Miguel Morán, un visionario de la gestión cultural y musical en España
Tras más de 15 años como director de uno de los festivales de música más importantes del panorama nacional e internacional – el FIB de Benicasim- y poner en marcha en Pamplona el Festival Flamenco On Fire en 2013, Miguel Morán afronta un nuevo reto en el terruño que le vio nacer: el Bierzo.
Con el objetivo de convertir Bierzo al Toque en el festival flamenco de referencia en el noroeste de España, el próximo viernes verá la luz una cita que nace con la vocación de recorrer los distintos senderos de la música a través del flamenco y su relación con otros géneros, así como con las múltiples actividades con las que se le asocia.
Marina Heredia, Arcángel, Rosario La Tremendita, Carlos de Jacoba, Tomasito, Plantea Jondo, Cristian de Moret o Soleá Morente son, en esta edición, los principales reclamos de un festival que ha llegado al Bierzo para quedarse y cuya oferta formativa y didáctica recoge en esta primera edición catas de vinos, presentaciones de libros, talleres de compás y palmas, proyecciones y conferencias. Todo un compendio de actividades que ejercerán de escaparate cultural complementario a un lugar donde los valores arquitectónicos, históricos y eno-gastronómicos son una auténtica referencia.
Miguel Moran, director del evento, atiende a lavozdelsur.es para desmenuzar junto a nosotros los pormenores del festival Bierzo al toque
¿Cómo surge hacer el festival Bierzo al Toque en Ponferrada?
El festival Bierzo al Toque surge por mi afición al flamenco. Soy del Bierzo y siempre me habría gustado, me gustaba o tenía la idea en mente de poder hacer alguna cosilla mi tierra. Y aprovechando este espacio – La Térmica Cultural- que se ha inaugurado a principios de este año, en zonas que son un poco desfavorecidas, porque se ha cerrado la minería, centrales térmicas o nucleares, presentamos el proyecto, nos lo han aceptado y aquí estamos.
Como mínimo el lugar es un tanto singular
Si. Se ha creado un espacio cultural que en una antigua central electrica de Endesa, que fue la primera que hubo en España, como un espacio para la cultura y recinto para exposiciones. Les comenté la posibilidad de hacer un festival de flamenco en el Bierzo, poco a poco tomó forma y al final, con las ayudas del Ministerio de Transición Ecológica y el Instituto de Transición Justa, pues decidieron apoyar el evento y son quienes han puesto el dinero para que el festival se pueda realizar.
En los años 80 estuve trabajando de camarero en el tablao de Casa Patas y el flamenco me impactó
Te estás convirtiendo en un especialista en llevar el flamenco a tierras extrañas. Abriste fronteras en Pamplona hace 10 años y ahora empiezas aquí, donde la poca o mucha afición existente está en Zamora - como muy cerca- y un poco más para arriba lo siguiente que te encuentras son las meigas, las ostras y los caminantes.
(Ríe) Bueno, sí, en parte nos gustan un poco los retos difíciles, pero por otro lado me gusta también la posibilidad de llevar el flamenco a lugares donde no existe.
Yo creo que el flamenco tiene una gran ventaja con respecto a todo y que lo que necesita son ventanas donde se exponga, porque cuando la gente lo ve, aunque sea por primera vez, el flamenco termina atrapando. Tiene algo de magia. El duende o no sé qué, no sé lo que hay, no sé si hay solo duende o hay meigas o brujas (ríe) o hay lo que sea, pero tiene algo que te atrapa y lo que necesita son sitios y escaparates donde se pueda exponer, porque luego desde ahí sería más fácil.
Si las instituciones se decidiesen a apoyar totalmente el flamenco sería todavía mucho más grande de lo que es.
Como este festival, que dura sólo dos días pero con una programación muy intensa
Sí. Sólo dos días. No había presupuesto para más.
Cuentas este año con Arcángel, Marina Heredia, La Tremendita, Tomasito... es una programación muy Miguel Moran, para todos los públicos.
Esa es también un poco la idea. Hacer un festival abierto para que sea capaz de captar a todo el abanico, porque, como bien dices, el Bierzo no es una tierra de flamencos ni flamenca, sino que hay que meterlo y hay que ponerlo ahí.
Y bueno, es cierto también que hay artistas que se comportan fenomenal y la verdad que la relación con ellos, cuando tienen que apoyar el flamenco, también son de los artistas que más apoyan lo suyo y que valoran que se haga cosas por el flamenco, sin duda.
¿Crear este festival flamenco es el cierre de un círculo? Has explorado los caminos de la música, los tuyos son más más inexpugnables que nadie y los años al frente del FIB de Benicassim o el Festival On Fire de Pamplona te avalan, pero al final vuelves a casa y con lo que te gusta.
A mí me gusta la música. Y es verdad que, por circunstancias o por todo, venía más del mundo del pop o del rock y de la electrónica, pero es verdad que yo cuando llegué a Madrid en los años 80 estuve trabajando de camarero en el tablao de Casa Patas y el flamenco me impactó. Imagínate. De camarero veía todas las actuaciones y por ahí pasaban en aquella época los más grandes del flamenco.
Te cogió una época dorada.
Exacto. Y ahí me quedó la historia grabada y, aunque luego empecé con la Sala Maravillas, el Festival de Benicasim… siempre había ahí una historia y los últimos años del FIB, cuando lo dejamos y tal, yo ya tenía en mente que me gustaría hacer algo otra vez y de repente surgió la oportunidad en un viaje a Pamplona, que fui para otra circunstancia - hacer un festival de rock- y acabamos haciendo flamenco, hasta hace poco tiempo que Arturo Fernández ha cogido las riendas del festival hace unos años.
Si las instituciones se decidiesen a apoyar totalmente el flamenco sería todavía mucho más grande de lo que es
Entremos en la programación. Es muy Miguel Morán. Un director al que le gusta maridar géneros, como suele hacer el flamenco.
Es verdad que se mezcla ahí una serie de cosas y yo creo que está bien la muestra, sobre todo para un sitio en una primera edición, donde se trata también de que la gente de que capte también a toda esa gente y que todos, más allá de que pues se pueda emplear guitarras, bajos o guitarras eléctricas, bajos o batería, todos son flamencos.
No hay nadie en Bierzo al toque que no sea flamenco y, el que se haya incluido o metido ahí, todos son de raíz flamenca.
Marina Heredia y Arcángel como propuestas más tradicionales, con un Carlos de Jacoba que no sabe uno si canta mejor que toca o toca mejor que canta. Y Tomasito, La Tremendita, Planeta Jondo, Cristian de Moret y Soleá Morente como esa evolución de los movimientos que surgen en España en la época de los 70 y 80.
Pues suma que con Carlos de Jacoba viene su hermano David de artista invitado, además. Y a los nombres que dices hay que sumar al Torombo con un taller infantil, dos catas de vinos – una en la bodega de J. Palacios y otra en Verónica Ortega-, la presentación del libro Ni Tribus, Ni Movidas de Gufy y fotos de Paco Manzano, la proyección del corto Pájaro de agua y fotos de Enrique Morente o que Fermín Lobatón y José María Velázquez-Gaztelu nos hablarán de Manolo Sanlúcar y la vigencia de su guitarra.
Y todo esto con entrada gratuita bajo invitación.
Correcto. Además, así lo exige el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (click aquí), además del Instituto para la Transición Justa, cuya directora – Laura Martín Murillo- es gran aficionada al flamenco y va a estar con nosotros. De hecho, viene al festival.
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