El espectáculo bajo la dirección de Pepe del Morao cierra la 50 edición de un evento que necesita un revulsivo.
El pasado jueves, la Fiesta de la Bulería fue inaugurada con herradura en mano y una fragua en el escenario. La idea de querer reflejar el legado de los que pasaron por todas las ediciones de la Fiesta de la Bulería está viva. Pepe del Morao, que dirigió artística y musicalmente este sábado La Tierra y el Cante, va un poco más allá: su interés radica en hablar sobre las familias gitanas de Jerez que trabajaban en la fragua pero también en la tierra, en las gañanías. Algo intrínsicamente ligado, como asegura Pepe del Morao y plasma en La Tierra el cante, al origen, nacimiento e historía de la bulería junto a la de la soleá.
Jóvenes y experimentados, la simbiosis está bien conseguida. Entre los artistas del espectáculo volvemos a ver a grandes promesas de Jerez, como sucedió en la edición del año pasado, también bajo la dirección de Pepe del Morao, en el espectáculo Suena Jerez. Es el caso, por ejemplo, de la excepcional y muy querida María Terremoto. Al cante, participaron Dolores la Agujetas y Juana la del Pipa, cantaoras consagradas; Luis Moneo, por parte de la casa de los Moneo; Antonio Malena; José el Mijita y Rancapino hijo. Al toque, el propio Pepe del Morao, Diego del Morao y Manuel Parrilla. Al violín, Bernardo Parrilla y a las palmas, Ané Carrasco, Alejandro y Juan Diego Valencia. En el baile, la esperada aparición de María del Mar Moreno y del bailaor Joaquín Grilo.La noche acompañó y también se recordó al flamencólogo Juan de la Plata, que nos dejó hace ya dos años y que es, además del precursor de la Fiesta de la Bulería, de la Cátedra de Flamencología, a la que también se le rindió homenaje. De esta forma, concluye un 50 aniversario de la Fiesta de la Bulería que, si bien no defrauda por sus contenidos, no es capaz de atraer a los aficionados flamencos de Jerez. Con algo más de la media del aforo máximo previsto (1.300 localidades), excepto este último día con lleno absoluto, dado el buen cartel, en esta edición en el Patio de San Fernando del Alcázar, y con un precio general de 20 euros para las entradas, la Fiesta de la Bulería sigue teniendo una tarea pendiente: ilusionar a quienes hace ya años que no la sienten y ser un referente en el mundo del flamenco, más allá de ser un evento más en la agenda cultural de la ciudad. Su organización, que aunque ha tenido bastantes mejoras este año, necesita un revulsivo y una continuidad a lo largo del tiempo. Queda mucho por hacer.