Eduardo Formanti es un escritor que sabe de su oficio. Forjado literariamente en las lecturas que de niño conseguía en la biblioteca y, posteriormente, en las tertulias literarias que se fraguaban en el Bar Napoleón en San Fernando. Allí comenzó a ejercer de escritor bajo la tutela de escritores como Manuel Pérez Casaux, Rafael Duarte, Juan Mena o Enrique Montiel Sánchez, una generación de oro en la literatura isleña, heredera de Luis Berenguer, Premio Nacional de la Crítica en 1968 por El mundo de Juan Lobón.
Formanti acaba de publicar Tendrás tu día, una novela editada bajo el sello de Ediciones En Huida y ambientada en la comarca extremeña de Tentudía. En ella una superstición da pie a una serie de asesinatos que van tejiendo la trama sobre una red de pasiones humanas que alcanzan a todos los personajes. Con ellos el lector viaja a través de una historia que le harán tener el corazón en un puño hasta el final.
A propósito de su publicación hablamos con Eduardo Formanti:
- ¿En qué consiste Tendrás tu día? ¿Por qué del título?
Creo que como en todo lo que escribo, Tendrás tu día, es una búsqueda, un viaje hacia el interior de la conciencia humana.
El título fue surgiendo conforme escribía esta novela. El entorno en el que se desarrollaba la trama, la comarca extremeña de Tentudía y su enigmático monasterio, y el extraño halo que envuelve a la mayoría de los personajes, todos buscando su oportunidad en la vida.
- ¿Por qué la literatura? ¿Qué puede aportar a la vida cotidiana?
La literatura nos hace desarrollar nuestro pensamiento crítico, hace que entendamos mejor nuestra sociedad. Remueve nuestras conciencias y consigue que vivamos otras vidas, que compartamos otros sueños. La literatura tiene mucho de divertimento y distracción, pero a partir de ahí debe remover conciencias. Los escritores no debemos quedarnos en meros narradores de lo superficial.
- ¿Cómo definiría su escritura? ¿Qué le interesa de la literatura?
Trato de elaborar una argumentación circular donde todo fluya con cierta verosimilitud, con personajes poliédricos llenos de matices. No me interesa una novela lineal en la que nada trascienda más allá de la trama. Cuando escribo trato de describir personajes de carne y hueso, contar sus vidas, alejándome de los arquetipos convencionales. La mayoría de mis personajes son antihéroes surgidos de la cotidianidad.
- En Tendrás tu día nos encontramos frente a una novela con todos los ingredientes del género negro pero ambientada en una zona muy concreta de Extremadura dentro de un juego de supersticiones, asesinatos, prostitución… pero también de amor, lealtad o erotismo. ¿Qué le ha llevado a plasmar esta historia en un lugar en el que casi nunca pasa nada?
Ese era uno de los retos principales a los que me enfrenté a la hora de escribir esta historia. Quería escribir una novela negra ambientada en la España rural, lejos de los suburbios y extrarradios urbanos por los que campa a sus anchas este género literario. Quería llevar la novela negra a los orígenes de la misma en nuestro país, cuyo principal precedente son las novelas de García Pavón, ambientadas, la mayoría de ellas, en la España profunda.
- ¿Cuál diría que es el fin último de Tendrás tu día? ¿Cuál ha sido su intencionalidad a la hora de escribirlo?
Creo que el fin principal que todo escritor debe seguir a la hora de enfrentarse a una novela es el de no aburrir al lector. A partir de ahí, todo lo demás.
- ¿Quiénes son sus referentes?
Soy un lector empedernido y al igual que Jorge Luis Borges, sostengo que me siento más orgulloso de los libros que he leído que de los que he escrito. Son muchos los escritores que me han cautivado, William Faulkner, John Dos Passos, Muñoz Molina, Vázquez Montalbán, Mendoza, Cormac Mccarthy, Sábato y así hasta completar una larga lista casi interminable. Hay libros que se han quedado en mi memoria en un lugar preferente y a los que vuelvo con asiduidad como Cien años de Soledad de García Márquez, Pedro Páramo de Juan Rulfo, Rayuela de Cortázar o La noche de los tiempos de Muñoz Molina.
- Como buen escritor, Eduardo Formanti es, ante todo, un buen lector. ¿Cuáles son los últimos libros que ha leído o que más le hayan sorprendido?
Sur de Antonio Soler, que me pareció sencillamente espectacular, y Lluvia fina donde Luis Landero nos vuelve a demostrar el genial escritor que es.
- Debutó en el panorama literario con Cuentos abandonados, territorio, el de los cuentos, que le ha generado numerosos reconocimientos en forma de premios a lo largo de toda la geografía española. En su currículum figura otra novela, El final de la tregua, y un libro titulado San Fernando secreto en el que traza un recorrido por la historia menos conocida de lugares emblemáticos de la Isla de León. Estamos, por tanto, ante un escritor versátil. ¿En qué terreno se encuentra más cómodo?
Me encuentro cómodo en ambos géneros. A la hora de escribir me adapto a los criterios que me exige la historia que quiero contar. El cuento me permite adentrarme en lo anecdótico y lo fantástico, experimentar con el lenguaje, mientras que la novela me invita a jugar con el ritmo, con los tiempos y las voces, elaborar tramas y subtramas más complejas y profundizar en la creación de los personajes, abundando en su penetración psicológica y en su interacción con el mundo que le rodea.