El Museo de Bellas Artes de Sevilla se suma a la programación de la 'Noche en Blanco' con la exposición 'Mártires del Japón. Tres esculturas recuperadas', una muestra en la que se exhibirán por primera vez al público, tras un delicado proceso de restauración, las tres tallas donadas en 1928 por González Abreu, y que representan a San Diego Kisai, San Juan Soan Goto y San Pablo Miki, atribuidas a Montañés y Juan de Mesa.
La consejera de Cultura y Deporte, Patricia del Pozo, ha felicitado al equipo del Museo de Bellas Artes de Sevilla, encabezado por su directora, Valme Muñoz, por su labor en el cuidado y la difusión del patrimonio artístico andaluz, al tiempo que ha subrayado el apoyo de su departamento a la 'Noche en Blanco', iniciativa auspiciada por la sociedad civil ·con una programación singular e innovadora", en la que los ciudadanos podrán apreciar el trabajo de restauración de las tallas.
Dos de las esculturas restauradas, la de San Pablo Miki y San Juan Soan de Goto, se atribuyen al escultor Juan de Mesa, y la tercera, la de San Diego Kisai ha sido vinculada por la crítica especializada al taller del maestro, Juan Martínez Montañés. Las tres piezas ingresaron en la colección del Museo gracias a la donación que realizó González Abreu en 1928, y hace más de 50 años que no se exhibían públicamente en la pinacoteca sevillana.
La atribución de San Juan Soan de Goto, explican desde el Museo hispalense, se justifica en el parecido de ésta con otras tallas del artista cordobés, como la Virgen de las Angustias de Córdoba, también realizada en 1627, año de la beatificación de los mártires. Una similitud que alcanza también al maniquí interior tallado de ambos santos japoneses, y de la dolorosa cordobesa, que resultan casi idénticos. En este sentido, ambos artistas contaban con una amplia trayectoria de encargos promovidos por la Compañía de Jesús para Sevilla y América.
La exhibición de las tres tallas articuladas, sin telas sobrepuestas, permite apreciar su sistema constructivo, tan frecuente en el arte barroco y que, en la mayoría de las ocasiones, queda oculto. Los tres mártires, que llevan el hábito de los jesuitas, presentan brazos articulados en hombros, codos y muñecas, dejando claro que irían recubiertos posteriormente con vestidos que, como en el caso de San Pablo Miki, cubren la unión artificial de la cabeza al cuerpo o los ensambles de las manos a los brazos.
Esta muestra temporal es, por tanto, una ocasión única para contemplar la restauración de estas imágenes 'vestideras' del arte sevillano y conocer su curiosa estructura articulada. La intervención en estas obras, a tamaño natural, ha permitido recuperar el estado original de las piezas, que se exhibirán hasta después de las fechas navideñas.
Con esta exposición, el Museo de Bellas Artes de Sevilla vuelve a mostrar a los ciudadanos el trabajo de restauración de las obras, de la que hace pública la metodología empleada, y la acompaña de una selección de material fotográfico generado durante el proceso.