"Con esta modesta casa —el número 45 de la calle Sol, en San Miguel— tengo una ilusión: que algún día se convierta en un museo pequeñito y entrañable, donde yo pueda tener todos mis recuerdos más queridos, como son mis premios, los recortes de prensa, mis discos, las películas, mantillas, abanicos y las batas de cola, con las que recorrí medio mundo".
25 años después de su muerte, un vídeo de Lola Flores —que subió hace un año Cirope de Freza— en la que la propia Faraona muestra su lugar de nacimiento, en pleno barrio de San Miguel, vuelve estos días a estar de máxima actualidad, en medio de la polémica por el desahucio de la peña flamenca Buena Gente de la Nave del Aceite, donde el Ayuntamiento de Jerez ha proyectado el Museo de la genial artista.
La entidad, que es inquilina en precario de un inmueble municipal, pelea porque al menos se ofrezca una alternativa si tiene que salir del edificio, que se encuentra en la plaza Belén, en el centro de la ciudad, pero lejos del arrabal histórico donde nació Lola.