propietarios de los derechos de retransmisión en vivo de eventos, como el fútbol.
Esto no significa que un streamer no pueda poner música en sus vídeos. La normativa de propiedad intelectual reconoce a los autores de obras el derecho exclusivo a autorizar o prohibir su uso por parte de terceros. Por ello aquel que quiera utilizarlas “necesita contar con licencia, salvo que el uso esté amparado por un límite al derecho de autor, como puede ser la cita o la parodia”. Lo que sí está permitido es retransmitir música propia, pistas de la librería de Twitch o aquella para la que se tenga permiso.
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