Esperanza Fernández: "Nunca he sido un producto discográfico; solo grabo cuando tengo algo que decir"

La cantaora sevillana Esperanza Fernández concede en exclusiva una entrevista a lavozdelsur.es en la que repasa los 40 años que lleva por los escenarios flamencos, además de adelantar cómo será el trabajo discográfico que verá la luz en octubre con la producción de Josemi Carmona

Esperanza Fernández posa para lavozdelsur.es tras la entrevista.
Esperanza Fernández posa para lavozdelsur.es tras la entrevista. JUAN CARLOS TORO

De la hija de Curro Fernández y Pepa Vargas, a la Esperanza del cante flamenco de Sevilla y Triana

Si algo lleva grabado a fuego Esperanza Fernández Vargas (Sevilla, 1966) es que los sueños se cumplen. Con esfuerzo, constancia y tesón, pero se cumplen. Y, además, confiesa en esta entrevista concedida a lavozdelsur.es que, tras cumplir "todos con los que soñanaba" en su trayectoria profesional, no ha sido fácil el camino que ha tenido que recorrer.

El destino quiso que durante "un programa de radio al que fui acompañando un amigo" se le abrieran las puertras para iniciar una trayectoria profesional de las que se siente orgullosa y que espera que dure "otros 40 años más".

Hija de uno de los mejores cantaores de acompañamiento al baile que ha dado el flamenco y de una mujer flamenca con mayúsculas, su sino estaba marcado desde la cuna. Ya su abuelo Quintín avisaba a su hija Pepilla para que viera "cómo mueve las manos" una niña que, a los 16 años debutaría con Mario Maya como primera cantaora en Amargo o, siendo todavía un jóven valor a tener en cuenta, protagonizaba junto a Enrique Morente el espectáculo A oscuras en la séptima edición de la Bienal de Flamenco de Sevilla.

Actualmente, tras el reciente fallecimiento de su padre, es la matriarca y principal embajadora de una dinastía familiar donde el cante, el toque y el baile flamenco corre por sus venas, al igual que el río Guadalquivir alimenta un barrio de Triana, al que nunca le pierde el norte y con el que se siente identificada.

En esta ocasión nos citamos con ella en la Alameda de Hércules - esa otra Sevilla flamenca-, para hacer un recorrido de su trayectoria profesional, así como de los nuevos proyectos que afronta actualmente y entre los que se encuentra el trabajo discográfico que está preparando bajo la producción de Josemi Carmona y que verá la luz el próximo mes de octubre.

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Esperanza Fernandez confiesa que el mejor consejo que le ha dado su padre fue que "nunca me creyera nada". JUAN CARLOS TORO
¿Con qué palabra definirías los 40 años que cumples de trayectoria profesional? Si tuviéramos que buscar un adjetivo calificativo, ¿cuál sería?

Pues yo te diría que lo más maravilloso.

Aunque suene a tópico, por dinastía y herencia familiar, estabas predestinada a estar vinculada al flamenco de alguna manera, por tu madre y por tu padre.

Claro. De toda la vida. De siempre. Y la vinculación fijate. Toda entera, de padre y de madre.

¿Qué te dijo tú padre cuando le dijiste que querías ser artista? ¿O él vio que tú lo tenías?

Él nos vio. Claro que nos vio. Y a mi desde chiquitita. Pero el primero me vio fue mi abuelo Quintín, cuando movía las manos, que le decía a mi madre: "Pepilla, atenta con la niña, que esta niña es artista".

Eso si, cuando le dijimos a mi padre que no queríamos estudiar, nos hizo saber que esto no iba a ser fácil y que no nos iba a subir a un escenario hasta que él nos viera como profesionales y, para eso, teníamos que estudiar.

"Mi padre sabía mejor que nadie que esto era y sigue siendo muy duro"

No lo estaba diciendo un cualquiera, sino uno de los mejores cantadores que ha habido en el acompañamiento al baile...

