Denuncian el trato vejatorio a Omara Portuondo, cantante cubana de 93 años: "La manipularon como a una muñeca"

La cantaora Mayte Martín ha mostrado su rabia y dolor por cómo se faltó "a la ética y a la dignidad de una persona enferma y vulnerable, exponiéndola a una situación denigrante"

La legendaria Omara Portuondo, en una imagen de archivo.

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Mayte Martín, conocida cantante, compositora y cantaora de flamenco, ha mostrado en sus redes el dolor y la impotencia que siente tras el trato que han dado a Omara Portuondo, cantante cubana de 93 años que ha anunciado su retirada de los escenarios tras el desmayo sufrido durante un concierto en el Palau de la Música en Barcelona. 

Martín ha calificado los hechos de “una gravedad extrema”. Según su relato, "se faltó a la ética y a la dignidad de una persona enferma y vulnerable, exponiendo a un ser humano de 93 años a una situación denigrante". 

“Anoche –cuenta la cantaora flamenco– fui testigo de uno de los momentos más tristes de mi vida. Presencié la mismísima caricatura de la deshumanización de esta sociedad que pones los intereses económicos encima de cualquier principio. Presencié una situación de abuso y explotación hacia una persona anciana, completamente desorientada, que no estaba en condiciones de salir a un escenario ni consciente de donde estaba. Omara Portuondo es una Diosa que ha regalado a la música momentos gloriosos y se le debe un respeto al que anoche se faltó gravemente”. 

Mayte ha contado que “todo estaba perfectamente preparado para distraer al público y hacerles mirar en sentido contrario al escenario donde montaron un perfomance con un miembro de la orquesta cantando maní y repartiendo cucuruchos a la gente; el despiste ideal para sacar en volandas y en oscuro a Omara sin que nadie se diera cuenta y sentarla en un sillón en el que quedó inmóvil y sin control ni dominio de su cuerpo, que no podía mantener erguido en el asiento”. 

Omara no dejó de "temblar todo el tiempo que estuvo en el escenario. Tras cantar como pudo cuatro pasajes de un tema, bajaba la cabeza y hacía un gesto de negación cada vez que un miembro de la orquesta le ponía el micro en la boca para que siguiera cantando”. 

La cantante española ha contado que se levantó de su asiento y gritó al escenario: “¡Déjadla descansar de una vez! ¡No puede cantar! ¡Abusadores! Y repitiendo esta palabra salí del patio de butacas del Palau. Cuando ya estaba fuera, un miembro de la orquesta dijo: ‘No, señora, no, ella está aquí porque quiere. Quiere morirse en un escenario’. Lástima que no le oí y no pude responderle. Por supuesto que quiere morirse en un escenario, como todos los que vivimos para cantar, pero consciente de dónde está y de lo que está haciendo. No enferma y manipulada como una muñeca". 

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