Manuel Millán, el isleño finalista del Planeta: "Me presenté para que mi novela la leyese alguien"

El autor cañaílla tiene la literatura como una afición que desarrolla entre aeropuertos, aviones y hoteles y la compatibiliza con su trabajo en el Banco Mundial y en la Universidad John Hopkins

Manuel Millán en el fotocall del Premio Planeta.
Manuel Millán en el fotocall del Premio Planeta.

Segunda novela, segunda final en un galardón literario

El pasado sábado se falló el Premio Planeta, el premio más importante de la literatura española, al menos en lo que respecta a la cuantía económica. La ganadora fue Luz Gabás y la finalista Cristina Campos. Entre los nueve finalistas presentes en la gala - seis de ellos de forma anónima con pseudónico - estaba Manuel Millán, un cañaílla que trabaja en Viena para el Banco Mundial. Comenzó a escribir entre largos viajes transatlánticos mientras vivía en Washington. Su presencia en esta gala se debe a su segunda novela, 'La ciudad de las ilusiones', y tras estrenarse en 2020 con 'La sombra del Ícaro', una obra que fue finalista en el Premio Ateneo de Sevilla 2020. Aunque envió el manuscrito sin pretensiones, logró ser una de las diez obras mejor valoradas. Para su recuerdo queda que, en la primera votación de la gala, su novela fue la más votada. Finalmente quedó en quinta posición.

 

¿Cómo ha sido toda la experiencia?

Empecé a escribirlo cuando se inició la pandemia mientras estaba recluido en Sevilla. Justo tuve una hija a la semana de empezarlo. Vivía en Washington y me vine para tenerla. Ahí he escrito la gran parte del libro durante un año y medio. El último año nos trasladamos a Viena y terminé el libro en el mes de junio. Me puse como objetivo terminarlo para entregarlo porque estuve mirando qué concurso interesante tenía abierto el plazo. Me salía el Planta y dije “¿por qué no? A ver qué pasa”, y lo mandé sin muchas pretensiones.

Hace una semana miré si habían salido los finalistas. Me quedé un poco impactado y tuve que leerlo varias veces. No podía ser un tipo con el mismo nombre que yo y el mismo título del libro.

¿No se pusieron en contacto para darle la noticia?

No me llamaron por teléfono hasta el martes, cuando había salido ya en toda la prensa y me había llamado todo el mundo. Me preguntaron si iba a asistir a la gala y si iba a llevar acompañante. Fue todo un poco shock.

¿Qué sensación se llevó de la gala? ¿Fue un acto muy distinto de lo que esperaba?

Es algo muy multitudinario, creo que había 1.200 personas. Fue una sala inmensa del Palacio de Monjuit donde estaba presente todo el grupo Planeta, con lo que implica de Atresmedia, el mundo de la literatura vinculado con Planeta…

Fuimos a comer a medio día y en la mesa de al lado estaban Maxim Huerta, Espido Freire, María Oruña y Chicote. Es como si la gala hubiese inundado la ciudad.

¿Le dio la sensación de que es algo muy impostado?

Para nada. En cierta forma es como un encuentro tradicional para ellos, como si lo tuvieran en su calendario. Se ve buen ambiente. Creo que tiene como dos partes: una de gente que se conoce de mundillo, se encuentra allí y se lo pasa bien y otra parte más institucional con empresas colaboradoras, clientes y también políticos. No me pareció nada impostado. La gente sabe muy bien a lo que va, como algo muy tradicional.

¿No notó miradas por encima del hombro ni nada parecido?

Que va, para nada. Conocí a los que iban con nombre. De pseudónimo sólo conocí a las dos que ganaron. Pude saludar a Luz Gabás un segundo porque se la llevaron. Imagino que su vida ya no le pertenece en los próximos meses, le pertenece a Planeta, y se la llevaban para la rueda de prensa.

Tampoco saben muy bien quién eres tú. Hay gente mezclada. Hay algunos muy conocidos, pero más de la mitad es gente que es de empresa y no tienen por qué saber quién es quién.

"Si la mandas tu novela a una editorial en frío probablemente no salga ni del buzón de correo del editor"

¿Iba con esperanza de ganar?

No, ninguna. Esto es muy complicado y entiendo que la gente que lleva pseudónimo es muy potente. Yo soy muy aficionado a esto y ni siquiera esperaba estar allí, para mí era suficiente. Iba con cero expectativas porque era realista, iba a disfrutar del momento y aprender porque mi intención es seguir escribiendo.

Uno se presenta a este tipo de concurso para que tu novela la lea alguien. Si la mandas a una editorial en frío probablemente tu novela no salga ni del buzón de correo del editor. Muchos ni siquiera aceptan manuscritos. Si la mandas a un concurso sabes que la van a abrir. Va a pasar por lo menos lo que llaman ‘lectura atmosférica’: le echan un vistazo, ven si es consistente, si las primeras páginas pueden atraer… A partir de ahí hacen una selección y tienen un equipo que las lee y hace un informe de cada una. Los pasan al jurado y de ahí seleccionan a 20 o 30 y los editores de Planeta seleccionan los diez finalistas.

La mandé con la intención de que alguien la leyese. Igual pasaba algún filtro o le interesa a alguien, nunca se sabe y efectivamente, nunca se sabe. Pero sin ninguna esperanza y mucho menos de estar entre los finalistas. Me acojoné un poco porque en la primera votación quedé el primero. Le hice una foto porque iba a ser la única vez que iba a ver algo así. Estaba empatado con las dos que quedaron finalistas. En la siguiente votación me quedé el quinto.