Claro. Y sabía mejor que nadie que esto era y sigue siendo muy duro. Por eso nos teníamos que preparar bien en todos los aspectos, incluyendo la cabeza.

¿El hecho de que tú padre te inculcara esas premisas es lo que te lleva a moverte por otros registros de forma temprana? A vuela pluma, se me viene a la cabella el Amor Brujo con la Orquesta Joven de Andalucía o, incluso a mediados de los 90, entrar en el universo Morente

Mi padre tenía una cabeza muy bien amueblada en el ámbito musical en general. Le gustaba todo. Incluso antes de ser cantaor empezó de bailaor en la escuela femenina de danza e iba con zapatillas y todo.

Por no hablar de que era también futbolista...

Eso también (sonríe). Por eso me inculcó lo que yo veía en mi casa, aparte del flamenco, que era lo que llevábamos, aunque yo veía y escuchaba otro tipo de música, que a mí siempre me llamaba la atención. Entonces el oído, de alguna manera, se nos iba educando.

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Esperanza Fernandez recuerda con emoción cuando "acompañé a un amigo a una entrevista a un programa de radio" y terminó ella con un contrato en el Tablao Zambra de Madrid. JUAN CARLOS TORO
Después de cuatro décadas por los escenarios de todo el mundo. ¿Queda algún sueño por cumplir?

Aunque parezca mentira, todos los sueños que tenía se han ido cumpliendo durante todo este tiempo. Uno de los que más ilusión me ha hecho siempre ha sido cantar con una orquesta. Eso era el sueño de mi vida y se hizo realidad.

Lo que comentabas antes de Enrique (Morente) es otro, por ejemplo. Mi padre tenía una vinculación grandísima con él. Recuerdo que cuando tenía que ir a Madrid y Enrique estaba aún soltero y roneaba a La Pelota — Aurora Carbonell— se iban los dos al tablao donde ella actuaba. Y cuando yo me fui a Madrid una temporada, a trabajar al Tablao Zambra, él venía a verme.

"Al principio hice algunas peñas por aquí en Sevilla, pero no me echaban cuenta"

¿Qué recuerdos tienes de tú inicio artístico en solitario?

Pues de mi inicio profesional no recuerdo bien la fecha, pero sí que recuerdo que tenía veintipocos años y fue en un programa de radio. Acompañaba a un amigo mío, que le hicieron una entrevista en el programa que tenían Juan Verdú y José Manuel Gamboa y, de repente, me preguntaron qué hacía por allí y demás. Al final, acabaron diciendo: "Señores de los que contratan, aquí hay una gitana de Sevilla, que canta que no se puede aguantar. A ver si hacéis el favor…" y allí mismo, en ese programa, me llamaron del Tablao Zambra.

Tuviste dos magníficos representantes…

Te lo juro, de verdad. Fue una cosa súper curiosa. Súper graciosísimo (ríe). Por aquella época, yo cantaba con mi familia los tangos de Enrique (Morente), que para mí ha sido lo más grande, aparte de otros artistas que han sido mis maestros, pero él era distinto en todo, en su forma de decir cante, en su forma de evolucionar y de incluso hasta de crearlo y producirlo.

Y entonces yo cantaba con la familia los tangos de Enrique y él, que además apoyaba muchísimo a la gente joven, siempre iba a verme un día sí, un día no, a escucharme cantar. Cuando entraba en los camerinos siempre preguntaba qué iba a cantar. Yo intentaba cambiar siempre el repertorio, pero siempre me decía si iba a cantar los tangos.

Obviamente, le decía que si porque le gustaba muchísimo y me decía "cómo tú cantas mis tangos, no los canto ni yo". Así que imagínate salir al escenario despues de escuchar eso. Cuando me propusieron hacer el dueto en la Bienal de Flamenco de Sevilla, aquello fue maravilloso.

"Tener un disco ahora te permite llegar a un público más amplio y es necesario renovarse"

Lo que viene siendo flipar en colores.

