Con una fina ironía Fernando Cabrita (Olhao, 1954) construye El poema triste de Dios, publicado en España en una edición bilingüe (portugués-castellano) a cargo de Uberto Stabile y Gema Estudillo para la colección de poesía Garum.
El poema triste de Dios es un único poema largo en el que un Dios personificado dialoga con los hombres e interpela su presencia lamentando su propia soledad: “Y dijo dios: ¡dios mío, dios mío, dios mío! / ¿A quién abrazaré en invierno? / ¿Al oído de quién susurraré poemas tontos de amor?”, su omnipresencia como un castigo, “y por ello no poder ir jamás / a un lugar sin ir a todos, / a cualquier rincón tranquilo, / ni siquiera un rincón, uno, nada más, / sin que luego en cualquier de los otros incontables rincones del mundo, / aparezca de repente un profeta que presuma haberme visto, / y que grite cosas histéricas en mi nombre”, o la falta de responsabilidad del hombre que en sus decisiones culpabiliza a un Dios ausente.
Junto a El poema triste de Dios aparece en este libro otro largo poema titulado Porque se apagaron las luces, una lúcida reflexión nacida a partir de un apagón producido el 29 de enero de 2018 en el que “el cielo, por unos minutos, fue la única realidad”.
Fernando Cabrita tiene publicados más de 30 títulos entre poesía, ensayo, crítica literaria y crónica y es uno de los autores portugueses más editado y más traducido fuera de su país. Desde 2015 organiza Festival Internacional Poesia a Sul, en Olhao, y es coordinador de los Cuadernos de Poesia a Sul.