A Antonio Gómez, fundador y presidente de honor de la organización benéfica Madre Coraje en Jerez de la Frontera, le preocupa la que muchos creen una vertiginosa pérdida de valores y el mundo que le va a quedar a las futuras generaciones. A sus 87 años, sigue al frente de la lucha contra la injusticia social.
La prueba irrefutable de ello es la publicación de su segundo libro titulado El poder de los valores para transformar nuestra sociedad. El acto de presentación se celebró en la Bodega González Byass el pasado jueves y contó con una amplia representación de las formaciones políticas locales, de organizaciones religiosas, de sindicatos y de una gran cantidad de público que no quiso perderse el evento.
Antonio se muestra satisfecho con la acogida que tuvo su nueva obra. "La bodega se llenó completamente, estuvo muy bien”. De hecho, asegura que “la gente se volcó tanto que nos quedamos sin ejemplares del libro y tuvimos que pedir una nueva remesa".
Como señala su autor, "este libro se puede entender como una continuación del primero que escribí —La gratuidad desde mi experiencia— y responde a la preocupación que tengo sobre la desvirtuación de los valores y la desvalorización de las personas".
Según él, actualmente los valores han quedado supeditados a la codicia y a la ambición de poder. "Hoy en día parece que por dinero se puede mentir y dejar de ser honrado. Es una situación dramática en la que se ha cambiado el amor por el dinero", explica.
Por eso, su obra es "un grito desesperado para que respondamos a nuestras conciencias porque la herencia que estamos dejando a nuestros jóvenes es muy peligrosa". Esta pelea oscura por el dinero acaba afectando al sector más débil de la sociedad, a los ciudadanos de a pie, que ven cómo poco a poco aumenta la brecha con respecto a las élites. "Cuando hay situaciones injustas, por ejemplo, de corrupción, los que pagan son los de siempre", indica.
Antonio hace un llamamiento a levantarse, a no dejarse manipular ni marginar más. "Tenemos que decir basta y recuperar los valores que han sido la esencia del ser humano porque si no las consecuencias van a ser realmente graves", comenta, añadiendo que "no es fácil, pero en cada uno de nosotros está intentar recuperar poco a poco los valores de la sociedad".
Otro grupo al que señala directamente el fundador de Madre Coraje es al de los políticos. "Muchos de ellos se han olvidado de los valores que debían defender. Son un espejo para la sociedad y el aprendizaje que ofrecen es funesto. Son el ejemplo de que hoy en día todo se justifica por conseguir poder y dinero", afirma.
Este libro está dirigido principalmente a los educadores y a los más jóvenes, ya que, para Antonio, "esta transformación debe tener como base la educación". Una de las propuestas que ofrece es la organización del 'día del valor' durante el cual las personas elegirían un valor y se esforzarían por trabajarlo.
Además, podría hacerse también a nivel grupal y, por supuesto, trasladarlo a las escuelas. "Así, todos tendríamos un compromiso con ser mejor en un valor concreto. Los valores son contagiosos, pero desgraciadamente los antivalores también. Depende de nosotros elegir de qué nos queremos contagiar nosotros y a los que nos rodean".
En esta misma línea, Antonio remarca que "lo importante es dar ejemplo, eso es lo que crea patrones de imitación. Por eso es necesario que todos trabajemos nuestros valores, porque así los demás también lo harán y poco a poco será posible transformar la sociedad".
Dentro del mismo libro hay varios ejemplos de esto, como la vivencia del autor en unos suburbios y cómo las familias que allí residían consiguieron encontrar viviendas dignas gracias al valor de la solidaridad o su propia experiencia al frente de Madre Coraje, donde demostraron que es posible fomentar el valor de la gratuidad a través del voluntariado.
Antonio lleva 30 años ayudando a personas desfavorecidas en distintos países desde esta ONG. Hace poco recibió una información acerca de su labor y se llevó una grata sorpresa. "Hemos conseguido cambiar la vida de cinco millones de personas con nuestra labor en Perú, en España y en Mozambique", dice orgulloso.
Además, es cofundador de la asociación Coherentes, que ayuda desde hace seis años a personas migrantes. Toda la labor que ha realizado durante estos años "habría sido imposible si no tuviera un proyecto de vida con una mujer tan maravillosa a mi lado", comenta refiriéndose a María Luisa Diego, su esposa, a quien agradece "que haya aguantado mis ausencias. Gracias a ella estoy aquí".
Antonio está en deuda con su mujer. Sin ella, asegura que "no habría podido escribir estos libros ni trabajar en las asociaciones. Ha sido un apoyo vital para mí". Ella recoge el guante y responde que "en 53 años casados no hemos discutido ni una vez", a lo que él añade entre risas que "alguna bronca sí que me has echado".