La junta de gobierno local aprueba el préstamo temporal de la pieza para su exposición del 2 de octubre de 2017 al 1 de abril de 2018.
La junta de gobierno local ha aprobado el préstamo temporal del casco griego corintio, expuesto en el Museo Arqueológico de Jerez, para la muestra El poder del pasado. 150 años de Arqueología en España que se desarrollará en el Museo Arqueológico Nacional desde el 2 de octubre de 2017 hasta el 1 de abril de 2018. La exposición, que está comisariada por el catedrático de Prehistoria de la Universidad Complutense, Gonzalo Ruiz Zapatero, tiene como objetivo, junto con otras actuaciones paralelas, conmemorar los 150 años de la creación del Museo Arqueológico Nacional y el inicio del Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos. A través de 150 objetos, que son verdaderos iconos del tiempo, se plantea una revisión del desarrollo de la disciplina en España y de los grandes hallazgos realizados.
El teniente de alcaldesa de Patrimonio, Francisco Camas, ha resaltado la importancia de esta cesión. “La exposición está incluida en la programación de Acción Cultural Española y pretende mostrar la riqueza de toda la red de museos arqueológicos españoles. Se trata de una oportunidad única desde el punto de vista científico y divulgativo ya que se van a reunir por primera vez y con carácter excepcional, algunas de las piezas más significativas del patrimonio arqueológico nacional”. "Es una de las obras más singulares de la colección permanente del Museo Arqueológico y, aunque sólo ha salido de Jerez para ser restaurada en el Instituto Central de Restauración de Madrid, creemos que tanto el traslado como después la exposición en el Museo Arqueológico Nacional reúnen todas las condiciones de seguridad y conservación de la pieza necesarias para cederla y que forme parte de esta importante exposición”, ha expresado el teniente de alcaldesa.
El casco griego corintio es una pieza en bronce batido a martillo, con una altura de 22,5 centímetros, encontrado en el río Guadalete. Constituye uno de los testimonios griegos más antiguos recogidos en el ámbito occidental. El adjetivo corintio con el que se califica el casco no es indicativo de su origen. Alude sólo a una forma, la que fue más popular entre los cascos griegos de época arcaica y clásica, independientemente de su centro de fabricación. Debido a sus características formales se considera entre los más antiguos de su serie. Debió poseer cimera, a juzgar por la anilla conservada en la zona superior y todo el borde está rodeado por una línea de perforaciones a las que iría cosido un forro protector de cuero. Fue hallado casualmente en 1938 a orillas del río Guadalete, en las proximidades de su antigua desembocadura. Esta relación con un curso de agua, pauta también observable en el caso del casco griego de Huelva y en otras armas del Bronce Final, como la espada de Bornos, ha sido interpretada por algunos investigadores como reflejo de actividades rituales vinculadas con los dioses de las aguas. En este sentido, el orificio que presenta en la zona lateral no parece que se haya producido en el curso de un combate, tesis defendida tradicionalmente. Más bien se trata de una inutilización intencionada que también pudo afectar a la pérdida del nasal, tal y como se conoce en los cascos ofrendados en los santuarios helénicos.
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