Leiva tiene nuevo disco. El músico madrileño acaba de publicar Nuclear. En pocos días, el disco ya es un éxito incontestable de crítica y público. Leiva, con permiso de doña Rosalía Vila y los intelectuales orgánicos de ese programa sobre la pedagogía millennials y la redención del alma vagamente humana llamado Operación Triunfo, es el músico de moda. Lo lleva siendo más de una década. Desde tiempos de Pereza, su anterior banda, el chico de oro de la Alameda de Osuna colecciona laureles de gloria.
Con tan sólo cuatro álbumes en solitario, José Miguel Conejo Torres se ha instalado en el paraninfo de autores. Leiva es un intocable. Nadie de su generación goza de tanto respeto en la industria musical. Sus canciones poseen un aroma único, dejan huella. Sus discos, suenan a él y su fraseo es inconfundible: el cantante interpreta sus canciones con una voz que le nace directamente del hígado. En este ecosistema español tan muermo en el que se ha convertido el mundo de la música, brilla con luz propia.
Entre la mediocridad imperante, un chico de barrio con talento es erigido el rey midas. Leiva ha destacado siempre por su agudísimo olfato para captar qué se lleva y qué no. Con sabiduría y jeta de acero ha sido capaz de arrebatarles el corazón a centenares de miles de solitarios e inadaptados. Además, es un músico estudioso: su inagotable cancionero se nutre de los clásicos laicos del rock internacional (desde Tom Petty a George Harrison) y nacional (Burning o Rodríguez). Su capacidad de trabajo es asombrosa; no solamente se curra la autoría de sus temas y engrasa bandas poderosas para el directo, también actúa como productor de sus álbumes. Misión en la que se deja apoyar por otros oídos privilegiados como los de Carlos Raya o Joe Blaney.
Con su último trabajo, Nuclear, vuelve a un sonido más natural que en discos anteriores. Prescinde de metales y da prioridad a las guitarras. Con textos cada vez más trabajados y largos, diserta sobre las relaciones personales y las fracturas emocionales que éstas causan en un ser sensible como lo es él. De las doce canciones que conforman el disco, destaco El gigante de Big Fish, Godzilla (con la colaboración de Ximena Sariñana y Enrique Bunbury) y Costa Oaxaca.