El director andaluz Antonio J. García de Quirós (Rota, 1980), no llegó a imaginarse que su ópera prima fuera también un documento histórico. Todas las grabaciones que no se muestran en su película están ahora en el centro documental de la Fundación Anselmo Lorenzo, encargada de reunir, conservar y difundir la historia del movimiento libertario en un pueblo de La Mancha llamado Yuncler de la Sagra. Este licenciado en Comunicación Audiovisual por la Universidad de Extremadura y máster de Guión Narrativa y Creatividad Audiovisual en la Universidad de Sevilla, se lanzó tras hacer varios cortometrajes al género documental, reuniendo los testimonios de decenas de personas que vivieron en sus carnes el anarcosindicalismo, desde la Segunda República hasta la Transición.
“Las entrevistas las concertábamos con un mes de antelación. Sin embargo, nos sucedió en más de una ocasión que al llegar a donde íbamos a ir, la persona había fallecido”, cuenta a lavozdelsur.es por teléfono desde Rota, donde permanece confinado por la crisis del coronavirus. Aprovechando la circunstancia actual, la CNT ha publicado la pieza documental con la que conmemoraba los 100 años de nacimiento (1910-2010). El largometraje de García de Quirós, que para los ojos de la gran pantalla tiene 120 minutos, esconde detrás de su elaboración 300 horas de testimonios y un total de 80 grabaciones.
“Nos recorrimos España, Francia e Inglaterra en busca de esos testimonios”, explica a este medio el director, que se hizo más de 12.000 kilómetros con el apoyo logístico de la CNT y el trabajo desinteresado de compañeros del sindicato. Así daban forma a un proyecto que nació en 2009 a la luz del 70 aniversario del final de la Guerra Civil Española, y del homenaje realizado en París a los Exiliados Españoles y las victimas del Campo de exterminio nazi de Mauthausen. “Se trataba de rescatar las voces de una generación que ya no iba a tener más tiempo para contarlo, recavando testimonios del sindicato incluso antes de la guerra”, añade. La motivación era, como el propio nombre del documental indica, hacer viva la memoria olvidada del anarcosindicalismo español.
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“La República llegó con el entusiasmo que llega en todos los países, pero el entusiasmo es una cosa y la realidad es otra”, dice uno de los entrevistados en el documental, que oculta intencionadamente los nombres y procedencias de sus protagonistas. “Buscamos que sea algo abierto, que no sea la historia ni nada personal de cada uno”, comenta García de Quirós. Como si de una asamblea se tratara, y en varios episodios a modo de etapas históricas, los anarcosindicalistas cuentan sus vivencias cuando eran niños, adolescentes o jóvenes, entre la Segunda República y la posguerra. “Yo escuchaba, no sabía leer pero entendía algo ya. Mi padre me decía: Andrés, ¿está dormido? No. Estoy despierto. Pues hábleme del comunismo libertario”, cuenta uno de los testimonios. Y continúa: “Bueno, Papá, escúcheme usted. Con los ojos abiertos y pendiente de mí. (Dijo). El comunismo libertario es una sociedad de hombres productores que trabajan cada uno lo que le da su fuerza de sí y lo que consumen para cubrir sus necesidades”.
Una de sus partes, dedicada al movimiento libertario en la Guerra Civil, habla de la organización de los anarquistas en la lucha contra el fascismo y el propio hecho de hacer la revolución en el frente. "Era una revolución tan gorda que no estábamos preparados, nos cogieron la vé", dice uno de ellos. El desenlace fatal del golpe fascista del 18 de julio y la represión ocupa otro de los episodios. Según otro de los testimoniados, en las cárceles franquistas había once personas en una celda de uno. "Los conté, teníamos 35 centímetros para dormir cada uno", recuerda. Otro rescata un episodio que define de absoluta "miseria": "En las patas de las camas ponían latas de conservas con agua para que las chinches no subieran. Tenía verdín, tiraban aquello y luego se comían las lentejas. Cuando lo vi pensé: ¡qué miseria! Querían vivir pero yo estaba materialmente entregado, yo deseaba morir de verdad", confiesa emocionado. Los testimonios de la posguerra, los más duros, hablan de sentencias de pena de muerte, "supuestos disparos a la Guardia Civil" y el que tenía suerte, cadena perpetua. Una mujer libertaria explica cómo veía venir a las detenidas: "Empezaron a venir camiones y camiones, eso no hay nadie que pueda contarlo". "(Los juicios) eran una pantomima, todo era un escarmiento al pueblo para que nadie se moviera", concluye otro.
Caso distinto es el de la lucha en la clandestinidad franquista y el de la Transición, donde la CNT pasó de celebrar el mitin más numeroso que se recuerda —más de 300.000 personas en 1977 en Montjuic— a tener numerosos problemas internos a partir del Congreso de 1979 y en los años 80, que derivaron en una escisión y la fundación de CGT, que se materializó de forma definitiva en 1989.
"Veíamos al Rey con Franco y Franco fue que el subió al rey. No había ninguna fuerza, ni los socialistas, ni los comunistas. Todos renunciaron a todo para estar en el escenario electoral”, explica una de las anarcosindicalistas sobre la Transición. Hoy la CNT sostiene que no recibe subvenciones del Estado. De hecho, la película, que contó con el apoyo de GuerrillART y Malevola Films, fue publicada y difundida en 2014 tras un proceso de crowfunding que se hizo a posteriori. Una iniciativa de captación de fondos que destinaron a los gastos de producción asumidos por el propio sindicato pese a sus limitados recursos. Ahora el resultado, las voces de varias generaciones y sus 110 años de historia, están al alcance de todos a través de un clic aquí.
En unos días, el sindicato subirá a YouTube una entrevista con el director de cine social Ken Loach, incluido en el DVD de Memoria viva.