Un productor con cinco goyas para el Festival de Cine de Sevilla
El madrileño Manuel Cristóbal acababa de terminar la producción de su última película (The Glassworker, dirigida por el pakistaní Usman Riaz) cuando recibió la llamada de Ruperto Merino, responsable del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla. Ambos coincidieron en el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso en la Comunidad de Madrid. La tarea que encargaba Merino a Cristóbal no era menor: terminar de montar un festival de cine en menos de dos meses, tras el amago del Ayuntamiento de Sevilla de trasladarlo a primavera por coincidir con la celebración en la ciudad de los Grammy Latino. Finalmente, se tomó la decisión de que el Festival de Cine Europeo de Sevilla se celebrase a finales de noviembre, del 23 al 29, una versión reducida. Dos semanas antes, Manuel Cristóbal recibe a lavozdelsur.es en los despachos del ICAS del edificio Laredo, junto al Ayuntamiento de Sevilla. Lo hace como coordinador, porque el director, Tito Rodríguez, se dio de baja médica tras el primer amago de trasladar el festival a primavera. Cristóbal, así, asume la responsabilidad del Festival. En principio, por una sola edición, como dice su contrato. Cinco goyas en su haber como productor figuran como cabecera de su currículum, especialmente dedicado al género de la animación.
Casi todo el trabajo está hecho. Todo fue muy intenso hasta la rueda de prensa del 25 de octubre, porque trabajábamos pero hasta entonces no se podía comunicar nada, cosa que a veces resulta un poco frustrante. Una vez pasado eso, queda seguir empujando y cerrando todo, con muchas ganas, porque los plazos son los que son. Pero hay apoyo de todo el equipo y se puede hacer.
Hemos cerrado a Catherine Breillat y trabajamos en algún nombre. Alessandro Pugno también viene. Por ahora, tres directores.
Sobre la plataforma de profesionales: "Mi teléfono lo tiene todo el mundo, he hablado con quien me ha llamado"
Si te llama alguien con quien tienes amistad y respetar... En este caso, fui yo. Pude comprobar que se estaba haciendo un trabajo que no conocía el público de producción. No hubo que empezar de cero. Sí es verdad que hubo que tomar decisiones muy rápidas para centrarnos en temas relevantes.
Tito Rodríguez propuso llevarlo a abril, pero al final acabó decidiéndose finales de noviembre. Yo creo que por infraestructura hotelera, no podía celebrarse junto a los Grammy, pero sí en esta fecha pactada con el sector. Y trabajamos con la fecha de 2024, el primer viernes de noviembre.
Desde el principio, ha habido diálogo con el sector, con la Academia, con Asecan, con AMMA, con Aedava, con Ancine... A nivel sectorial, se hablaba. Si quieres montar luego una plataforma, siempre es bueno que se vea el cariño que se tiene al festival, pero también es bueno preguntar. Y yo he recibido llamadas de todo el mundo. A todos le contaba cómo estábamos. A todos, del más grande al más pequeño, de largometrajes a cortometrajes, le hemos explicado. De hecho, no íbamos a poner cortometrajes y al final se decidió que sí. Si alguien habla en nombre del sector, pues mi teléfono lo conoce todo el mundo.
Mi contrato es para este Festival, y haremos un informe al final del mismo.
No creo que haya una ciudad mejor que Sevilla para realizar un festival de cine. Ahora estamos en la 20 edición, y tal vez hay que hacer una reflexión, por ejemplo, para integrarlo en la ciudad. Para eso trabajamos con el Cine Cervantes, con la Fundación Cajasol. Hay que estar muy orgullosos de este Festival en el que el público responde. Y tiene mimbres para seguir creciendo mucho en los próximos años.
Sobre la apertura a películas comerciales: "Un festival puede entender muchas sensibilidades"
Sevilla es el último gran Festival de Cine de España antes de Navidad. Eso es una oportunidad para las grandes distribuidoras y las grandes producciones de Andalucía y de España. Un festival es la mejor plataforma promocional que puede tener una película.
Se pueden entender muchas sensibilidades dentro de un festival, y se puede lucir a Sevilla dentro del Festival. Pero, obviamente, estas son reflexiones a hacer después de esta edición. No ha habido mucho tiempo para conversaciones. Muchas veces casi no he podido ni leer los papeles de la edición anterior.
Tan reducida no es si se tiene en cuenta el número de películas, que es bastante alto. No se han podido hacer cambios drásticos, la programación ya estaba avanzada. Lo que sí podrá el espectador es seguir viendo las mejores películas de Europa de este año, tanto en la parte de la Academia europea como en la parte de nuevas obras. O la restauración de películas de Víctor Erice. La incorporación del Cervantes es un gran cambio, por lo que significa para la ciudad. Y en cuanto a nivel profesional, estamos centrados en reevaluar hacia dónde va la producción independiente en Europa.
Nos hemos centrado en que haya mucha más obra audiovisual andaluza. Si haces un festival en Sevilla, debes tener respeto hacia todo el sector andaluz, que se ha ganado su espacio con mucho mérito. Soy además productor de El lince perdido [película de animación presentada en 2008], por lo que también tengo vínculo. Yo creo que son dos festivales, el europeo y el trampolín para el cine andaluz.
Nos lo tiene que decir el sector, y nosotros estamos dispuestos a escuchar. Hay que respetar a la gente que se gana un espacio internacional para que esté también en su propia casa. Si no, sería una falta de respeto.
La inauguración que vamos a hacer en Artillería, al no tener el Lope de Vega, pues será sui generis, porque hemos tenido que inventar. Luego, creo que la película de los hermanos Álvarez Quintero en el Cine Cervantes puede ser muy emocionante. Y luego, tener el mejor cine europeo, o la exposición que se realizará en el Ayuntamiento. Creo que puede haber muy buenas veladas de cine.