Claro que flipé. Me llevé muchos meses trabajando en Sanlúcar con Isidro (Muñoz) y José Miguel (Evora). O sea, que eso no fue un ensayo de dos días. Imagínate la sensación que vives. Ese arrope. Y más cuando un artista consolidado, de la talla de Enrique Morente, dice que yo soy la persona idónea para ese proyecto y le da una oportunidad a una cantaora, que, si bien ya llevaba un tiempo en este mundo, no estaba aún consolidada. Para mí fue una alternativa.

A ese aldabonazo, habría que sumarle también el Giraldillo de la Bienal de Flamenco de Sevilla…

Si. Eso también fue importante.

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Esperanza Fernandez, durante la entrevista concedida a lavozdelsur.es JUAN CARLOS TORO
Dicen que la primera vez nunca se olvida. ¿Sigue teniendo los mismos nervios? ¿Qué recuerdas hoy de aquel primer momento?

Al principio hice algunas peñas por aquí en Sevilla, pero no me echaban cuenta. Estaba ahí, muy bien, pero poco más. Siempre había comparativas por ser la hija de Curro Fernández. Y fíjate que mi padre ha sido un cantaor muy importante, ha sido una figura, pero no ha sido nunca un cantaor para adelante.

Esa fue una etapa de mi vida que tenía que pasar, pero a la que estoy agradecida. Desde aquel momento en el programa de Juan Verdú y Gamboa, que hizo de Madrid mi segunda casa, me contrataron en el tablao Zambra y además iba con El Viejín a la guitarra, que a me enseñó una barbaridad. Una guitarra desconocida, pero que es una gran guitarra de la época. Y si no era El Viejín, alguna que otra vez me tocaba Manuel Parrilla.

"Si estás en la cima no te lo puedes creer y si estas abajo tienes que seguir trabajando para no quedarte ahí"

¿Había antes más camaradería entre compañeros que ahora?

Es verdad que antes había más unión, más comunicación. Ahora, que no es malo, tengo la sensación de que si cada uno sabe lo que quiere y está firme en cómo quiere encauzar su carrera y no quiere pedir consejos ni hacer una llamada de teléfono. Llamadas que yo sí he hecho muchísimas veces y sigo haciendo y sigo preguntado a muchísimos compañeros mayores, a muchísimos maestros, para consultarles. Eso ya no lo hay y me parece perfecto, porque la vida cambia y todo cambia.

Podríamos decir que son las ventajas e inconvenientes de la digitalización. Hoy se acude a la red como el santo grial para escuchar fulanito o menganito

Sí, pero, aun así, antes también escuchábamos discos y cintas de casete y no había YouTube, ni nada. Sin embargo, siempre he echado mano de algún maestro a preguntarle si ese giro que no me salía y lo daba de otra manera, estaba dentro de ese cante y me decía sí o me decía no o espérate, que te lo voy a poner de otra manera, para que tú lo puedas hacer. Eso a mí siempre me ha gustado.

El recurso de tener la discoteca en casa también es importante a la hora de poder decir: papá, ¿esto cómo es?

Claro, pero también era difícil porque papá siempre estaba de viaje y costaba trabajo acceder a él. Él viajaba mucho, trabajaba mucho y yo me he tenido que comer muchos marrones sola.

¿Cuál crees que es el mejor consejo que te ha podido dar tu padre?

Nunca te creas nada.

"De lo que más orgullosa me siento es de llevar 40 años en los escenarios y voy a por otros tantos"

¿Por qué Esperanza Fernández es una cantaora sin una discografía extensa?

Pues porque yo no he sido nunca un producto discográfico y, con el tiempo, me alegro una barbaridad porque he trabajado toda mi vida sin tener un disco en la calle, hasta que grabé Esperanza Fernández (BMG Ariola, 2001) o Se prohíbe el cante (Air Music, 2021), que grabé en directo en las peñas.

Hasta que no he tuve algo que decir, no grabé mi primer disco. Y casi 20 años después no he hecho otro de ese calado en solitario. He tenido la suerte o la fortuna de trabajar sin tenerlo y, además, sigo trabajando todavía teniendo pocos discos en estos 40 años de carrera.

