Desde hace largo tiempo, a José Manuel Gamboa Rodríguez (Madrid, 1959) se le considera como una de las mentes preclaras del flamenco de esta última época. Periodista, productor y escritor incansable que siempre apuesta por dignificar un arte por el que siente una pasión desmedida, lucha cada día por su respeto y categoría como género musical desde su posición de técnico especialista en flamenco de la Sociedad General de Autores de España (SGAE).
En su larga trayectoria profesional se encuentran referencias que a muchos aficionados no le son desconocidas en absoluto. Productor de artistas de la talla de Enrique Morente, Carmen Linares, Gerardo Núñez, Pitingo o Serranito, también es autor de obras literarias de cabecera para el mundo flamenco como Perico el del Lunar, un flamenco de antología (Ed. La Posada – 2001) con el que obtuvo el Premio Nacional de la Cátedra de Flamencología de Jerez el año de su edición, Una historia del Flamenco (Espasa Forum 2005), el serial de cuatro volúmenes ¡En er mundo! De cómo Nueva York le mangó a París la idea moderna de flamenco (Athenaica, 2016-2019) o Sernita de Jerez ¡Vamos a acordarnos! (Ediciones Carena, 2007) que propició el pasado mes de noviembre el encuentro a través del que realizar esta entrevista.
Pues ahora mismo, con esto de la Ley del Flamenco que pretenden hacer en Andalucía, se encuentra en una situación bastante peliaguda. No sé dónde vamos a llegar. Es un disparate. Hoy en día o eres artista o del flamenco difícilmente se puede vivir. Es muy complicado. Yo he estado 25 años en prensa y en radio, por ejemplo, y yo he pillado una época donde nos pagaban bien. Lo de ahora es lamentable.
Hay que reconocer que, actualmente, la situación precaria en el que vive el periodista genera ciertas complejidades. Pero el problema está en el medio, que, en vez de tanta medalla, lo que debe hacer es pagar correctamente a quien se encargue de cubrir tal o cual noticia. A partir de ahí podríamos hablar.
Alguno hay aún por ahí que van a matar con la pluma, e incluso a mí me han llegado a acusar de muchas cosas, pero yo, por ejemplo, jamás he presentado un festival del que he hecho la crítica. Y cuando voy a hacer el trabajo para la SGAE, jamás he hecho la crítica de ese espectáculo, sobre todo porque no tiene nada que ver. Y aunque no fuese inmoral, para mí sí que lo es y siempre me he negado a hacer eso. Y no es porque esté en mejor o peor situación económica, sino porque no me parece correcto.
"¡Yo vendí un tren eléctrico para poderme comprar un EP de Manuel Torre!"
Ten en cuenta que la música española se conoce en el mundo por el Concierto de Aranjuez y hits como Corazón Partío o La Macarena, pero básicamente por Carmen Amaya, Antonio Gades, Sabicas y otros grandes artistas flamencos que son históricos. En el mundo entero saben quién es Pilar López y La Argentina. Aquí probablemente no.
Y aquí estamos en Jerez, que más o menos… pero te puedo contar de artistas que no saben quiénes son ni el vecino de al lado. El Ministerio de Cultura no sé para qué está. Debería ser un agente dinamizador de las culturas que tenemos en el país. Tú has visto la ayuda que han tenido en la pandemia los artistas. Cero, pero bajo cero.
Hace ya algunos años, muchos (ríe), fuimos a hacer un curso en La Habana con el Ballet Nacional de Cuba y la sala más grande del Teatro del Tacón, que es la sede del ballet, se llama García Lorca y nos explicaron que el curso de cante sería en la sala Pilar López y el de guitarra en la sala Carmen Amaya. También recuerdo que otra se llamaba Antonio Gades. Quien nos hacía de anfitriona, al ver nuestro asombro, les dijo con sorna a los del ballet que estábamos emocionados porque en España no conocían a esos artistas. Y eso es una verdad como un templo. Y allí estábamos nosotros, en el mejor teatro de cuba, donde la danza se cuida como no sabes bien.
