De Casa de Armas a calle Armas

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 En dicha casa de armas, se encontraban arcabuces, mosquetes, lanzas y coseteles, que fueron solicitados por la ciudad a Felipe II.

Sobre el papel de Jerez como ciudad de defensa (y frontera) en época bajomedieval y también en el siglo XVI no es la primera vez que hablamos ni en Antes todo esto era bodega ni en Crónicas con Solera. Las referencias a esta singularidad que marcó a Jerez durante ese último siglo son múltiples. Hace unas semanas, hablábamos del puente de Cartuja, que fue construido para socorrer a las poblaciones cercanas y del otro lado del Guadalete de los ataques costeros. 

La calle Armas forma también parte de ese todo. La toponimia de esta calle deriva de la construcción de una casa de armas tras el saqueo de Cádiz por los ingleses en 1596. En dicha casa de armas, se encontraban arcabuces, mosquetes, lanzas y coseteles, que fueron solicitados por la ciudad a Felipe II para tener material de defensa en vistas de un posible ataque. Anexa al Alcázar de la ciudad, la situación era privilegiada. Durante parte del siglo XX, la calle tomó el nombre del gran escritor, dramaturgo y novelista Benito Pérez Galdós. Aunque, como ya se sabe y hemos repetido en muchas ocasiones, popularmente seguiría llamándose calle Armas, denominación que volvió a ser efectiva en 1979. 

La situación de Armas, entre la calle Puerto, que va hacia El Puerto de Santa María, y la plaza del Arenal, corazón del centro de Jerez, siempre fue privilegiada. Por esta vía de hecho discurrió la carretera nacional IV hasta su desvió por la zona oeste, a las afueras de la ciudad, y en ella se encontraron numerosas dependencias de importancia en la historia de Jerez. Su belleza, su porte, sus casas señoriales y sus naranjos dan la bienvenida a una de las entradas al centro histórico más bonitas de Jerez.

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