Sin embargo, hoy en día parece que, si no vas con un disco o un proyecto nuevo bajo el brazo o la etiqueta de estreno, las puertas de los grandes eventos no están abiertas del todo.

Si es cierto que tener un disco ahora te permite llegar a un público más amplio y es necesario renovarse, porque no te puedes quedar en los años 80 o en los 90 y a mi siempre me ha gustado renovarme y estar al día, tanto en mi profesión como a la hora hasta de vestir. Ir evolucionando cómo va la vida siempre ha ido conmigo y realmente eso es magnífico y maravilloso.

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Esperanza Fernandez cuenta con la producción de Josemi Carmona para su nuevo trabajo discográfico. JUAN CARLOS TORO
¿Fruto de esa renovación que dices es que sea Josemi Carmona el productor del trabajo discográfico en el que estás inmersa ahora y dejarte llevar por la música latina?

Este nuevo disco, que si Dios quiere saldrá en octubre, va a ser algo diferente. Siempre flamenco porque yo soy una cantaora flamenca, pero es cierto que es completamente diferente a todo lo que yo he hecho hasta ahora. Y Josemi hace muchísimos años que lo conozco, he visto la evolución que ha tenido desde Ketama hasta ahora y las producciones discográficas que ha hecho a mí me llamaba muchísimo la atención.

Y en una reunión hablando con mi casa discográfica acerca de quienes podrían ser los productores, el nombre de Josemi Carmona siempre estaba sobre la mesa. Ten en cuenta que del último disco mi productor ha sido Miguel Ángel Cortés y Dorantes fue el del que dedicamos a Saramago (Mi voz en tú palabra, Discmedi Blau – 2013).

En este caso que nos ocupa, tampoco es tu primer contacto con la música latina.

Eso es cierto. Antes que ahora con Josemi Carmona, he tenido otras experiencias con este género. Hice un proyecto con Gonzalo Rubalcaba, que le canté a Beni Moré, aunque fueron boleros, o incluso, antes que eso, hice una gira con Diputación de Sevilla donde se unían músicos cubanos con flamenco y recuerdo que iba con José Mercé, en aquel entonces, y ahí yo tendría unos 19 años. O sea, que yo ya empecé toqueteando la música latina, bailándola, cantándola hasta que me llevó a Gonzalo Rubalcaba de alguna manera y a Beni Moré.

"El nombre de Josemi Carmona siempre estaba sobre la mesa, para la producción de este proyecto"

¿Es el baile una asignatura pendiente?

Tanto como pendiente, no. Pero me hubiese gustado más. Eso sí. No tenía tiempo para las dos cosas — en el baile tienes que echar muchas horas de estudio al igual que en el cante—y cuando dejé el baile me metí de lleno en el cante.

¿Qué querías ser al principio? ¿cantaora o bailaora?

Yo quería ser artista, pero no sabía cómo resolver aquello porque yo era una persona muy vergonzosa. Pensé que con el baile me podía expresar mejor y realmente me expresaba muy bien, pero no me expresaba como me expresaba en el cante, por eso me dijo mi padre escúchame, quítate los zapatos y cuelga el traje, aunque yo me sigo poniendo los zapatos para bailar.

¿Qué ha cambiado del flamenco que conociste al que vives ahora?

Sin entrar en polémicas, ahora mismo debería de haber muchísimas más cosas para la cultura en general, no solo en el flamenco, porque creo que está un poco abandonada y es imprescindible para todo. Es necesario para todo. Y el flamenco es nuestro.

Si realmente no hay muchísimas posibilidades y se apañan con personas que están empezando que tienen menos caché, que es lícito también porque tienen que trabajar, pues gloria bendita, pero lo que no pueden hacer es dejar a los artistas que llevan muchísimos años al lado o con dos festivales.