"La Argentina fue la que llevó el flamenco a Japón. Una de las máximas figuras del mundo y aquí no hablamos de ella"
Si sólo fueran 100 años… pero llevamos mucho más. Y es incomprensible. Como es posible que no sepamos que uno de los libros más importantes es ‘Arte y Artistas Flamencos’ de Fernando de Triana (Editoriales Andaluzas Reunidas, 1935) ¿Y sabes cuál es la portada? La Argentina ¿Sabes quién consigue que se publique? La Argentina. Antonia Mercé ‘La Argentina’ (Buenos Aires, 1890 – Bayona, 1936) es la que consigue se subvencione la edición de ese libro y hace la fiesta en el Teatro Español para que se pudiera publicar.
Y de La Argentina se habla como si fuera famosa, que estaba por allí, pero que no era flamenca. Y La Argentina es que nació en Argentina, pero era una bailaora genial, con formación de clásico español y de clásico porque sus padres eran bailarines, y encima fue nombrada la mejor bailarina del mundo. Cuando murió Anna Pávlova (San Petesburgo, 1881 – La Haya, 1931), ella fue quien la sucedió. Fíjate cómo fue de importante, que hasta en Holanda una de las variedades de los tulipanes lleva su nombre. La Argentina fue la que llevó el flamenco a Japón. Una de las máximas figuras del mundo y aquí no hablamos de ella. Y era flamenca.
Y si hablamos de la danza en hombre, el número uno fue Vicente Escudero (Valladolid, 1892 – Barcelona, 1980). Te estoy hablando antes de la Guerra Civil Española. Años 20 y años 30 del siglo pasado. De hecho, Vicente Escudero y La Argentina iban a trabajar juntos, lo que pasa que con la guerra y el fallecimiento de ella no pudo ser. Pero estaban anunciados de nuevo - se habían peleado- y de nuevo iban a volver a trabajar. Estamos hablando de trabajar con grandes como Manuel de Falla.
"El flamenco ha estado antes en París que en cualquier sitio de España, salvando las provincias de Sevilla, Cádiz"
El flamenco ha estado siempre muy valorado, lo que no nos hemos enterado es aquí. Si hasta La Macarrona grabó en Alemania. En aquel año de 1922 ya venía gente de Estados Unidos a estudiar lo del flamenco porque lo habían escuchado allí a través de los discos. El problema es que desde el principio de los tiempos – desde que existe el género- los artistas se han tenido que buscar la vida fuera. El flamenco ha estado antes en París que en cualquier sitio de España, salvando las provincias de Sevilla, Cádiz y te diría Madrid y parte de Málaga.
Edgar Neville lo explicaba muy bien cuando hizo la película Duende y misterio del flamenco en 1952 y decía que “el flamenco a quien le gusta es al pueblo llano, que es donde procede, en Andalucía la baja, y a la Aristocracia, pero que quien no lo entiende es la burguesía, que es la que alaba la grandilocuencia”.
"En el mundo entero saben quién es Pilar López y La Argentina. Aquí probablemente no"
Curiosamente, los Reyes – los Borbones- siempre han estado con el flamenco. Fueron ellos quienes quitaron los maestros de capilla e impusieron los conservatorios y se cargaron con los conservatorios la música española, porque trajeron las partituras y las partituras sólo pueden recoger tonos y medios tonos y no los cuartos de tono que tiene el flamenco y toda la música popular española. El conflicto viene de ahí, de la burguesía, que fue la que dijo “¡Ay!, por Dios, que brusco, que barbaridad, cómo se puede cantar así”.
