El origen es el pueblo y el padre: ambos se fueron a la vez. Y el pueblo es la infancia. Un balón de reglamento simboliza aquella felicidad eterna, pero también los descosidos de la vida, los momentos perdidos y las miradas desaprovechadas. En la presentación Pedro Sevilla establece las reglas, el tono. Todo lo que venga después estará teñido de esa prudencia poética y humana. La insolencia, la vana acidez y el hacer críptico quedan en evidente fuera de juego. A mi entender, si estos autores formasen un equipo poético, una escuela, quizás serían reconocidos como los poetas del sentido común o los poetas del sombrero, por la transparencia del estilo y la elegancia ética en el decir. Antonio Apresa ha presentado en la Fundación Caballero Bonald su primer libro de poemas, Salto sin red, editado por Libros Canto y Cuento en la colección DKV. Fue su paisano Pedro Sevilla el encargado de presentarle.
Apresa es de Arcos, como Sevilla: “Mientras los demás nos dedicábamos a dar patadones sin dirección concreta, buscando la meta contraria sin orden ni concierto, este niño moreno, de pelo rizado sabía parar el balón, controlarlo, regatear y marcar unos goles…” Fue apodado el Fleitas, dado el parecido con el famoso jugador del Málaga y el Real Madrid. Recuerda Pedro Sevilla que con ese nombre brilló Antonio Apresa en el balompié local, hasta que la muerte de su padre lo cambió todo. De golpe, acabó la infancia, llegó la madurez y la responsabilidad. Y tuvieron que irse a Jerez.
Para Pedro Sevilla, “Salto sin red es el canto de un hombre que narra el desamparo, el desarraigo y la incertidumbre en que lo dejó la muerte de su padre, un padre que como todos los muertos le ha ido creciendo dentro, nutriéndose de su existencia”. Y lo cuenta sin imposturas: poemas como saetas, pero susurradas. Cuatro o cinco versos que participan de la emoción y la tensión de la saeta o la soleá. “Todo poema es un salto sin red, pues uno puede partirse la crisma si no tensa bien la cuerda del verso, si el brillo de un adjetivo nos ciega y nos hace caer confundiendo la bisutería con la eternidad de una joya auténtica”. Se trata de un libro que muestra madura elegancia, porque “Antonio ha tenido muy buenos maestros que le han enseñado a esperar”. José Mateos le ha instruido en sus talleres de creación para escribir una poesía desnuda, carente de florituras innecesarias, plena de paciencia y claridad, dice Pedro.
El Balón
REGRESABA corriendo de la calle
con un sueño deshecho entre mis manos,
y mi padre, puntada tras puntada,
en el viejo balón de reglamento
recomponía mi mundo de centros y regates.
Por pespuntes ocultos
el ayer y el presente se entrelazan,
cuando me traes entre tus manos tristes
un trozo de tu mundo descosido.
Padre
SÉ tan poco de ti que ni siquiera
puedo decir si conociste el mar,
si anduviste descalzo por la arena
recogiendo los restos esparcidos
de algún amor ahogado o te adentraste
en las tranquilas aguas de los sueños cumplidos.
De aquel supuesto encuentro
queda la caracola que dejaste
en el aparador de nuestra habitación,
desde donde te escucho cada noche.
Mientras la sala se llena de gente, con un gran ruido de amigos que se saludan, Antonio Apresa dialoga con nosotros antes de tomar la salida de esa carrera de fondo literaria que inicia con su primer poemario:
Le hará mucha ilusión publicar su primer libro…
Pues sí, es el trabajo de muchos años. Me lo he tomado con mucha tranquilidad, escuchando a mis maestros, a mis amigos y, evidentemente, me he dejado guiar por ellos. Ellos son los que han provocado que yo publique el libro.
¿En qué consiste la obra?
El libro tiene cuatro partes, pero las cuatro se resumen en una, que es la vida. La primera parte se titula Origen. La segunda se titula Vida en común, que trata del día a día. La tercera parte se llama El cristal de la ventana y es una mirada hacia afuera, pero desde lo que tengo dentro. Y la cuarta es un homenaje a mis amigos y a mis maestros. Los poemas de esta sección están dedicados a mis referentes poéticos. No he podido aumentar esta nómina de poemas porque he sido un poco torpe, digamos, no he encontrado poemas que valiesen la pena. Pero me habría encantado que hubiesen entrado dedicatorias a otros poetas que los tengo como cabecera, por ejemplo Julio Mariscal. Aunque él abre el libro con dos versos suyos, me habría encantado tener un poema dedicado a él. Otra vez será.
La inspiración surge de Arcos, de la infancia…
Mi infancia, hasta los dieciséis años, transcurrió en Arcos. Y se dice que la verdadera poesía está en la infancia. En el fondo soy un hijo pródigo de mi pueblo porque estoy siempre volviendo a mi pueblo. En cada instante, en cada segundo, vuelvo a Arcos, porque siento que el aire que respiro allí es otro. Aquel aire me trae otro mundo que me retira del día a día. No es que el día a día sea malo, simplemente intento defenderme de lo cotidiano.
Entonces Arcos es importante en su proceso creativo…
Arcos tiene mucha culpa porque allí está lo mejor de la vida, que es la infancia. Recordar esa inocencia me provoca los pocos versos que merecen la pena.
¿Por qué escribe? ¿Qué busca con la poesía? Si es que se busca algo…
Ahora estaba hablando con Pedro Sevilla, mientras tomábamos un café, y le estaba haciendo una reflexión en voz alta. Le decía que los poetas, la gente que se dedica a escribir, no somos revolucionarios, simplemente nos defendemos de la indiferencia y la intemperie cotidiana refugiándonos en nosotros mismos y con ello tratamos de reconfortarnos con nuestro propio calor. Y es ese calor propio el que deseamos transmitir y dar a través de los poemas. Entiendo que eso es lo que hacemos los poetas, defendernos de la intemperie.
¿Cuáles son sus modelos literarios?
Pepe Mateos, Pedro Sevilla, Ricardo Rodríguez, Raúl Pizarro, Pilar Pardo… Estamos hablando de una tendencia que lidera con talento José Mateos. Esa corriente es una forma de sentir y de expresar las verdades que importan.
"La faceta técnica es primordial. Es una forma de mostrar al mundo que técnicamente somos capaces de hacerlo"
¿Qué se aprende en los talleres de poesía?
Se aprende sobre todo el oficio, la parte técnica, que es muy importante. Porque toda persona a la que le gusta algo cree que va a inventar algo nuevo. Pero hay que acercarse a la parte técnica y, después, si somos capaces de decir algo en condiciones, pues adelante… Pero la faceta técnica es primordial. Es una forma de mostrar al mundo que técnicamente somos capaces de hacerlo. Siempre pongo el mismo ejemplo. Cuando Picasso pinta el Guernica ya había demostrado antes que era capaz de pintar una mano perfectamente y darles alma, espíritu, a aquellas cosas que iba pintando.
¿Qué proyectos literarios tiene?
Mi proyecto literario es seguir aprendiendo, mejorando con el tiempo aquello que publico, porque es realmente difícil. El talento no es democrático, aparece cuando aparece. Y voy a estar atento, alerta, porque a lo mejor aparece y se me escapa…
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