Afortunadamente, le puedo dar gracias a Dios que ese no es mi caso, aunque es cierto que todos los artistas tenemos altibajos y, si yo estaba en la cima no te lo puedes creer que está todo hecho y si hay luego una bajada tienes que seguir trabajando para no quedarte ahí. Lo más importante es mantenerse y yo de lo más orgullosa que estoy de todo esto es el poder haberme mantenido 40 años y que quiero 40 años más y que lo voy a conseguir.

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Esperanza Fernandez se siente orgullosa de "llevar 40 años en los escenarios y apuesta por seguir otros tantos más" JUAN CARLOS TORO
Que nos lo digan a nosotros a la hora de ponernos de acuerdo en fechas para hacer esta entrevista…

Es que ahora mismo estoy trabajando en un montón de cosas. Hace poco he venido de América, de hacer un Amor Brujo, luego me he ido a Granada a cantar a Lorca con el piano de Chano Domínguez en el Festival de Música y Danza, hemos estado en Mont-de-Marsan, que mi padre tenía que haber estado y no estuvo y al final salió un espectáculo maravilloso.

Con tantos frentes abiertos ¿cómo lo hacéis para acordaros de todo?

Pues mira, yo me acuerdo más de las letras antiguas que las de ahora, fíjate lo que te digo. No sé por qué. Creo que el cerebro lo retiene más, no lo sé, pero lo retiene mejor.

"Creo que la cultura, en general, está un poco abandonada y es imprescindible para todo"

Ahora mismo, si te piden hacer los tangos de Morente, te salen solos…

¡Hombre! (Ríe) Y el Amor Brujo, aunque eso lo tengo más reciente. De todos modos, si te digo que cuesta mucho. Muchas veces pienso cómo en esta cabeza tan pequeña se pueden retener tantas cosas, sobre todo cuando entramos en esa parte compositiva y creativa, donde te tienes que acordar exactamente y eso genera mucho respeto.

A mí el público me merece un respeto grandísimo, tan solo por venir a sentarse y a escucharme. A mí me da igual que haya diez personas o cuatro mil personas, yo pongo el mismo corazón y voy a dar el mil por mil, siempre que me suba en un escenario. Eso sí, cuando vas cumpliendo años en los escenarios, todavía tienes más respeto, porque ya no es un juego, como podría ser al principio, cuando no le das tanta importancia, porque no eres consciente realmente de lo que tú estás haciendo. Pero cuando se van cumpliendo años, ya la boca se te seca más.

¿Se hace verdad eso de que cuánto menos sabes, más feliz eres, a la hora de disfrutar de un escenario?

Es por eso. Porque no eres consciente, o sí, o medio eres consciente y ya te digo, mi padre no me subía a un escenario hasta que no me vio preparada. Por lo tanto, tenía que ser en aquel entonces un poquito consciente, aunque fuese pequeña o menor de edad, o lo que tú quieras, pero al ir tan arropada con mi familia, me lo pasaba muy bien y sabía que si había cualquier fallito, mi padre me iba a tapar con una palma o la guitarra o un jaleo. Esto te da una tranquilidad grandísima, pero cuando ya empiezas a salir en solitario La cosa cambia muchísimo.

¿Cuál es el siguiente reto de Esperanza Fernández?

De momento, mi nuevo disco es uno de mis retos. Es cierto que tengo cosas en mente, pero ahora mismo yo me enfoco en este disco. En este proyecto, que es maravilloso, que es increíble, que es otro concepto completamente y yo sé que la gente le va a gustar muchísimo, porque van a ver a una Esperanza Fernández con su gitanería, pero diferente y, ahora mismo, estoy de lleno enfocada en esto al mil por mil.

Aunque todas las citas son importantes, la de la próxima Bienal de Flamenco de Sevilla en el Auditorio Cartuja es de la que se marcan en rojo en el calendario…

La Bienal de Flamenco de Sevilla es un gran escaparate y además voy con algo que es flamenco tradicional, que en producción va muy bien, aunque tiempo siempre apremia.

Sobre el autor:

David Montes

David Montes

Comunicador, flamencólogo.

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