En la vida de María Lejárraga están todos los obstáculos, los miedos, la superación y la esperanza que han marcado la historia de las mujeres. A raíz de ella se entiende mejor la historia del propio feminismo y de tantas otras mujeres, del pasado y del presente. En la película que firma Laura Hojman se dan las claves de aquellos golpes que han acompañado este camino; pero también de toda la poesía y la fuerza que brotan de los lugares más oscuros. "De la decepción surge la raíz feminista de María", se dice en un momento de la película. "A través de un personaje y de una historia particular busco contar cosas universales", explica su directora, que ve en este documental "una película necesaria sobre la memoria histórica de las mujeres, un deber con las nuevas generaciones para que puedan crecer con referentes diversos y sanos".
María Lejárraga, escritora y pionera del feminismo en España durante los años 20 del siglo pasado, tuvo una prolífica producción literaria que vio la luz bajo el nombre de su marido, Gregorio Martínez Sierra. La presión familiar, que no aprobaba su faceta pública de escritora, sumado a la inseguridad de tener un papel protagonista en este ámbito y el miedo a no ser sometida a juicio o menospreciada por ser mujer, la llevaron a pactar con su marido esta "marca matrimonial". El trueque se complicó cuando su marido y ella se separaron (y con esta separación se fue una parte de su libertad como escritora); y aún más cuando su marido falleció, y con su pérdida, también se perdía el pseudónimo, el nombre, a través del cual vivían sus libros. En ese momento, ella reclamó sus derechos pero los círculos intelectuales decidieron mirar hacia otro lado, y eso que era un "secreto a voces" que ella era la autora. Como explica Laura, "es lo que tiene el patriarcado, que hace reforzarse a la gente en la postura más cómoda y más fácil de la vida".
"El feminismo quiere que las mujeres alcancen la plenitud de su vida"
Hay una definición sorprendente y profunda que da María Lejárraga sobre el feminismo: "El feminismo quiere que las mujeres alcancen la plenitud de su vida". Cuenta Laura que es "una de las cosas que le enamoraron de María". Un feminismo vitalista. "Para ella el feminismo es vivir en la plenitud de tu vida. Ella lo dice: no ser feminista es vivir con una vida de segunda, no la vida completa. Por eso siempre invita a las mujeres, que es precioso cómo lo escribe, a apasionarse con la vida. Hay un texto de una modernidad increíble que habla de no depositar toda nuestra felicidad a la carta del amor, la más insegura que existe".
Precisamente, este aspecto de Lejárraga sorprende en el documental, este amor hacia sí misma que aprende tras algunas decepciones y una profunda búsqueda de sí. Uno de los mayores aprendizajes que quedan tras observar su sorprendente vida es que fue una mujer de una sensibilidad y un talento extraordinarios, pero a la vez vivió un proceso de transformación y autoconciencia que la humaniza y hace empatizar con su propio dolor. En un viaje a Bélgica se encuentra con ella y aprende qué tipo de mujer quiere ser. Allí nace su "egoísmo", rompe reglas y prejuicios. Tiene un encuentro con su propia amistad. "Los amigos fallan y los cariños mueren, vienen días de pena grande, cansados de besar cerramos los ojos, la soledad huye porque hemos encontrado el amigo ideal, el alma fiel: la nuestra propia, que nos había estado esperando siempre", dice uno de los textos de María que narra la voz de Kiti Mánver, "textos que abren ventanales", como afirma Antonina Rodrigo. "Esto es precioso y una idea modernísima. En Tú eres la paz habla de la autoconciencia y de encontrar la plenitud en una misma", explica la cineasta.
Remedios Zafra, filósofa y escritora que participa en el documental, dice que "los prejuicios callados del patriarcado se construyen en silencio". En palabras de Laura Hojman, "hay gente que niega que exista el machismo en el cine por el hecho de que pueda trabajar o tener éxito, pero es que no funciona así. Nadie te viene y te dice "no puedes hacer esto porque eres una mujer". El patriarcado no funciona así, funciona como bien explica Remedios Zafra, con la mirada, los comentarios, las bromas. Las pequeñas cosas van calando y las cosas que le sucedían a María Lejárraga, también ocurren en el presente".
Zafra también cita una metáfora de Virginia Woolf en la que decía que "no son las muertes o las guerras lo que nos daña, es la manera en la que los demás nos miran cuando subimos las escalerillas del autobús". Esta idea, "absolutamente maravillosa" según Laura, es "la descripción gráfica perfecta de cómo funciona el patriarcado y los prejuicios. No es tan fácil o directo como que la gente te diga “no”, apela desde una forma silenciosa, y eso es muy dañino y sibilino".
María Lejárraga, además de ser una gran novelista, dramaturga, libretista, guionista, traductora, ensayista, es responsable de grandes clásicos como Canción de cuna, Tú eres la paz o el libreto de El amor brujo, "para el que no solo escribió la letra, sino que partició en la composición musical". Fue amiga de Manuel de Falla, Joaquín Turina y Juan Ramón Jiménez, a quien le escribió: "No crea usted que porque escriba en broma dejo de querer a sus penas tanto como a usted". Él era un poeta muy triste y María era "una luciérnaga llena de luz".
Escribió para Walt Disney la obra para niños Merlín y Viviana, que la productora rechazó. Poco después se estrenó La dama y el vagabundo con el mismo argumento del guión de María. También fue activista por el sufragio femenino; diputada en el Congreso de la Segunda República; dirigente del Comité Nacional de Mujeres contra la Guerra y el Fascismo y finalmente exiliada y perseguida por los nazis. Su libro, Cartas a las mujeres de España, es "un auténtico tratado de feminismo publicado trece años antes que Una habitación propia de Virginia Woolf, y constituye uno de los mayores ejemplos de esa historia hurtada a nuestra memoria colectiva". María dejó un escrito — una suerte de consejo para las mujeres del mañana, del hoy— que seguirá resonando fuerte: "No teman que por mirar cara a cara a la vida vayan a perder su facultad de ensueño o vayan a quitarle poesía al vivir".