Creo que somos muchos los que pensamos que en 1922 se vive una época en buena parte del mundo, no sé por qué motivo, en la que se pretende poner los cánones de la música y ponerle puertas al campo y, en este caso, al flamenco. Y aquellos flamencólogos de la época fueron los que decidieron que la voz flamenca era la que no es flamenca. Hasta El Planeta dijo que la voz estropeá no era la voz flamenca. Esos cánones fueron los que, por ejemplo, le jodieron la vida al Sernita de Jerez (Manuel Fernández Moreno, Jerez 1921 – Madrid 1971).
"Llevamos escuchando mucho tiempo que el flamenco era música utilizada por el ‘franquismo’ y eso es una barbaridad"
Y yo estoy muy de acuerdo con él. El flamenco come de todas las músicas folklóricas de España y eso es una grandeza enorme que tiene. Por eso es tan sano. Lo que pasa es que está hecho por un andaluz y por la métrica, la forma de hablar, el ritmo y el acento, pues es otra cosa y por eso el flamenco es andaluz. Pero es andaluz con todos esos mimbres que son de toda esa España, que es la insular, la peninsular y, sobre todo, la América de los esclavos y la de los españoles que habían marchado. La de los cantes de ida y vuelta para entendernos.
Yo eso es que no lo veo. Todo eso se dice, pero yo no sé dónde está. Se parece. Sí. Pero si empezamos por el origen, ellos tenían prohibidas muchas cosas. Entre otras, tocar. Así que lo que se hiciera, se crea aquí. La escuela de Zyriab se crea aquí. Antes no existía y no se puede copiar lo que no existe antes. Los pobres esclavos que traen de allí a Cádiz y Sevilla no cantaban flamenco. Es aquí cuando se juntan con el pueblo gitano y entonces es cuando surge.
La base del flamenco, en realidad y aunque parezca una barbaridad, es el fandango y el fandango es americano. Nos guste o no de ahí viene la base del polo, la caña, la soleá, la malagueña… el tronco de donde parten todos esos cantes es el fandango y es americano. ¿Dónde llega todo eso? A Cádiz. No podemos olvidar que el flamenco es la música de los pobres y las luchas estas que hay en las que se sostienen que cualquier tiempo pasado fue mejor no la entiendo. Es como el que conduce un coche, pero sólo mira por el retrovisor y nunca mira hacia adelante. Si no miras hacia adelante nunca, no sabes a dónde vas y seguro que te acabas estrellando.
"Hasta El Planeta dijo que la voz estropeá no era la voz flamenca"
Pues el Sernita de Jerez fue uno de ellos. Yo creo que los artistas, aunque parezca que se confundan muchísimo, si lo estudiamos, ves como con el tiempo quien se ha equivocado es la crítica y la afición. Desde ‘La Consagración de la Primavera’ (Stravinsky, 1913) o más actual con Enrique Morente (Granada, 1942 – Madrid, 2010), que antes era para matarlo y ahora es un fenómeno. Aparte de bandos e intereses, que haberlos ‘haylos’, básicamente lo que ocurre es que el aficionado está polarizado por medios que tienen intereses y, si hay figuras que están en un mundillo que no controlas, lo que se trata es de desprestigiarlas.
Hoy en día todo puede variar en 15 días. El cante bueno no siempre es el de antes. El cante que yo escuchaba en mi juventud no dejaba de ser un poco lo mismo, por el motivo de que había que contentar al público que pagaba. Por eso la soleá, hoy puede ser la misma la de antes, pero con el cambio social que ha habido el mundo también ha cambiado radicalmente. No le puede gustar lo mismo a un ‘Boomer’ que aun ‘Milenial’ porque son dos mundos completamente diferentes.
Es que el flamenco es muy grande. Llevamos escuchando mucho tiempo que el flamenco era música utilizada por el ‘franquismo’ y eso es una barbaridad. En la vida ha sido utilizada y esas afirmaciones son muy atrevidas. El libro ‘Flamencología’ quien lo prologa es Pemán. ¿Qué tendrá que ver que Pemán fuese franquista con el flamenco? En el flamenco caben Pemán y El Cabrero. El flamenco está por encima de cualquier experimento con gaseosa. Hay cosas que te hacen mucha gracia. Y lo mejor que puedes hacer es reírte de ellas y no cabrearte.
