Tras el éxito cosechado por Jesús Méndez en Viana en la jornada inaugural, el festival Flamenco On Fire se desplazaba a Tudela — la capital de la ribera— para dar continuidad a la programación oficial, que arrancaba con la actuación de Saúl Quirós y Raúl Ramírez, desde el balcón del Ayuntamiento, pero que tenía reservado en el Teatro Gaztambide el plato fuerte de la jornada con José Maya y su nueva creación: Color sin nombre.
El polifacético bailaor madrileño se sumergía en esta ocasión en el universo pictórico de Mark Rothko, bajo una propuesta en la que el público pudo disfrutar tanto de la forma que tiene de sentir la danza José Maya, así como de escucharlo apuntar también el cante.
En plena madurez artística, arropado por Delia Membrive y José El Calli en las voces, el toque de Rycardo Moreno, la percusión de Luis Fernández Salazar y Barnabas Hangonyi en el cello, el bailaro transitó por el universo flamenco que ha forjado su personalidad.
A través de dicha propuesta artística, el festival Flamenco On Fire continúa mostrando los motivos por los que esta edición está dedicaba al baile bajo el lema planta-tacón. Pero antes de marchar a Pamplona, que será epicentro de la programación a partir del 27 de agosto, el conservatorio Fernando Remacha acogía el recital de cante de Antonio Haya El Jaro y el toque de Niño Migueles.
Ganador del Melón de Oro de Los Ferro en 2022, el cantaor cordobés demostró encontrarse en un fantástico estado de forma, que quedó patente en las mineras, vidalitas, malagueñas, fandangos y bulerías.
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