El multidisciplinar artista gaditano fallece en su casa de Chiclana tras no poder superar una larga enfermedad. Para el recuerdo quedarán otras obras como la estatua de Fernando Quiñones, en La Caleta, o el monumento a la libertad de expresión.
El escultor gaditano Luis Quintero ha muerto en la noche de este pasado 12 de octubre en su residencia de Chiclana a los 54 años y tras no poder superar una larga enfermedad. El artista trabajó el collage, el óleo, el dibujo, la fotografía y, sobre todo, la escultura, de la que son algunas de sus obras más conocidas como el monumento a la Constitución de 1978, el Jaulájaro, ubicado junto a las Puertas de Tierra de la capital gaditana, la estatua de Fernando Quiñones, en La Caleta, o la de Carlos Edmundo Ory, en la Alameda. Igualmente son obras suyas el monumento a la libertad de expresión, en la glorieta de los periodistas, encargo de la Asociación de la Prensa de Cádiz; o el memorial a los enterrados en el cementerio mancomunado de Chiclana.
Quintero empezó muy joven en el arte, según explicaba él mismo, porque no le gustaba estudiar —de hecho fue expulsado del colegio a los 14 años— y porque siempre tuvo habilidad para el dibujo. Tras un recorrido por Holanda, donde conoció sus principales museos y contactó con algunos artistas, decidió volcarse en el arte mientras ejercía de aprendiz en una marmolería. Tras beber de artistas como Giacomo Manzú, Ambrose Bierca, Robert Walser o Peter Greenaway, empezó a forjarse un nombre en exposiciones colectivas e individuales por varios lugares de Andalucía, Madrid, América y Europa, gracias a varios proyectos interdisciplinares, informa EFE.
"Esculpía, sentía y pintaba. La obra de Luis Quintero le sobrevive. Óleo, bronce o hierro", ha señalado el director del Centro Andaluz de las Letras, Juan José Téllez, en Twitter. La exalcaldesa Teófila Martínez también lo ha recordado en esta misma red social: "Muy triste. Un gran gaditano, un buen amigo. Su obra y su recuerdo siempre estarán en esta ciudad".