Fede Collado (Jerez, 42 años) es el alias de DJ DivinoFino. DJ DivinoFino es la máscara de un artista incansable, un estajanovista que empezó con la batería y se atreve hasta a fabricar sus propios videoclips de animación. Un polifacético obrero del arte que acaba de embarcarse en tres proyectos en solitario aprovechando la larga pandemia y la travesía del desierto de un sector cultural que agoniza sin un clavo ardiendo al que agarrarse. Este obrero del arte que fue albañil antes que músico ha tenido ahora hasta que volver a coger el palaustre para subsistir, aunque sin dejar de seguir expresando con su música “lo que estamos viviendo”. Sin dejar de seguir insistiendo.
“Estamos en la ruina total, a mí me ha salvado que La Pompa Jonda —uno de los grupos junto a Fosphoro en los que participa— tuvo un 2018 muy bueno y ahorré un poquito, pero luego todos los meses de este tiempo catastrófico he tenido que recurrir a ayudas de familia, pareja… tirando y esperando que esto arranque para devolver y ponernos al día. No hay ningún tipo de ingreso porque, aunque los grupos en los que estoy han ido bien, no han ido lo suficientemente bien como para que las reproducciones digitales den algo”. “Comer de esto sin moverte de casa es casi imposible. Con decirte que no ha quedado más remedio que hasta volver a coger el palaustre… Aprovecho todo el tiempo que sea posible, si hay que hacer un chapú para comer, se hace y luego a estar todas las horas del mundo en el estudio, porque no es solo componer, sino que también es grabar, mezclar, masterizar… y luego promocionarlo en los 40.000 canales de las redes, la SGAE… Todo me lo estoy haciendo yo solo, pero al menos no me quedo deprimido esperando a verlas venir y siento que lo que hago algún día dará frutos”.
Entre los nuevos proyectos de DivinoFino, ha recuperado: 1. Su pasión por el rock noventero, “grabando mis propias guitarras electricas, bajos, baterías, synthes (mi toque personal) y voces (letras propias). Ha sido y es la mejor forma de desfogar la rabia contenida”. 2. “He cogido papel y lápiz y me he puesto a escribir mis propias letras en este segundo proyecto, del que tendremos noticias muy pronto… (avanza que cantará en español, “nunca me había desnudado así en la música). Y 3. Se estrena ya: “Me ha servido para desarrollar mi auténtica pasión: la música electrónica, a la que llevo dedicado más de la mitad de mi vida. Me he dejado llevar sin pensar en etiquetas, estilos o formas. He dejado fluir las ideas y las sensaciones que iban saliendo, ejecutándolas en directo con mi set, que después he estructurado para convertirlas en canciones con mensajes directos”. Crazy People, Happy People (distribuido por La Cúpula Music) es el resultado en forma de primer single del tercer proyecto, con el que reafirma su alias y donde hasta el videoclip lleva su firma —“he aprendido sobre la marcha con unos programitas”—.
La Pompa Jonda, que surgió de su proyecto en solitario Here and Now!, tiene un disco grabado “en el cajón” y con Fosphoro tiene un EP de seis temas, “también en el cajón esperando a ver cómo va todo, pero es complicado hasta ensayar”. Sin embargo, al margen de la vida monacal que impone la pandemia, Fede necesitaba rebuscarse. “En un proyecto colectivo tu opinión es una parte del proyecto, y ahora necesitaba expresar cosas que tenía ahí, no me había desnudado nunca con la música y voy a hacerlo hasta cantando en español”, adelanta un hombre dado por entero a una vida amor y entrega a la música.
“Dejé la albañilería y todo a lo que me dedicaba esporádicamente y me volqué con la música: proyectos musicales, produciendo, como dj residente en un montón de sitios… en 2015 saqué un disco en solitario y ya después, con La Pompa Jonda, no tuve tiempo de nada y abandoné mis proyectos personales. Ahora con el confinamiento me monté en casa un estudio y me paso unas 40 horas a la semana ahí metido grabando y probando. Es lo único que queda, no tenemos conciertos ni forma de subsistir, pero en algún momento esto se abrirá y hay que tener material preparado”. “Autodidacta y sin presupuesto, pero con muchas ganas”. No es una frasecita de Mr. Wonderful, es la puta realidad de la vida del artista en tiempos de incógnitas.
"Todavía somos vagos y maleantes en España, no se toma en serio nuestra pasión. No veo al ministro de Cultura desde marzo"
Haga lo que haga, pase lo que pase, no piensa renunciar a su gran pasión. “Llevo con la música toda la vida, a fondo unos 15 años más o menos. Cuando no tenía instrumento me metía en los locales de los colegas para que me dejaran tocar la batería, que fue mi primer instrumento”. El primero fue Yen Pox, luego vino Shock o Bros. En ambos fue baterista. Ahora tiene, como diría Woolf, una habitación propia. Un estudio de unos 2 metros cuadrados con materiales reciclados y “aparatitos” donde se lo guisa y se lo come. La necesidad agudiza el ingenio y a la fuerza ahorcan. Y otra cosa es cómo está la cultura y en qué solar la están dejando la falta de ayudas y sensibilidad de los gobernantes. “Todavía somos vagos y maleantes en España, no se toma en serio nuestra pasión. Solo se habla de la hostelería, parece que España solo se alimenta de la hostelería, pero de la cultura no se ha vuelto a hablar, y aquí no solo hay artistas, hay tramoyistas, técnicos, viajes, hoteles…, es un cúmulo de cientos de miles de personas con el agua al cuello que estamos totalmente abandonados. No veo al ministro de Cultura desde marzo…”.
Fede, DivinoFino, dispara verdad y escupe fuego Crazy People, Happy People, un tema que ensalza "a la gente que es feliz siendo loca". “Estoy muy desilusionado con la sociedad a raíz de la pandemia. Somos incapaces de ir todos a una y al final todo lo que está pasando es a cuenta de eso, no hemos sido capaces de ponernos de acuerdo para afrontar algo tan potente como esto. Y eso es siempre lo que ha pasado. Desde chico nos han dicho: o eres abogado, o eres médico, y todo lo demás que hagas no es muy serio. Pero la vida, creo, pide hacer lo que realmente te apasiona. Eres feliz aunque estés haciendo una locura y cuanto más difícil parece que eres más feliz”, reflexiona.
The Doors, Beastie Boys, Fanfare Ciorcalia, Bregovic, De-Phazz… su playlist en las redes es tan ecléctica como sus proyectos artísticos, tan personales y genuinos que no admiten etiquetas. “Quizás no soy el mejor músico, ni el mejor intérprete en lo que hago, creo que lo único me define más es que soy muy constante, mi tesón, no me rindo y, aunque venga todo chungo, empiezo de cero otra vez. Eso creo que me ha hecho que nunca me haya faltado un escenario donde poder tocar o pinchar. En esto de la música, o pegas el pelotazo, o lo tienes muy claro. Esto no da para comer, tienes que hacerte un tipo de vida diferente al que nos enseñaron de pequeños: vivir con lo mínimo, tener altibajos, la incertidumbre… pero hago lo que me da la gana, me siento por la noche y estoy orgulloso de lo que he hecho durante el día. Esa es la riqueza, no tener muchos miles de euros en la cuenta, pero ser feliz".
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