El escritor escocés Irvine Welsh dijo que ha dado por terminada la 'saga’ de ‘Trainspotting’ y parece que está cumpliendo su palabra. La novela, de 1993 –aunque en España aparecería tres años después–, le dio fama mundial, sobre todo después de que Danny Boyle rodara la película. De hecho, se puede decir que la mayoría del personal –por ejemplo, este cronista– vio primero la película y de ahí pasó a la novela.
Hace unas semanas, Anagrama publicó la quinta entrega relacionada con los personajes de ‘Trainspotting’, que se pueden leer de forma independiente siempre que se haya leído la novela primigenia. El último libro es ‘Señalado por la muerte’, publicado en 2018 en UK, por lo que parece que sí, que han pasado casi seis años y no hay novedades sobre un posible regreso de Renton, Frank ‘Franco’ Begbie y compañía, ya bien entrados en la cincuentena, tal y como ha dicho Welsh.
En definitiva, han pasado más de treinta años de aquella carrera frenética de Renton por las calles de Edimburgo a ritmo de 'Lust for Life', de Iggy Pop (en la peli). Desde entonces, miles de amantes a la literatura de todo el mundo –millones, si hablamos de la película–, se interesaron por la vida de estos a veces simpáticos, a veces terribles, veinteañeros de los barrios bajos de Edimburgo y sus problemas con la droga, el fútbol o, digamos, en general, lo que se viene llamando sexo.
Hemos dicho que la saga (ya sin comillas) de ‘Trainspotting’ se puede leer de forma realmente independiente siempre que se haya leído la primera novela, no es necesario pasar por el 2 para llegar al 3; ni al 2 y al 3 para llegar al 4; ni el 2, el 3 o el 4, para llegar al 5, algo que se debe a que las entregas no han tenido una estructura lineal (e incluso algunos de los personajes aparecen también en otros relatos breves del autor).
Por partes, nunca mejor dicho. La segunda novela sería ‘Porno’, en la que aparecen algunos de los personajes más o menos diez años después, pero no siempre llevan las riendas de la trama, por eso es discutible introducirla (igual que sería no hacerlo). Dicho queda. La tercera novela (o segunda para los más puristas, entre los que creo encontrarme, ja, ja) es ‘Skag boys’ –que sería 'los chicos del jaco', en España se mantuvo el nombre inglés–, una precuela sobre el grupo de amigos que se desarrolla en su primera juventud y en la que se refleja cómo van forjando su personalidad, sus lazos de amistad y el inicio en la droga de la mayoría de ellos. Para este cronista, probablemente es la mejor novela, incluso mejor que ‘Trainspotting’ si se las analiza de tú a tú y sin el evidente factor sorpresa que representó la primera, ligada para siempre a la película. La cuarta es ‘El artista de la cuchilla’, que vendría a ser una especie de ‘spin off’ sobre Frank ‘Franco’ Begbie, el psicópata, sociópata y varias decenas de palabras más acabadas en ‘ópata’ al que en la peli da vida –"ah, claro, ya caigo", he podido oír varias veces ahora mismo desde mi casa– el gran Robert Carlyle. ‘Franco’ se ha reconvertido en un improbable artista al que le va bien y vive bajo el sol de California, pero... ahí lo dejamos. Personalmente, creo que es la más floja de todas.
La recién aparecida ‘Señalado por la muerte’ se lee muy bien, tiene mucho ritmo y un punto de autoparodia, de exageración, que hace inevitable la carcajada precisamente ante sus deliberados excesos. Los personajes se vuelven a juntar pasados más de veinte años. ‘Franco’ ya sabemos a qué se dedica y la vida de los demás no la vamos a destripar. Pasan muchísimas cosas. Solo vamos a decir que, como en alguna ocasión anterior, aparecen entremezclados personajes de la otra saga de chavales de Edimburgo, la que se inicia con ‘Cola’, caso de Carl, el dj de música house, o el inevitable (y otras quince o veinte palabras que empiezan por ‘in’ y acaban en 'able') ‘Juice’ Terry Lawson, tipo clave en ‘Porno’.
¿Cumplirá Welsh su palabra y esto se queda aquí? Diríamos que sí, pero tiene un par de hilos muy fuertes de los que podría tirar en cualquier momento y a los que nos atreveríamos a poner incluso nombre: ‘Los papeles de Spud’, el yonqui tierno e inofensivo de la saga más allá de su habilidad para entrar en casas ajenas, y ‘Segundo Premio quiere ser el primero’ o ‘El regreso de Segundo Premio’, el personaje con ese singular apodo que no tiene presencia en esta última entrega.
Haciendo un poco de servicio público, acabamos con una advertencia: abstenerse feministas de última generación, a no ser que estén buscando nuevos enemigos y se les haya pasado por alto Welsh…