Muchas veces piensa uno con ciertos comentarios eso de ¿ahora tú me vas a hablar de política? Pues mire usted, Pilar López quizás podría ser afín al régimen, pero Antonio Gades te aseguro yo a ti que no. En absoluto. Gracias a Dios, la cultura está en otro sitio y lo va a estar siempre. Lo que pasa es que la política puede destrozar generaciones y eso es lo que se deben hacer mirar. Aunque sea un poquito.
"Yo no creo que haya que hacer ninguna ley, porque la ley la ponen los flamencos"
La Administración Pública de lo que debería preocuparse más es de que se ponga flamenco de primera calidad en horario prime time y que los niños sigan estudiando música, que es lo que tienen que estudiar.
Si la hubiera ya lo habrían hecho en Estados Unidos o en Francia. El problema está en las manos en las que lo dejamos. Aunque el BOA diga que el flamenco es cuestión de la Junta de Andalucía - y no pueda ser más atrevido quien haya permitido eso-, el flamenco siempre estará en manos de los flamencos y los flamencos serán quienes lo salven porque, pase lo que pase, los artistas flamencos son de primera especial y eso no falla. Ellos siempre van a estar ahí siempre.
"La Administración Pública debería preocuparse más de que se ponga flamenco de primera calidad en horario prime time y que los niños sigan estudiando música"
Yo no creo que haya que hacer ninguna ley, porque la ley la ponen los flamencos. El flamenco es ciudad sin ley. Los flamencos, entendidos como los profesionales del flamenco - no los críticos o los nosecuantos- viven del público y si el público dice eso a mí no me gusta, el flamenco no va a ninguna parte.
Yo estoy en contra del gratis. Eso lo explicaba muy bien Tierno Galván, que le dijo a Manolo Sanlúcar que iba a hacer un concierto gratis y le dijo que no, que había que poner un precio que permitiese que pudiera ir al que le interesara, que eso es lo que le da valor. Y el precio de la entrada era lo que costaba un paquete de tabaco de la época.
Una de las cosas de esta generación nueva, que tiene cosas buenísimas, es que hay cosas que antes te tenías que volver loco para conseguirlas. Por ejemplo, nuestros abuelos para aprender un cante de La Serneta se tenían que ir a Utrera o a Jerez, después empezó a haber discos, pero no se sabían dónde estaban por culpa del coleccionismo privado – que no somos conscientes del daño que han hecho- y ahora en nuestros tiempos todo es más fácil.
Antes un disco al Sernita de Jerez se le podía grabar en una tarde, pero se tardaba toda una vida en poder grabar eso en una tarde. Además, el problema era el dineral que costaba esos discos. Hoy, en cambio, hay un gran revoltijo. Cosas que antes costaba un mundo encontrar, ahora te pones a escuchar cosas que aparecen y comienzas a ver una serie de comentarios absurdos que hace que se te quiten hasta las ganas. ¡Yo vendí un tren eléctrico para poderme comprar un EP (Extended Play) de Manuel Torre!.
Mi padre cantaba y, desde chico, recuerdo que me ponían el tocadiscos para que me callara. Me lo ponían estando en la cuna. Me ponían el primer disco de Antonio Mairena, la antología de Manolo Caracol, la Repompa y dos discos de La Paquera, que eso me encantaba a mí. De hecho, cuando aprendí, era yo mismo quien me ponía los discos en la cuna, no mis padres; al menos desde que pude aprender a manejarlo. Recuerdo que uno de los discos de Caracol era un vinilo antiguo que pesaba mucho y se me cayó, se le partió una pequeña lasca, pero se podía escuchar. El que más me flipaba era Mairena. Caracol era el embrujo y el duende. La Repompa muy divertida. Y La Paquera era un torrente tremendo. Lo mismo que pienso ahora.