Miguel, durante su etapa escolar, tenía un profesor llamado José Lucas. Un día no volvió a verlo más. Lucas, que había sido concejal republicano del Ayuntamiento de San Fernando, era masón, y fue fusilado el 28 de agosto de 1936, cuando tenía 28 años. “Yo siempre me he preguntado por qué dejó de ir a la escuela”, decía Miguel, ya con 90 años, junto a la fosa del cementerio donde deben estar los restos de su maestro. “Ahí no es, es más para allá”, indicaba el nonagenario —fallecido en 2018— a los operarios que exhumaban en la zona, cuando comenzaron los trabajos, donde acudía cada mañana.
“Me pareció muy curioso que en lugar de recordar el hambre o el miedo típicos de esa época, se acordara primero de que su maestro faltó un día a clase y ya no fue más”, relata Miguel Ángel López Moreno, colaborador de lavozdelsur.es y autor del libro República, alzamiento y represión en San Fernando, una obra editada por la Asociación por la recuperación de la Memoria Democrática, Política y Social de San Fernando (Amede), que se presenta este miércoles 4 de diciembre (a las 19:00 horas) en el centro de congresos de la localidad.
“Este libro está del lado de las víctimas silenciadas, encarceladas, asesinadas con nocturnidad o asesinadas después de un paripé de juicio. Este libro se escribe en torno a los ciudadanos enterrados de cualquier manera en las fosas comunes del cementerio de San Fernando, y quién sabe si en otras que aún no conocemos y permanecen esparcidas por la ciudad”. Con estas palabras describe López Moreno qué se puede encontrar en su obra, con la que busca “recuperar el nombre, el recuerdo y la dignidad de personas represaliadas en La Isla a consecuencia del golpe de Estado iniciado el 18 de julio de 1936”.
El autor recopila una lista con 229 nombres y apellidos de “asesinados o fusilados tras un paripé de juicio, desaparecidos o muertos en prisión por enfermedades”, relata. La mitad de ellos, en el caso de San Fernando, son militares. En San Fernando, sostiene López Moreno, “hubo un exterminio sistemático de todas aquellas personas susceptibles de oponerse a la barbarie que desencadenaron algunos militares y los fascistas el 18 de julio de 1936”.
Miguel Ángel López Moreno, autor del libro, en un acto reciente.
Para el autor de República, alzamiento y represión en San Fernando, “no cabe aquí la equidistancia porque, en la vieja Isla de León, no hubo dos bandos que cometieran crímenes, Aquí solo hubo víctimas de una única banda de criminales, algunos de los cuales fueron reconocidos como prohombres en la ciudad”, algo que, asegura, documenta en su libro. “Llevo cuatro años investigando las consecuencias de los crímenes del franquismo”, cuenta Miguel Ángel López Moreno a lavozdelsur.es, que destinará lo recaudado con la venta de su obra a Amede, para que siga exhumando fosas en el cementerio de San Fernando.
“Todo dinero es poco”, señala López Moreno, “porque se está trabajando en condiciones muy complejas”, y la aportación de las Administraciones es escasa o, directamente, nula. Solo Diputación de Cádiz, con partidas anuales, y el Ayuntamiento local colaboran con unos trabajos que han sacado a la luz los restos óseos de 106 represaliados, aunque para seguir trabajando en una zona del camposanto hay que contar con un costoso proyecto geotécnico que asegure los nichos colindantes a la fosa. Más de 200 personas fueron fusiladas en San Fernando, la mayoría militares que no secundaron la sublevación.
Miguel Ángel López Moreno, natural de Ceuta, es licenciado en Ciencias Químicas por la Universidad de Sevilla, y llegó a San Fernando en 1978 para hacer 18 meses de mili en La Carraca, y desde entonces ha sido jefe del laboratorio de pólvoras y explosivos de la zona marítima. Llegado un momento, sintió “la necesidad de documentar a las víctimas del franquismo”, por eso comenzó a investigar los orígenes de los restos aparecidos en las fosas de San Fernando. La necesidad de contar con un estudio histórico previo a la apertura de fosas, hace que López Moreno se introduzca de lleno en las historias de los represaliados, una investigación que realiza gracias a datos extraídos de los Archivos de San Fernando, “que están necesitados de atención municipal”, señala.
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