El Primavera Trompetera, que mueve cada año a más de 45.000 espectadores, ofrece 60 conciertos en tres días, y genera unos 800 empleos directos e indirectos en la zona, fue de los primeros festivales de la geografía nacional en aplazar su celebración por la pandemia de la Covid-19 —debía haberse celebrado entre los pasados 3 al 5 de abril— y de los primeros en anunciar una nueva fecha —del 18 al 20 de junio—. La realidad es que es casi imposible que llegue a celebrarse en un mes que ya se da por muerto en la temporada festivalera nacional. De hecho, gigantes como el Primavera Sound de Barcelona, que iba a celebrarse en los primeros días de junio, ya han anunciado su traslado al mes de agosto. Todo dependerá de cómo se lleve a cabo la desescalada una vez que acumulemos casi dos meses confinados, pero hay ya voces que indican que mejor ir pensando en 2021.
No es el caso, por ahora, del promotor jerezano del Trompetera, Miki Gutiérrez, que en declaraciones a lavozdelsur.es, asegura: "Nosotros estamos con mentalidad positiva y a la espera, igual que todo el país, de las decisiones del Gobierno. Sería más fácil si el Gobierno lo tuviera claro, pero entendemos que aún falta mucho para eso". En esta línea se expresa Omar Osuna, otro joven de la industria de los festivales de música en la provincia de Cádiz, que habla aún más claro: "La falta de información nos mata. Entiendo que es derivado de esto, que cambia mucho de un día para otro, pero si a la industria en general, mañana mismo, vaya mejor o vaya peor la cosa, se le dice: hasta el día 31 de octubre no se hace un concierto de más de 2.000 personas, pues te olvidas; a la industria le haces un favor y ya todo el mundo se pone a currar para 2021".
Sus inciertos planes de verano no son poca cosa. Tiene dos fechas (11 y 12 de julio), con 40.000 entradas vendidas, cerradas con Alejandro Sanz en el Estadio Ramón de Carranza, el No Sin Música Festival (13 a 15 de agosto), Estopa en el muelle del Puerto de Cádiz (22 de agosto), y para redondear la temporada, el festival SierraSur, en Zahara de la Sierra, los días 10 y 11 de octubre. "Nosotros, evidentemente, hasta que no tengamos una versión oficial tenemos que seguir con los planes para adelante, pero somos conscientes que lo primero es la salud y que la cosa está complicada para volver a la normalidad; te diría incluso que está complicado con el SierraSur, que es en octubre, y no tengo claro qué pasará", reconoce Osuna en conversación con este periódico digital.
Miki tiene diez empleados y es autónomo, Omar, igual, pero con siete trabajadores "a full". Y ambos nadan en la misma incertidumbre que el resto de organizadores de festivales de medio planeta: el verano de 2020 se tambalea y solo esperan una confirmación para saber si empiezan a desmontar lo construido para el año que se llevará por delante la pandemia. "Nosotros vamos a responder, por supuestísimo, a todo el mundo; cuando hicimos el primer aplazamiento, pensábamos que esto duraría menos, pero en cuanto haya una confirmación oficial, empezaremos con los plazos de devoluciones o reservas para la próxima fecha. No hemos desaparecido, estamos informando desde casa y a la espera; el que quiera el aplazamiento o la devolución lo tendrá, no habrá ningún problema. En las próximas semanas esperamos tener claro qué va a ocurrir", cuenta el promotor jerezano.
Quizás, julio y agosto, pero con fuertes restricciones de aforo y movilidad
En el caso del gestor cultural gaditano, tres cuartos de lo mismo: "Nosotros seguimos como si todo fuera a hacerse, seguimos currando en eso, no podemos hacer otra cosa. En cuanto digan que no habrá festivales masivos, ponemos en marcha aplazamientos, devoluciones, cancelaciones... Hasta tenemos confirmaciones de artistas comprometidos que no hemos hecho públicas, no nos parece en este momento, es poco sensible hacer eso ahora". Es posible que julio o agosto celebren festivales, pero de ser así, el Gobierno impondrá fuertes restricciones de aforo y movilidad. Vender el 80% de las entradas en este tipo de eventos multitudinarios, apenas da para cubrir gastos.
Este pasado martes, la consejera de Presidencia de la Generalitat de Cataluña, Meritxell Budó, ha mantenido que ve "muy difícil" que se puedan organizar festivales de música este verano. Ha sido en una comparecencia en la que ha anunciado que la Generalitat destinará 31 millones de euros al sector de la cultura para "paliar" la crisis provocada por el coronavirus. En Andalucía, la Junta ha anunciado un primer paquete de 1,3 millones, pero para saldar deudas en concepto de ayudas no transferidas a la industria creativa de la región que se remontan, en algunos casos, 2014. Un balón de oxígeno que no aporta nada nuevo, pero que al menos cumple con lo que otros gobiernos anteriores dejaron sin abonar. Y luego está ese experto estadounidense que dice que nos olvidemos de música masiva al aire libre hasta el otoño de 2021. Todo es incertidumbre.