Miguel Poveda rubrica su pasión por Lorca con 'Poema del Cante Jondo' en Algeciras

Con pantalón negro, chaqueta blanca, camisa roja y pañuelo del mismo tono con volantes, ante más de 2.500 personas se presentaba Miguel Poveda en la Plaza de Toros Las Palomas, para dar continuidad a la gira de presentación de su último trabajo discográfico: Poema del Cante Jondo.

Una producción en la que, junto a Jesús Guerrero, vuelve a dar un nuevo giro flamenco a Federico García Lorca, sacando de su zona de confort los versos del poeta de Granada y es una oda a la creatividad musical. Los asistentes al Cabaret Festival de Algeciras pudieron dar cuenta de ello el pasado sábado.

Desde el grito que deja en el viento una sombra, del Poema de la soleá, a compás de caña, pasando por las Viñetas flamencas a Juan Breva entre malagueñas y jaberas o las alegrías en las que sumerge al Guadalquivir con la Baladilla de los tres ríos, antes de que Carlos Grilo arranque la gramola que acompaña de fondo una soleá de pizarra y vinilo en la que Alcalá, Marchena y Triana tienen mucho que decir, quedaba patente que para Miguel Poveda no hay cante chico ni grande, sino jondo.

Un cante jondo que al igual que para El Poeta tiene parte de su génesis en el cinco por ocho de la seguiriya y Silverio Franconetti como paladín defensor del cante del dolor presente, con un Jesús Guerrero en estado de gracia, empujando a Poveda a apretarse en la silla, si bien el loop y el largo reverb podrían descolocar a más de uno si no estaba atento.

"Tranquila que te voy a cantar Los tres puñales al final, así que te puedes ahorrar el griterío", interactuaba con el público que acogía cada una de las entregas con una ovación, especialmente en las bulerías lorqueñas, esas coplillas populares de Federico, que en su día grabara Pastora Pavón Cruz La Niña de los Peines a compás de doce tiempos y que remató con el famoso ¡Anda Jaleo! Y que junto al Poema de la Guitarra — que no está en el disco— dedicado a Paco de Lucía y Manuel Moreno Junquera Moraíto Chico, fueron de las mejor acogidas de la primera parte.

Una pieza propia de Jesús Guerrero con Paquito González en la percusión servía para un cambio de vestuario, tras el que solo a compás de palmas de Paquito González, Londro y Carlos Grilo, por bulerías encaran el Diálogo del Amargo como parte final del primer bloque en formato pequeño — guitarra, palmas y percusión— junto con los tangos de Encuentro, una saeta por seguiriyas con cambio por toná y otras bulerías con aire lebrijano con las letras del poema Paisaje.

De negro y lentejuelas, tras el solo de piano y orquesta con Joan Albert Amargós al mando, se iniciaba esa parte del espectáculo que cosecha éxito tras éxito en las giras de Miguel Poveda. Sin lugar a duda, es el Rey de la Coplería. La conoce a la perfección, la adora como un melómano y la transmite como los grandes de antaño.

No es de extrañar que sea un fijo en sus noches temas como la Senda del Viento de Rafael Farina, Ojos Verdes de Rafael de León y su bonita historia en el Café Oriente de Barcelona, encuentro con Lorca y Miguel de Molina incluido, con el público haciendo los coros.

O dedicar a Enrique Pantoja, presente entre el público, al igual que otros muchos artistas campogibraltareños, los versos de Muerto de Amor de Rafael de León y que son toda una defensa a ultranza de todos los sentires y quereres, al igual que Mi Amigo, antes de encarar la recta final con la Canción de Amor de Paco de Lucía.

Que Miguel Poveda es un artista sin prejuicios y que ha superado con nota todos los obstáculos que le ha planteado la vida, sobre todo a nivel personal, podría dar para escribir un serial por fascículos. Desde "aquellas noches de verano donde lo que me gustaba era sentarme con las vecinas criticonas de mi barrio en Badalona", pasando por su faceta de actor con Bigas Luna, sus reconocimientos a nivel profesional o su actual consagración como artista.

Pero como en todo camino, el hilo conductor en este sendero tiene forma de radio y cintas de casete, donde los hits rumberos del momento — sobre todo Los Chichos— ejercían de compañero inseparable que nunca se olvida por mucho tiempo que pase. Y por eso Otro camino, Amor y ruleta o Niña, por qué lloras y Como un volcán son temas que le acompañan en cada concierto antes de que llegue el cierre, desde que puso en marcha la gira Diverso.

Una gira que encuentra similitudes de fondo con este espectáculo que protagoniza Federico García Lorca a través de su Poema del Cante Jondo, la repercusión que tuvo su figura en aquel momento de la historia de España, sus reivindicaciones en un tiempo donde era de valientes señalarse — como la Canción del Gitano Apaleado— y denunciar el abuso de poder existente.

Y sin olvidarse nunca de que un artista se debe a su público, que es el que llena teatros, plazas de toros o auditóriums por todas aquellas ciudades y festivales donde se anuncia, nunca deja a nadie sin escuchar Tres Puñales o Dame la libertad "sin que os tengáis que desgañitar pidiéndola durante todo el concierto".