La portada de la ilustradora Dora Torralvo no deja lugar a dudas. Dos cocodrilos, uno vestido de cardenal eclesiástico y otro de alto ejecutivo, hacen prever al lector de La conspiración de los cocodrilos lo que se le viene encima. La segunda novela del periodista burgalés afincado en Jerez, Germán Fonteseca, recurre al género distópico para explicar los tejemanejes de una élite económica global que es, al mismo tiempo, política.
"Observo la actualidad con cierta preocupación, tengo hijos y lo que viene realmente a mí no me gusta", comenta durante el encuentro con lavozdelsur.es el escritor, que dejó el periodismo acogiéndose al ERE de un medio de comunicación local de forma voluntaria. Tras haber residido en Melilla, Canarias o el Sáhara Español, Germán Fonteseca decidió hacer las maletas rumbo a Cepeda (Salamanca) a través de una iniciativa llamada Abraza la tierra que tiene como objeto repoblar la España vaciada. Su destino, compartido con su familia durante unos años, tal y como explicó en otro encuentro con este medio hace un año, fue precisamente una vía de escape de un mundo que le decepciona y le alerta de unos tiempos venideros bastante difíciles. Hoy el periodista se dedica exclusivamente a la literatura, con la publicación de esta nueva obra tras estrenarse el pasado año con Mariposas Negras.
Germán Fonteseca durante el encuentro con lavozdelsur.es. FOTO: MANU GARCÍA.
"Vivimos en una sociedad democrática y creemos que elegimos a nuestros gobernantes y que estos nos dirigen cuando, si miras bien, las decisiones de poder no pasan por las urnas... están en otro sitio ya", explica, aludiendo precisamente a la sinopsis de su novela. La distopía de este periodista habla sobre otra distopía, la de un economista francés que publica un libro —Dystopie Économique— que causa un revuelto internacional sin precedentes, movilizando a "los amos del mundo", una serie de personas y de familias que pese a ser desconocidas por la opinión pública mueven los hilos de la política internacional.
"Mucha gente piensa que no estamos siendo gobernados ni siquiera por los que salen en la revista Forbes; estos son inmensamente ricos, sí, pero no vienen de familias de abolengo que han puesto reyes y han quitado papas", cuenta sobre la preocupación actual por los designios mundial, una incertidumbre que ha abonado la ficción precisamente con el género distópico en los últimos años. "Hay familias que desde la Edad Media tienen un control y cuyos apellidos son a veces conocidos y otras veces no", añade sobre una realidad que supera a la ficción y en la que sus protagonistas, a su juicio, no son, como habitualmente se cree "buitres" sino "cocodrilos".
El escritor junto a 'La conspiración de los cocodrilos'. FOTO: MANU GARCÍA.
Para Germán Fonteseca estos "amos del mundo" son como cocodrilos porque este es un animal que "establece el caos mordiendo y atacando por donde pille", constituyendo una metáfora más acertada que la de la tradicional del buitre, de carácter carroñero. "Por ejemplo, hay que recordar que nos cambiaron la constitución deprisa y corriendo para priorizar la deuda en contra de las necesidades de la gente, hay necesidad de contar estas cosas", explica sobre el efecto shock que producen estos poderes económicos sobre la población, habitual en los últimos años. Una dinámica global que cree que anticipa la llegada de unos tiempos de incertidumbre.
"El libro del economista es al principio acogido con mucha popularidad pero, ¿qué ocurre? Que a partir de contar cómo estas últimas crisis económicas han sido provocadas para reducir nuestro nivel de democracia, anuncia un segundo libro en el que va a explicar cómo va a ser esto en la segunda mitad del siglo XXI", narra. Ese es su final. "Estas élites económicas se reúnen en Londres —no es un spoiler, recalca, entre risas— y dicen: hasta aquí hemos llegado". Es entonces cuando empieza la verdadera trama de la ficción. Un futurible que no dejará indiferente a ninguno de los lectores de esta nueva obra, que podrá leerse por entregas en lavozdelsur.es a partir de este mismo domingo. La conspiración de los cocodrilos nos acerca a un caos que parece, por momentos, anunciado.
Comentarios