¿Están dados lo premios con antelación? ¿Se sabe lo que va a pasar o si están dados lo disimulan?

Si está dado, lo disimulan muy bien. En ese sentido yo sé lo que se rumorea. Hace unos años Miguel Delibes salió a decir que se había negado a recibir la invitación de Planeta para ganar el premio diciendo “no puedo ganar un premio de una novela que no he escrito”. Fue en los tiempos de Lara padre. Si lo hacen ahora serán mucho más discretos. Allí todo parece muy transparente.

Entiendo que los que ganan son gente muy buena. Gente que sabe moverse en este mundo, que escribe muy bien, que sabe el tipo de libro que gana el Planeta y el tipo de libro que atrae. Y los que lo leen saben qué libro conviene que gane el Planeta. Al fin y al cabo no deja de ser un grupo empresarial. Nadie arriesga un millón de euros por la cara. No estará dado, pero dárselo a un desconocido es complicado. Salvo que llegue un nuevo Mario Vargas Llosa o un Camilo José Cela con un libro alucinante. No creo que pase nunca. Se lo darán a alguien conocido.

"Si el Planeta está dado, lo disimulan muy bien"

¿Le sorprende el exceso de pseudónimos?

No, siempre suele ser así. Los pseudónimos se los pone gente famosa y creo que tienen dos partes. Uno para no condicionar al equipo que lee las novelas y hace los informes. Los condicionaría mucho. Desde el punto de vista del autor, a alguien con cierto renombre no le apetece nada perder en una gala. Lo mismo para el título. Esta nove la querrán publicar y si repiten título sería “la perdedora del Planeta”.

De todas formas, los que leen estos son profesionales y creo que saben perfectamente quién está detrás de la novela. No creo que haya un chivatazo ni filtraciones. Además, mucho de ellos ya trabajan para Planeta. De los que se quedaron fuera en la votación que gané alguno famoso habría.

Pero no sabe cuál para poder presumir…

Bueno, sé la temática. Cuando salga algún libro con esa temática podré decir que era este. Las sinopsis sí se publicaron.

Para usted escribir es una afición ahora mismo. ¿Ser finalista de este premio es un impulso para que deje de ser un hobby? Porque además tiene trabajo estable, para dejarlo tendría que tener algo que compensase.

Sí, soy profesor en la Universidad americana John Hopkins dando clases de política energética, trabajo en el Banco Mundial y tengo que viajar como un loco, aunque también me permite escribir.

"Si consigo publicarlo, a lo mejor me lo debería tomar un poquito más en serio porque igual se me da bien"

Entiendo que todo eso no va a dejarlo gratuitamente por la literatura. ¿Cómo le ha afectado?

No me afecta nada. Tengo la esperanza de que este libro me lo publiquen. Si no Planeta, que tiene 90 días de prioridad, me iré a otra editorial. Ya se ha interesado alguna agente de Barcelona para moverlo. Si consigo publicarlo pues a lo mejor me lo debería tomar un poquito más en serio porque igual se me da bien. He hecho dos novelas y han sido finalistas, una de ellas en el Planeta. A lo mejor valgo y le debería dedicar más tiempo y darle más seriedad.

Soy muy caótico escribiendo, si tengo un ratito escribo. En un aeropuerto o en un hotel aburrido también escribo un rato. En vuelos largos… Por eso fue por lo que me dio por escribir, eran horas en aeropuertos, aviones u hoteles y es un entretenimiento que me gusta. Quizás me lo tome algo más en serio, pero no para un cambio radical, a no ser que me lo publique Planeta y sea un best seller.

A las dos ganadoras sus vidas no les pertenece durante los próximos tres meses. A la del millón puede ser suficiente porque eso te da para vivir, aunque ambas ya tienen una trayectoria en este mundo. A una persona como a mí te seleccionan para una cosa como esta, te retiras tres meses de la circulación y te han obligado a cambiar de vida. De todas formas, yo lo haría (risas).

¿Ha recibido muchas llamadas estos días?

Me ha llamado gente de forma sincera. Me ha alegrado que la gente se acuerde de mí con esto. “Es que he visto tu nombre y te felicito”, en ese sentido bien. Un compañero del colegio que es periodista me llamó inmediatamente, un antiguo jefe mío también me llamó preguntado si yo era ese Manuel Millán Sánchez. La gente no sabía que no escribía, no me asociaban con alguien que pudiera tener nivel para llegar a esto. Compañeros míos del Banco que se enteraron me preguntaron si era una broma y si yo escribía a este nivel, “si te digo la verdad, yo tampoco sabía que escribía a este nivel”.

¿A partir de ahora qué plan tiene con esta novela? ¿Tiene que buscarse la vida?

Yo quiero publicarla. Si Planeta no está interesada tendré que buscarme la vida y llamar a editoriales o mandar correos a las direcciones que vienen en las webs. Soy nuevo en este mundo y no sé si las editoriales están al tanto cuando acaba el plazo de Planeta e intentan cazarlas.

Al poder presentarse como finalista del Planeta tendrá esperanzas de que abran el correo…

Espero que sí. Yo lo pondré muy claro en el asunto. La otra novela no la abrió mucha gente, aunque estábamos en plena pandemia y era más complicado. Mi ilusión es publicarlo con una editorial de primera, no autopublicarlo porque también te hacen publicidad y la venta de libros también depende mucho de la promoción. Los que deciden los best seller no son los escritores, sino las editoriales.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

Emilio Cabrera

Periodista.

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