Escribir, corregir, diseñar y maquetar la portada e imprimir su propia novela hasta comprobar que ha sorprendido gratamente entre su círculo más cercano. Es la historia de David Román Rey, un joven jerezano de 28 años, amante del cine y apasionado de la lectura y la escritura que acaba de publicar la primera parte de su primera novela, El retorno de Flagelador y Carnero.
David ha podido sacar adelante con muy pocos medios un libro de nada menos que 277 páginas que cuenta la vida de Julián García, un austero funcionario que, tras pasar unos años tranquilos y sin problemas tras un pasado más que turbio, conoce a una bella y enigmática mujer a la par que recibe la visita de un viejo amigo, Mario Otero, empeñado en volver a ejercer con él la actividad que les unió antaño.
David, empleado a tiempo completo en un supermercado de la calle Porvenir – “elaboro precocinados, estoy en caja, repongo, descargo furgonetas, llevo pedidos…”- dedica el poco tiempo que tiene a escribir, aunque eso signifique acostarse a horas intempestivas de la noche. “Lo de no tener más tiempo para dedicarme a la escritura es una de mis grandes frustraciones, y la verdad es que muchas veces a lo largo del día me voy cargando de ideas y las voy reflejando en papel. Incluso tengo algunas que se han ido almacenando durante bastante tiempo en mi cabeza y poco a poco las he ido plasmando en el ordenador. Pero como digo es muy complicado, porque no puedes centrarte todo lo que querrías y eso se convierte en una dificultad añadida. Pero cuando hay una pasión tan grande por la escritura, más que un impedimento eso es un incentivo”, explica David, que afirma que le gustaría "que esto fuera mi futuro, aunque lo veo complicado, pero desde luego no voy a desistir en intentarlo”.
Relata el joven autor que desde muy pequeño siempre ha sido una persona muy creativa. “De chico esa creatividad la soltaba dibujando, pero conforme me fui haciendo mayor fui derivándolo todo al tema de la escritura, me presentaba a pequeños concursos literarios en el colegio, en los centros de barrio y demás, y la verdad es que tenían bastante buena acogida”. De certámenes de más calibre señala David que se presentó en 2012, animado por uno de sus profesores, al Premio Fernán Caballero de Relato Corto que convoca la Fundación de la Cultura Andaluza, quedando finalista. Del mismo tiene recuerdos “un poco tortuosos”. “Me avisaron un martes y el viernes ya tenía que estar mandándolo por correo. Lo tuve preparado, pero me dijeron que el relato tenía que tener 20 páginas y finalmente tenía que ser de 15, así que tuve que buscarme la vida para condensar esas cinco que sobraban. El relato se llamaba Barcos embotellados, una temática muy diferente al de este libro y que dejó muy buena impresión”.
De la primera parte de El retorno de Flagelador y Carnero, David ha vendido ya 60 copias, sobre todo entre su círculo familiar y de amigos. La buena acogida que está teniendo le ha animado a venderlo también en formato electrónico a través de Amazon, aunque de momento la difusión ha sido menor. “Yo creo que la autoedición es una salida más que digna”, considera David, que no obstante esperará al próximo otoño para intentar mover su libro por librerías y pequeñas editoriales.
En cuanto a la segunda parte de la novela, el autor, que lleva trabajando en ella desde el pasado enero, espera tenerla lista para el primer trimestre del año 2016. Además, tiene entre manos otro proyecto más enfocado al público adolescente.
El ver publicada tu propia novela era algo que antes sólo dependía de las editoriales, pero afortunadamente el paso de los años ha favorecido el proceso de la autoedición. Lo que comenzó en Estados Unidos ha ido extendiéndose por todo el mundo, sobre todo gracias Internet y a la aparición de nuevas plataformas de difusión de contenidos. Amazon y su Kindle han servido también como rampa de lanzamiento para algunos escritores que incluso ya han llegado al mercado tradicional con gran éxito.
Hay que recordar, además, que tanto autor como novela pasan por muchos más filtros en el mercado tradicional, lo que ralentiza los tiempos sin asegurar, por otro lado, que la novela vaya a ver la luz en formato papel, lo que anima cada vez a más escritores a pensar en la autoedición como primera opción.
En España, Amazon publicó a finales del pasado año algunos datos significativos a cuenta del tercer aniversario de su dispositivo Kindle en el mercado español. Así, desde diciembre de 2011, de los 25 libros electrónicos más vendidos, el 48% han sido autoeditados.
El último informe del Observatorio de la Lectura y el Libro del Ministerio de Cultura arroja también datos que corroboran el auge de la autoedición. Así en 2014 fueron 8.204 los que se autoeditaron, por los 7.761 de 2013, un seis por ciento más.
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